Trump y elecciones en EE.UU.: Crecen temores de que no reconozca una posible derrota
El Presidente ha cuestionado la organización de los comicios e incluso el voto por correo. Los expertos temen que se judicialicen las elecciones de noviembre.
Preocupado, quizás, por no poder retener el poder tras las elecciones del 3 de noviembre, desde hace varias semanas el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sembrado la duda sobre la legitimidad de los comicios, algo que no se encuentra en cuestionamiento. Ya son frecuentes sus quejas sobre la organización de las elecciones y asegura que el voto por correo –que se espera sea vea impulsado debido a la pandemia del coronavirus- es una fuente potencial de fraude.
Ahora Trump se negó a comprometerse a un traspaso pacífico del poder en caso de una derrota, lo que provocó el enojo tanto de su oponente demócrata, Joe Biden, como de miembros de su propio partido. “Tendremos que ver qué pasa en ese momento”, dijo el mandatario republicano en una conferencia de prensa en la Casa Blanca el miércoles al ser interrogado si se comprometía a garantizar un traspaso no violento del mando independientemente del resultado de las elecciones entre él y el exvicepresidente de Barack Obama.
Trump, incluso, pareció hacer un llamado a una anulación del voto por correo. “Desháganse de estas papeletas y será muy pacífico, no habrá transferencia del poder, realmente, será una continuación”, dijo.
Biden no tardó en reaccionar ante las declaraciones de Trump que juega regularmente con la idea de no reconocer los resultados de las elecciones. “¿En qué país vivimos? Es una broma. Quiero decir, ¿en qué país estamos? Dice las cosas más irracionales, no sé qué decir”, declaró el candidato demócrata.
El senador republicano Mitt Romney también manifestó su molestia. “La transferencia pacífica del poder es fundamental para nuestra democracia; sin ella seremos como Bielorrusia. Cualquier sugerencia de un presidente de que puede evadir esta garantía constitucional es impensable e inaceptable”, afirmó en Twitter.
Según el diario The New York Times, “la incapacidad de Trump de respaldar quizás el principio más fundamental de la democracia estadounidense, ha sido el último caso en el que arrojó una gran incertidumbre en torno a las elecciones de noviembre. Los demócratas están cada vez más alarmados a medida que Trump cuestiona repetidamente la integridad de la votación y sugiere que podría no aceptar los resultados si pierde”.
Las declaraciones de Trump se producen en un contexto de tensión en Estados Unidos. Esto luego de la muerte el viernes pasado de la jueza de la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, una situación que ofrece al Presidente la oportunidad de nombrar a un nuevo magistrado en una institución que decide, entre otras cosas, las disputas frente a una elección. Tal como ocurrió en 2000, cuando el máximo tribunal falló a favor de George W. Bush. Algunos analistas creen que el mandatario está muy apurado en elegir a un reemplazante de la vacante dejada por Ginsburg en caso justamente de que se judicialice la elección.
En una análisis realizado por la cadena CNN se señala que los comentarios de Trump “podrían enviar una señal a sus seguidores sobre cómo reaccionar si el candidato demócrata” gana los comicios. “Esa posibilidad es especialmente peligrosa debido a los disturbios raciales y sociales del verano (boreal), que estallaron nuevamente el miércoles por la noche después de que la policía dijo que dos oficiales fueron baleados en Louisville, Kentucky, en medio de protestas por no acusar a los oficiales por la muerte de Breonna Taylor, una mujer afroamericana desarmada”, añadió.
La revista The Atlantic plantea un panorama aún más oscuro. En un análisis realizado por el periodista Barton Gellmann, se señala que el resultado puede demorar días o semanas. “Los estudiosos de la ley y el procedimiento electoral advierten que las condiciones son propicias para una crisis constitucional que dejaría a la nación sin un resultado autorizado. No tenemos ningún seguro contra esa calamidad”, escribió.
“Bien podríamos ver una lucha postelectoral prolongada en los tribunales y las calles si los resultados son ajustados”, señaló a The Atlantic Richard L. Hasen, profesor de la Facultad de Derecho de UC Irvine y autor de un libro reciente llamado Election Meltdown. “El tipo de colapso electoral que podríamos ver sería mucho peor que el caso Bush vs Gore de 2000″, añadió.
El peor de los casos, dice The Atlantic, no es que Trump rechace el resultado de las elecciones. “El peor de los casos es que use su poder para evitar un resultado decisivo en su contra. Si Trump se despoja de toda moderación, y si sus aliados republicanos desempeñan los papeles que él les asigna, podría obstruir el surgimiento de una victoria legalmente inequívoca para Biden en el Colegio Electoral y luego en el Congreso. Podría evitar la formación de consenso sobre si hay algún resultado. Podría aprovechar esa incertidumbre para aferrarse al poder”, señaló la publicación.
Para The New York Times, los cuestionamientos de Trump sobre el sistema electoral siempre han estado presentes. Ya ocurrió en 2016 cuando después de su elección ese año, insistió falsamente en que había perdido el voto popular solo porque millones de inmigrantes sin derecho a voto habían sufragado por su oponente, Hillary Clinton.
En esta campaña, Trump ha preparado a sus partidarios para que crean que su derrota sólo es posible a través de lo que ha llamado una elección “arreglada” o “robada”. “La única forma en que pueden quitarnos esta elección es si se trata de una elección arreglada”, dijo Trump durante la Convención Nacional Republicana.
Trump también ha bromeado durante mucho tiempo sobre retener el poder más allá de los límites legales, haciendo mención frecuente de servir más allá de enero de 2025, cuando la Constitución, que limita a los presidentes a dos mandatos, requiere que deje el cargo. En 2018, después de que el Partido Comunista de China anunciara el fin de un límite de dos mandatos para su presidencia, Trump dijo en una reunión de recaudación de fondos a puertas cerradas que el líder de China, Xi Jinping, sería “presidente de por vida”, recordó The New York Times.
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