Vitacura: La sesión del concejo en que tambalearon los night clubs
Al final, el concejo municipal sólo rechazó una solicitud de renovación de patente de alcoholes.
Más movido de lo que suele estar estuvo ayer la sesión de concejo municipal de Vitacura. La renovación de las patentes de alcoholes de la comuna generó división entre los concejales que miran con atención las repercusiones entre los vecinos que producen la operación de night clubs en la comuna.
A tanto llegaron las diferencias al interior del concejo municipal que el alcalde Raúl Torrealba debió entregar su voto para zanjar la discusión sobre la renovación de la patente de alcoholes, por ejemplo del club nocturno Palominos, que se ubica en avenida Vitacura, un par de cuadras hacia el oriente del conocido Platinum.
En efecto, el jefe comunal debió pronunciarse luego que la votación terminara empatada con los tres votos a favor e igual número en contra. Luz Pacheco, Maximiliano Del Real y Patricia Alessandri se mostraron de acuerdo a la renovación de la patente de los night club por los próximos seis meses. Mientras que Francisca Cruzat, Matías Bascuñán y Cristian Araya expresaron su rechazo, denunciando una serie de actos que complica a los vecinos a de la zona.
Pero la divergencia no solo afectó a la renovación de la patente de alcoholes del Palominos, porque también hubo observaciones y reparos en el caso del Platinium y Badabing Club. Todos estos casos generaron discusión y la votación dividida entre los concejales.
Matones, drogas y prostitución
Invitada a exponer en la sesión del concejo municipal acudió la presidenta de la Junta de Vecinos A-1 Josefina Vial. La dirigente advirtió que "no estamos a favor de los cabarets por los temas adversos que traen consigo en su funcionamiento. En el exterior están estos matones. Hay microtráfico y prostitución. Las niñas que trabajan en esto cobran un valor en el interior del local y otra distinta en el exterior. El ruido comienza a las cinco o seis de la tarde y termina a las siete de la mañana".
No obstante ayer se concretó la votación por la renovación de 226 patentes de alcoholes en la comuna, y la única que no fue renovada fue la del Bar Monseñor, que es un bar y centro bailable, que se ubica en avenida San Josemaría Escrivá de Balaguer.
"Aquí el municipio tiene que tomar una definición, si proyectamos una comuna residencial o una comuna en la que tienen cabida los night clubs, y a mí parecer ambas posibilidades no son compatibles. Hemos visto hechos de violencia en contra de mujeres y hemos visto que el jefe de seguridad sale armado a la calle. Tenemos denuncias de venta de drogas. No sé qué está esperando el alcalde para tomar una postura más decidida y enfrentar este asunto", sostuvo el concejal Cristián Araya.
Mientras, el aludido alcalde de la comuna, Raúl Torrealba sostuvo que "siempre" han surgido divergencias a la hora de la renovación de las patentes de alcoholes en la comuna. Además desestimó que existiera un conflicto a raíz del caso.
"He tenido la suerte de conocer distintas ciudades del mundo. No conozco ninguna en la que no existan (los night clubs o cabaret), puedo tener mi visión en cuanto a la moral que es súper respetable, pero en lo que sí estoy de acuerdo es en la crítica que se produce en torno a ellos. Si se producen hechos de prostitución o drogas uno deber ser absolutamente drástico", sostuvo el jefe comunal.
Añadió que la entrada de ingresos por concepto de pago de patentes que permiten la operación de los centros nocturnos "no tiene ningún tipo de importancia". "Podríamos prescindir de ellos absolutamente. Esto no pasa por un tema económico, es un tema moral y de seguridad", explicó Torrealba.
Moral y populismo
Por su parte, el concejal Maximiliano Del Real apuntó que detrás de la crítica y campaña pública en redes sociales que cuestiona la votación de los concejales que votaron a favor de la renovación de las patentes de alcoholes de los night clubs, existe "un malestar moral" que se entiende más bien como "populismo".
"Entre moral religiosa y populismo. En el fondo es re fácil gritar a los cuatro vientos: yo no quiero droga en la comuna. Nadie quiere droga en la comuna. Es un populismo, porque cuentan los votos y saben que serán aprobados. Si saliera rechazan esas patentes, ellos (los concejales que votaron en contra de la renovación de las patentes) tendrían más miedo, porque sabrían que no nos exponemos a una demanda", sostuvo el edil, agregando que no pueden negar patentes a establecimientos comerciales que cumplen con la normativa vigente.
Por otro lado, el edil desestimó un eventual conflicto de interés respecto de la votación, aclarando que ya no es dueño de ninguna patente de alcoholes tras vender su participación en el restaurante Miraolas, ubicado en el Paseo El Mañío en Vitacura.
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