Tres semanas en paro: la crisis administrativa, de infraestructura y seguridad que tiene a la Usach sin clases por 21 días
Algunos alumnos de la Universidad de Santiago de Chile han denunciado la presencia de ratones y cucarachas dentro de las salas de clases, pero no es lo único. Aulas que se llueven, problemas de agua y electricidad, hurtos y dificultades con ramos y horarios son parte de un petitorio de 138 puntos que hasta el cierre de esta edición no se ha podido resolver.
Tres semanas en paro cumple la Universidad de Santiago de Chile (Usach) desde que la federación de estudiantes de dicha casa de estudios diera a conocer los resultados de la votación en que se llamó a una paralización indefinida, moción que fue respaldada con un abrumador 70%.
Exactos 21 días son los que la comunidad estudiantil de una de las instituciones más relevantes del país de clases ha sabido poco y donde solo se han desarrollado aquellas actividades irrecuperables, como prácticas, proyectos de título y algunas comprometidas con terceros. “No hay clases, no hay laboratorios, no hay evaluaciones de ningún tipo”, es la instrucción a los estudiantes, aunque la universidad como tal no cierra, por tanto, se mantiene abierta la biblioteca o se pueden hacer trámites administrativos, entre algunas otras reducidas tareas.
Pero, ¿qué es lo que llevó a este paro? ¿Cuál es la cronología de los hechos?
El 3 de abril la federación de estudiantes (Feusach) se declaró “en alerta” luego de una reunión sostenida con Rodrigo Vidal, rector de la institución, donde se conversaron los temas que derivaron en esta movilización: infraestructura, seguridad, gestión y “otras muchas falencias que ha tenido nuestra casa de estudios durante las primeras semanas de clases, problemas que no han tenido respuesta ni solución alguna cuando se acude a los canales correspondientes”, según dijo la orgánica estudiantil. A esa altura, algunas carreras y facultades ya estaban movilizadas por algunas de estas problemáticas y los videos en redes sociales daban cuenta, entre otras cosas, de presencia de ratones o cucarachas al interior de las salas de clases.
Asimismo, entre Twitter e Instagram ya se veían también quejas por la inseguridad tanto al interior como al exterior de la Usach, así como problemas de asignaciones de salas o choques horarios de algunas clases.
Fue el 5 de abril cuando se llevó a cabo una reunión donde participó el gobierno central de la universidad, decanos, representantes de cada facultad y Feusach. Esa reunión, que en paralelo tuvo una manifestación de alumnos que terminó con la presencia de la policía, fue la que quebró las conversaciones que hasta ahí se sostenían, puesto que a los estudiantes no les pareció que la institución les pidiera cinco días para entregar respuestas a sus demandas.
Así llegó el 6 de abril, cuando luego de una reunión de los estudiantes se definió convocar a una paralización indefinida que fue votada ese jueves y donde ganó el apoyo a la moción con 70,3% de los 7.207 votos, lo que representó al 31,95% de quienes podían sufragar.
De ahí en adelante comenzaron diversas actividades relativas al paro, que han incluido, entre otras, asambleas por carreras y facultades, o conversatorios ampliados.
Para el 13 de abril los estudiantes esperaban la primera respuesta de la universidad, la que efectivamente llegó y que comenzó a ser analizada durante la semana del 14. Ahí, la gran piedra de tope para el alumnado comenzaron a ser los plazos de respuesta específica para cada una de sus demandas, catalogados como “irrisorios”. Eso llevó a que el 20 el paro fuera revalidado con 76,5% de respaldo de los 6.873 que votaron aquella vez. “En cuanto al petitorio, responder no es solucionar”, se explicó aquella vez desde los estudiantes.
Así se llegó a esta semana, días en que los estudiantes están analizando la última respuesta de la universidad y para este viernes se espera que los diversos representantes de los estudiantes se reúnan con las autoridades para entregar las miradas en torno a esta última respuesta institucional. Se espera, también, una nueva votación sobre el paro.
Las demandas
Son, en total, 138 los puntos solicitados por los estudiantes, los que en su mayoría apuntan a temas de infraestructura identificados por facultades, donde, como se ha dicho, los tiempos de solución han sido la principal traba.
Así por ejemplo, en la de Humanidades “se solicita que se comuniquen los pasos a seguir” en la reparación del baño del sector norte. La primera respuesta de la universidad decía que “se emplazarán baños ejecutivos de alto estándar para el sector mencionado, mientras se realiza el diseño y licitación de los trabajos para la nueva red de alcantarillado correspondiente”. Lo anterior se daría en un plazo de 120 días hábiles desde el término del paro. Esto no fue aceptado por el estudiantado, lo que llevó a que la Usach propusiera finalmente trabajar en el proyecto definitivo con 20 días hábiles de diseño, otros 20 para el llamado a licitación, lo que llevaría a tener los baños habilitados el 15 de julio, eso sí, dependiendo de la rapidez con que se ejecuten las labores.
En la misma facultad hay, entre otras, solicitudes de reparación de baños de mujeres; la instalación de mudadores para los estudiantes que son madres o padres; la reparación de salas con ventanas rotas, goteras, problemas eléctricos o con falta de equipamiento; la apertura de un comedor; aumento de asistentes sociales; o reparar el ascensor de las escuelas de Psicología y Periodismo.
Mientras, en la Facultad de Química y Biología se exigen, entre otras cosas, mantenimiento a talleres de práctica; revisión y renovación de extintores, lavaojos, duchas y todos los implementos de seguridad; construcción de espacios cerrados para descanso y alimentación pertenecientes exclusivamente a la facultad; el arreglo de los techos de los pasillos colindantes a la facultad; o un incremento en las rampas y accesos para personas en situación de discapacidad.
Asimismo, en la Facultad de Ciencias Médicas se exigen espacios suficientes y adecuados para almorzar; o que los mayordomos de la facultad deben tener un espacio de trabajo digno. En la de Ciencias, en tanto, se piden mejoras de seguridad en las entradas del costado de la Biblioteca Central, el Belloto y Víctor Jara, dado que son consideradas “focos de peligro debido a la ineficiencia de los guardias presentes”; soluciones a la presión del agua; habilitación de baños; mejoramiento de escaleras; o arreglar el aire acondicionado.
En la de Arquitectura y Ambiente, por su parte, se piden, entre otras, creación de un protocolo de acción frente a robos y hurtos; la creación de un sector para almorzar dentro de Arquitectura; o una mayor dotación de material de aseo, principalmente papel higiénico y jabón desinfectante.
En tanto, en la de Derecho se exige arreglar y mejorar las condiciones de los baños de la facultad; arreglar los enchufes disponibles en salas y edificio; la compra e instalación de microondas para calentar almuerzos; o establecer un local de venta de comida para la facultad. Finalmente, en la de Ingeniería se pide que todos los espacios para comer se resguarden de la lluvia; o espacios de descanso, estudio y esparcimiento.
La Usach
Karina Arias, vicerrectora de Apoyo Estudiantil de la Usach, dice que desde la institución han visto que las demandas que levantaron los estudiantes en cuanto a seguridad, infraestructura y administrativas “son legítimas y que manifiestan problemas históricos de la universidad”. Y añade: “Consideramos que esta es una oportunidad para situaciones que son complejas. Estamos en esa disposición de dar respuestas ágiles y concretas. Ya tenemos un plan de trabajo que tiene las priorizaciones que los estudiantes pusieron. Hay una disposición institucional abierta a resolver todos los problemas del petitorio”.
La autoridad institucional reconoce que las demandas no son desproporcionadas. Señala, de hecho, que como su campus tiene mucha infraestructura que es monumento o patrimonio, “ha requerido por mucho tiempo mantenciones y hoy nos rebotan problemas de corte histórico. Estamos dando respuestas para reparar o mantener temas que se arrastran de hace mucho tiempo”. Añade, además, que si bien la seguridad hoy es un problema nacional, “tenemos que asegurarnos de vivir en convivencia sana y tranquila”, así como que “claramente nuestro foco también es desburocratizar, hacer los procesos más eficientes. Hay elementos de gestión que tenemos que resolver”. Y cierra sobre las demandas: “Concordamos en los tres ámbitos que los estudiantes pusieron sobre la mesa”.
¿Son reales los tiempos que piden los estudiantes a esta institución pública? “En la primera respuesta (al petitorio) dimos los tiempos que requiere una burocracia tan grande como la nuestra. En la segunda creamos mesas de trabajo para acortar esos tiempos, que son una gran meta. Explicamos que estamos tratando de recortar los tiempos, pero hay otros imposibles de cumplir por nuestro carácter de universidad pública”.
Para Arias este tiempo de paro “ha sido un proceso de aprendizaje de los dos lados (...) un proceso de diálogo y de conocer los dolores de las partes. Ha llevado tres semanas y estoy esperanzada en que el esfuerzo de ambas partes para entender hará estar pronto de vuelta en clases”.
Ocurra ahora o más tarde, las hasta aquí tres semanas de clases perdidas ya significarán una modificación al calendario académico.
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