Un rayo en medio de la oscuridad: Por qué el regreso de AC/DC es la noticia que el mundo necesitaba
Luego de media década marcada por la tragedia y las divisiones internas, el grupo australiano, uno de los últimos sobrevivientes del rock de la vieja escuela, anuncia hoy su disco número 17 y el regreso a sus filas de tres de sus integrantes históricos, incluyendo al vocalista Brian Johnson. Una nueva señal de que, aún en el momento más complejo para la música -y la humanidad- la vida a veces da nuevas oportunidades.
En medio de un 2020 para el olvido, en el que la industria musical oscila entre las malas noticias, los pronósticos desalentadores, la muerte de algunos clásicos y la incertidumbre total en torno al regreso de los conciertos, surge la primera luz en medio de la oscuridad. O más bien, una descarga eléctrica para los amantes del rock -y en rigor de la música popular del último medio siglo-, protagonizada por uno de los grandes sobrevivientes de la vieja escuela.
Tras media década marcada por el paulatino desmembramiento y los pasos en falso, los australianos AC/DC, uno de los últimos clásicos del género -y uno de los más exitosos en ventas y en vivo- comienzan a dar señales concretas de su regreso a las pistas, con un ingrediente adicional: el retorno a sus filas de Brian Johnson, Phil Rudd y Cliff Williams, tres de sus integrantes históricos después de cuatro años fuera de la banda.
No se trata, por cierto, de un anuncio salido de la nada: los autores de Back in black ya habían dado algunas escuetas pistas de su esperada reunión, con una serie de publicaciones en sus redes oficiales durante los últimos días que impulsaron la ansiedad de su legión de fans. Sólo un par de hashtags y la imagen del tradicional logo del rayo eléctrico que acompaña su nombre bastaron para alimentar diversas notas e interpretaciones de la prensa especializada.
Esta mañana los rumores se confirmaron en la cuenta oficial del grupo con la publicación de una imagen que vale más que 140 caracteres, en la que Johnson, Rudd y Williams aparecen codo a codo con el guitarrista Angus Young, el motor de la banda durante todos estos años -y el único miembro que se ha mantenido en sus filas desde 1973-, además de su sobrino, Stevie Young, el quinto elemento del conjunto y encargado de reemplazar a su tío Malcolm cuando éste fue carcomido por la demencia.
La foto, que termina por ratificar la reunión del conjunto, parece extraída de la contratapa del próximo disco del quinteto, el decimoséptimo en la carrera de los australianos y sucesor de Rock or bust (2014), que de acuerdo a diversos reportes saldría a la venta en noviembre próximo bajo el título de Power Up (o PWR/UP).
Una imagen muy distinta a las últimas postales que había dejado AC/DC, en los años de su carrera cuesta abajo, con ese fatídica gira promocional de Rock or bust que terminó en 2016 con la salida de Johnson por problemas auditivos tan serios que debió abandonar los escenarios por recomendación médica. En el final del tour fue reemplazado por Axl Rose, en un fichaje resistido por buena parte de los fans que, en otro giro dramático y casi patético, coincidió con un accidente doméstico del cantante de Guns N' Roses y lo obligó a cantar enyesado y sentado en un trono.
En medio de la gira Rudd fue hallado culpable por posesión de drogas -había amenazado con suicidarse en 2015- y una semana después del fin del recorrido mundial Cliff Williams oficializó su salida de grupo. En noviembre de 2017 se conocía el fallecimiento de un ya deteriorado Malcolm Young y la suerte para AC/DC parecía estar echada.
De ahí la importancia de esta reunión de los históricos en medio de la pandemia y de la crisis global de la música. Si bien todavía no hay luces de una posible gira promocional de Power Up, es seguro suponer que el quinteto, unas bestias de los escenarios y uno de los números más convocantes del planeta, quieran compartir el impulso del regreso con su incondicional audiencia.
La noticia abre también cierta esperanza para sus seguidores nacionales, que han visto pasar por el lado a los australianos en diversas temporadas, llenando estadios en Brasil y Argentina sin escala en Santiago desde su -hasta hoy- único paso por el país, con un show en el Velódromo del Estadio Nacional en 1996 en el marco de su Ballbreaker Tour. Sin bien aún no hay calendario oficial de conciertos para la banda (para ninguna, tal vez), no sería extraño que en 2021 o 2022 los músicos tuvieran su revancha en la capital en medio del furor por la opción de verlos quizás por última vez juntos.
Son parte de las ilusiones que abre el regreso a las pistas de AC/DC, una banda irrepetible, inconfundible y única en su especie, sobrevivientes en un mundo donde el rock ha perdido relevancia y a un creciente número de sus mayores leyendas. Una nueva señal de que, aún en el momento más complejo para la música -y la humanidad completa- la vida a veces da nuevas oportunidades.
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