Uso de armas químicas en el conflicto entre Ucrania y Rusia: ¿La nueva amenaza?
Funcionarios de inteligencia de Reino Unido y Estados Unidos han advertido que existe una “seria preocupación” de que Rusia pueda usar armas químicas o biológicas en Ucrania.
Si la amenaza a un ataque nuclear en la guerra en Ucrania alarmó a Occidente hace unos días, ahora la posibilidad de que Rusia use armas químicas en ese país revive el fantasma de los ataques cometidos por el régimen sirio.
Funcionarios de inteligencia de Reino Unido y Estados Unidos han advertido que existe una “seria preocupación” de que Rusia pueda usar armas químicas o biológicas en Ucrania.
Los aliados occidentales han acusado al Presidente Vladimir Putin y sus fuerzas de planear una operación conocida como de “bandera falsa”, que utilizaría la afirmación falsa de que Ucrania tiene ese tipo de armas como excusa para que Rusia despliegue las suyas.
El primer ministro británico, Boris Johnson, describió la estrategia como “directamente sacada de su libro de jugadas”, ya que es la misma que el Presidente sirio, Bashar Assad, respaldado por Moscú, usó para llevar a cabo ataques químicos durante la guerra civil en Siria.
El hecho de que Rusia acusara a Washington y Kiev de gestionar laboratorios destinados a producir armas biológicas en Ucrania es, según ellos, una señal de que Moscú está considerando este tipo de escenario. En 2018, por ejemplo, Rusia acusó a Estados Unidos de llevar a cabo de manera secreta experiencias biológicas en un laboratorio en Georgia, otra exrepública soviética que, como Ucrania, quiere unirse a la OTAN y la Unión Europea.
Rusia “pagará un alto precio si usa armas químicas” en Ucrania, advirtió el viernes el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante un discurso en la Casa Blanca.
“El Kremlin difunde intencionalmente mentiras según las cuales Estados Unidos y Ucrania están llevando a cabo actividades relacionadas con armas químicas y biológicas en Ucrania”, indicó el miércoles el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price.
Rusia comenzó a hacer estas acusaciones del uso de armas químicas el año pasado, antes de la invasión. El 21 de diciembre, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo que había 120 mercenarios estadounidenses en la región ocupada del Donbas, en el este de Ucrania, a los que se les habían entregado “tanques de productos químicos para cometer provocaciones”.
Una semana después del conflicto, el 3 de marzo, el canciller ruso, Sergei Lavrov, señaló que a los funcionarios de inteligencia de EE.UU. les preocupaba que los enfrentamientos pudieran provocar daños en sus instalaciones químicas y biológicas.
Según explica la agencia France Presse, Ucrania sí tiene una red de laboratorios biológicos que han obtenido financiamiento y apoyo para investigación de Estados Unidos, pero son propiedad de Ucrania y su gobierno los opera. Son parte de una iniciativa llamada Programa de Reducción de Amenazas Biológicas, que tiene como objetivo reducir la probabilidad de brotes mortales, ya sea naturales o artificiales. Los esfuerzos de Washington se remontan a la década de 1990 para desmantelar el programa de armas de destrucción masiva de la antigua Unión Soviética.
El 9 de marzo, un portavoz del departamento de Lavrov dijo que había descubierto un programa militar de armas biológicas dentro de Ucrania, con laboratorios en Kiev, Kharkiv y Odesa investigando cómo usar murciélagos y pájaros para propagar patógenos mortales como el ántrax.
Sin embargo, Brett Edwards, profesor titular de política pública y seguridad en la Universidad de Bath, en Reino Unido, dijo a la cadena Sky News: “Hay laboratorios en Ucrania que han estado allí desde antes de la Guerra Fría, pero están registrados, son laboratorios legítimos, no tienen nada de turbio”.
¿Qué son las armas químicas?
Las armas químicas usan sustancias químicas con propiedades tóxicas para causar intencionalmente la muerte o el daño. Se clasifican por el efecto que tienen en el cuerpo humano.
Los agentes nerviosos impiden que los nervios de las personas envíen mensajes a sus músculos y provocan parálisis y pérdida de funciones corporales.
Los tipos de agentes nerviosos incluyen sarín (usado en Siria), Novichok (empleado en los envenenamientos del exagente ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Salisbury, y del opositor ruso Alexei Navalny), el somán y el tabún.
Los agentes ampollantes vienen en forma de gas, aerosol o líquido y provocan ampollas en la piel al contacto. Los ejemplos incluyen mostaza de azufre, utilizada en la Primera Guerra Mundial, y mostaza de nitrógeno.
Los agentes asfixiantes provocan insuficiencia respiratoria si se inhalan o digieren. El principal utilizado en el pasado ha sido el cloro.
Los agentes sanguíneos afectan la capacidad del cuerpo para enviar oxígeno a través del torrente sanguíneo, con ejemplos que incluyen cloruro de hidrógeno y cloruro de cianógeno.
Por su parte, las armas biológicas, o bioarmas, son aquellas que propagan deliberadamente virus, bacterias, hongos o toxinas para causar la muerte o daños.
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