“Un pequeño terremoto judicial”: por qué la Corte de Francia le dio la razón a Nicolás Zepeda y ordenó un tercer juicio por el caso de Narumi Kurosaki

Como “un pequeño terremoto judicial” calificó el medio de comunicación francés Le Figaro la resolución que dio a conocer este miércoles la Corte de Casación de Francia. La instancia anuló la condena de 28 años de cárcel que pesaba sobre el chileno Nicolás Zepeda (34), que fue dictada en diciembre de 2023 por el Tribunal de Alto Saona de la ciudad de Besanzón. El joven está acusado por el homicidio de su expareja, la joven japonesa Narumi Kurosaki (21), cuyo rastro se perdió hace casi una década y su cuerpo nunca ha sido encontrado.

La Corte en cuestión, que revisó un recurso en contra de una apelación desechada por tribunales superiores, decidió anular la sentencia argumentando infracción al debido proceso de parte de la Fiscalía francesa. Esto, ya que uno de los policías que declararon en el segundo juicio exhibió -a través de una presentación de PowerPoint- documentos que no estaban en el expediente y que, por ende, eran desconocidos por la defensa. De hecho, el perito, en la misma instancia, reconoció que “de facto, y por iniciativa propia” realizó nuevas diligencias de investigación, lo que a juicio del alto tribunal de casación vulneró los derechos de Zepeda y -de paso- generó vicios en el fallo condenatorio.

En mayo de 2020, en plena pandemia del Covid-19, la Corte Suprema chilena decidió extraditar al estudiante de administración de empresas luego que la justicia francesa lo sindicara como autor del crimen de Kurosaki. De ahí ha debido enfrentar dos juicios. En ambos ha sido declarado culpable y ahora la Corte de Casación del país europeo le ha dado la última oportunidad para defenderse, ya que desde un inicio Zepeda ha manifestado total inocencia.

Patrice Spinosi, el abogado del chileno, declaró este miércoles a la agencia AFP que la resolución de hoy “es una verdadera victoria y brinda a Zepeda la posibilidad de seguir defendiendo su inocencia en este tercer juicio”.

Junto con esto, entregó detalles de cómo estaba su defendido, quien lleva seis años privado de libertad y alegando inocencia. “Nicolás esperaba con ansias la decisión de la Corte de Casación, por lo que está obviamente muy satisfecho de poder volver ante los jueces y seguir defendiendo su inocencia (...) está cansado por el extenso periodo en que ha estado detenido, pero sigue siendo combativo y espera que este tercer juicio le permita demostrar su verdad y que finalmente sea reconocida su inocencia en este crimen”.

Le Figaro en su edición de este miércoles también recoge un comunicado emitido por la familia del chileno: “Esta decisión confirma que ha habido una campaña sistemática para violar el debido proceso, con el objetivo de reforzar la débil acusación con la que el fiscal ha llevado este caso. Como familia, esperamos que el debido proceso se respete y que finalmente lleguemos a la verdad”.

Todo comenzó a fines del 2014, cuando Zepeda decidió realizar un curso de intercambio en Tsukuba (Japón), donde conoció Narumi Kurosaki e iniciaron una relación amorosa, la cual se mantuvo hasta 2016, cuando habrían terminado producto de los celos del chileno.

Un año después, en 2015, la joven se inscribió en la universidad de Besanzón, en Francia, para estudiar lingüística aplicada, mientras él volvió a Chile. En el intertanto, de acuerdo con los psicólogos de la policía local, Zepeda se volvió “violento, celópata y obsesivo”, llegando al punto de solicitarle borrar sus redes sociales y exigirle “no salir con nadie”.

En ese periodo, previo a terminar la relación, Zepeda habría subido un video, que luego él mismo borró, donde habla de una serie condiciones y amenazas que Narumi debía seguir en caso de querer continuar su vínculo amoroso, registro que será utilizado como prueba contra el chileno en el proceso judicial.

A eso se suma que se encontraron 981 correos electrónicos enviados por Nicolás Zepeda en un plazo de 40 días, lo que coincide con una visita que hizo a Europa “por razones laborales” y donde, según su relato, se habría encontrado con ella.

Además, acorde con la acusación, el chileno habría decidido viajar a Francia tras enterarse que Narumi mantenía una nueva relación.

La noche del 4 al 5 de diciembre de 2016, cuando se dio la desaparición de Narumi Kurosaki, ella y Zepeda fueron a cenar a un restaurante próximo a Besanzón, donde posteriormente Zepeda admitió haber ido a su habitación para mantener relaciones sexuales, que describió “con consentimiento”, y aseguró haberse ido justo después.

Sin embargo, de madrugada, los compañeros de la residencia de la estudiante escucharon “gritos de terror” y un ruido ensordecedor, “como si alguien golpeara”.

Aun así, nadie avisó a la policía y, según lo declarado por Zepeda, los ruidos se deberían a que “ambos intimaron”. En los días posteriores los familiares de la joven recibieron mensajes a través de sus cuentas en las redes sociales considerados a veces “incoherentes”, los cuales los investigadores de la policía judicial de Besanzón los atribuyeron después al acusado.

Fue hasta el 13 de diciembre cuando un funcionario de la Universidad de Franche-Comté declaró la desaparición de la estudiante, pero para ese entonces Nicolás Zepeda ya había regresado a Chile, tras pasar varios días en España con un primo.

La Tercera realizó una investigación a fondo de las pruebas que tiene la Fiscalía francesa y que ha sostenido el proceso judicial contra Zepeda todos estos años, pese a que el cuerpo de su expareja jamás apareció. Revisa aquí: