El 9 de abril, y cuando el coronavirus ya se había expandido por todo el país, una técnico en enfermería del hogar Jesús Crucificado de Independencia -perteneciente a Fundación Las Rosas- presentó leves síntomas asociados a la enfermedad respiratoria.

La trabajadora consultó en distintos centros de salud, donde le diagnosticaron una bronquitis aguda. Y luego de tres días de reposo, la trabajadora retomó sus funciones, hasta que nuevamente presentó molestias. Así transcurrió cerca de una semana, hasta el 17 de abril, cuando se confirmó como caso positivo para Covid-19.

De esa cadena de errores, pocos días pasaron para que se registrara el primer fallecimiento de un adulto mayor dentro del hogar: un hombre de 80 años, con patologías de base.

A pesar de que todos los establecimientos de larga estadía para el adulto mayor son considerados de alto riesgo de contagio para la autoridad sanitaria, el recinto de Independencia tenía una particularidad especial: casi todos los ancianos tenían una muy avanzada edad y la mayoría enfermedades previas, que resultan letales combinadas con la infección por Covid-19.

El alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, recuerda que tras confirmarse el contagio de la funcionaria, al día siguiente “acudieron equipos municipales al hogar, aplicaron tres test PCR a personas con síntomas y esos tres primeros dieron positivo”. Luego, se sumaron cuatro exámenes realizados por el municipio y otra tanda de tres, todos positivos. Y así, hasta llegar a 44 contagios que tienen como foco único el hogar de ancianos.

Según reportó la Seremi de Salud Metropolitana, hasta la jornada de ayer, el recinto contaba con 44 adultos mayores contagiados y 14 han fallecido. La entidad inició un sumario sanitario por estas muertes, tras corroborarse en dos visitas (el 18 de abril y el 24 del mismo mes) que habían “deficiencias en los protocolos”. Por el minuto, la autoridad declinó referirse al tema pues la investigación aún no concluye.

Según los reportes de Fundación Las Rosas, se envió a cuarentena preventiva a todo el personal. “Se incorporó una nueva dotación de aproximadamente 50 personas, con apoyo del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA). Ellos asumirán el cuidado de nuestros residentes, bajo estrictos protocolos de aislamiento, atención compartimentada, alimentación en sus habitaciones, cuidados clínicos, aseo, lavandería, entre otros”, detalla el comunicado de fines de abril.

En la última actualización de la institución, detallan que en la red de centros de Fundación Las Rosas, a nivel nacional hay 86 casos confirmados y 14 fallecidos.

El edil de la comuna donde se emplaza el centro del principal brote indica que, hasta ahora “mantiene residentes, lo que se hizo, cuando se masificó el nivel de contagios, fue aislarlos dentro”.

El alza en la mortalidad del virus en los últimos días, señala el epidemiólogo Gabriel Cavada, da para pensar que las muertes seguirán aumentando y concentrándose en este grupo etario.

“El virus se movió a otros sectores de la capital. A diferencia del sector oriente, hay abuelos hacinados, gente con factor de riesgo en esas condiciones, gente que probablemente no va a llegar al hospital a morir, sino que se va a morir en su casa o en los mismos hogares del adulto mayor, y hay que prepararse para eso. ¿Por qué razón podríamos ser distintos a lo que ocurrió en España? No hay ninguna, lo único es que tienen una población levemente más envejecida”, concluye.