Cristián Monckeberg: “La izquierda perdió la oportunidad de escribir una Constitución que dé certezas y se mantenga en el tiempo”

CRISTIAN MONCKEBERG
Mario Téllez / La Tercera

El convencional RN realiza un duro diagnóstico del proceso constituyente. Acusa que su sector ha sido excluido y que la izquierda ha sido “políticamente miope”. Además, descarta que la derecha esté intentando hacer fracasar el proceso y prevé que el resultado del plebiscito será estrecho y que, por lo mismo, el gobierno debe anticiparse.


A días del término del trabajo de las comisiones temáticas, con un borrador de nueva Constitución que roza los 400 artículos, la minoritaria derecha al interior de la Convención Constitucional mira con decepción el proceso que comenzó hace 10 meses.

Cristián Monckeberg (RN-Evópoli-IND) asegura que su sector siempre intentó contribuir en el proceso, pero que la izquierda no los quiso incluir. Además, descarta que en su sector haya un intento de hacer fracasar el proceso. “Llegamos acá genuinamente con el ánimo de dialogar”, dice, agregando que “si la opción de rechazo está creciendo es porque aquí ha reinado el radicalismo”.

Aunque admite que para su sector político podría ser útil un resultado estrecho para poder construir un “relato”, asegura que “para la Convención un resultado estrecho, gane el Apruebo o gane el Rechazo, ya es olor a fracaso”.

Con el alza del Rechazo en las encuestas, ¿se está configurando el escenario ideal para un sector de la derecha que siempre quiso que fracasara el proceso?

Yo no vi a nadie de los que estamos acá que haya hecho campaña con el objeto de que este proceso fracasara. Todos pensaron que este proceso debía resultar y dieron a conocer sus propuestas para que pensáramos en construir un nuevo Chile.

Dice que no es el escenario que la derecha quiso, pero es el que más les conviene ya que no les gusta el contenido que está quedando.

El proceso constituyente ya se acabó: nos quedan 10 días. La postura que tome nuestro sector hacia el plebiscito de salida no tiene que ser una postura de derecha e izquierda, sino que, a mi juicio, lo que tiene que ocurrir es que debe haber un despliegue de información a la ciudadanía.

Solo algunos de la derecha han tenido una postura más dialogante, pero aún así no han adherido a acuerdos con la izquierda. ¿Cuánta responsabilidad tienen?

Nuestra responsabilidad fue no haber tenido mayor presencia en la elección de mayo que nos permitiera haber influido de mejor manera. Por otro lado, la izquierda desaprovechó, se farreó el proceso de construir una Constitución, no a partir de nuestras ideas, a partir de las ideas de ellos, pero en las que nosotros perfectamente pudimos haber dado nuestros puntos de vista y haber llegado a acuerdos razonables. Eso no ocurrió. ¿Por qué no ocurrió? Porque la izquierda permanentemente no nos dio espacio, y los pocos espacios que nos dio, fueron para aprobar determinadas indicaciones y artículos.

Pero en la práctica si uno ve las votaciones, un sector de la derecha tiende a rechazar todo.

Llegamos acá genuinamente con el ánimo de dialogar, pero permanentemente nuestras propuestas no se recogieron, no se escucharon y no se nos abrieron las puertas.

¿El comportamiento en las votaciones se explica solo por la actitud que tuvo la izquierda?

Nuestro gran problema es que somos una minoría. Una minoría circunstancial porque lo que ocurre acá adentro, no es lo que ocurre afuera. Y la izquierda en vez de entender, y mirar esto con mediano plazo, cometió a mi juicio una miopía política gigante e impuso sus mayorías. Por lo tanto, queríamos hacer cambios y no queríamos statu quo, pero insisto, la izquierda se perdió la oportunidad de escribir una Constitución que dé certezas y se mantenga en el tiempo porque, pase lo que pase, se apruebe o rechace en septiembre, este país va a quedar dividido en torno a este tema.

Se les ha acusado constantemente de levantar fake news para boicotear el proceso y muchas convencionales de su sector publican información imprecisa.

Si la opción de Rechazo está creciendo, no es porque la derecha lo quiso. Si la opción de Rechazo está creciendo es porque aquí ha reinado el radicalismo y las posturas más extremas versus el sentido común, la sensatez, la paz social y la certeza. Si se tratara de boicot, nosotros nos hubiéramos parado y nos hubiéramos ido. En varios momentos, eso fue alternativa.

¿Usted alguna vez se lo planteó?

No, nunca me planteé esa opción.

¿Se siente satisfecho del rol que han tenido?

Hicimos todo lo posible. Toqué todas las puertas y ejercí todas las influencias posibles para que esto resultara bien, e incluso haber votado verde en muchas materias que no me convencían al 100% para generar espacios de apertura.

¿No es que la derecha haya perdido la batalla de las ideas?

Las ideas nuestras están más frescas que nunca. Y yo lo veo en la calle a diario, en el metro, en la micro y caminando, porque volví a recuperar la calidad de ciudadano de a pie tras salir del gobierno.

¿Ya no lo funan?

Los primeros meses eran funas permanentes, dedos para arriba, pifias y facho tal por cual. Hoy día me dicen que ayude a arreglar este entuerto, me tiran el piropo de amarillo, que antes no era piropo. Terminamos siendo, a juicio de mucha gente, mártires de poder estar acá ayudando a que las cosas resulten bien. Eso da cuenta de que nuestras ideas no están tan equivocadas y que a la gente también le hacen sentido.

Si gana el Apruebo, todo lo que se haya alcanzado acá, debido a que se logró sin la derecha, ¿lo intentarán revertir?

Los gobiernos cambian cada cuatro años y están mucho más influidos por la contingencia política. Creo que la izquierda, cuando llega acá con una mayoría que le permitía aprobar las normas con sus 2/3, se quedó anclada en esa lógica de gobierno y oposición, y de revanchismo y de refundación. Y eso, a mi juicio, fue una miopía política, porque un proceso constituyente tiene por resultado una Constitución y una Constitución tiene que dar estabilidad, sentido común y certeza. Y no se aprovechó la oportunidad de hacerlo de esa manera. Y una de las oportunidades de haberlo hecho de esa manera era entender que la centroderecha que acá es minoría, afuera no lo es.

¿Se intentará volver a atrás?

Si gana el Apruebo por un resultado estrecho, evidentemente lo que va a ocurrir es que va a haber un gran porcentaje de la población que no se entiende interpretada por esta Constitución. ¿Y qué es lo que va a hacer el sector político que no está de acuerdo con esto? Evidentemente tratar de corregir esas materias. Eso va a ser un relato político fundamental e importantísimo hacia adelante.

¿Les conviene a ustedes que el resultado sea estrecho?

Hoy día más que de conveniencias o no, es qué le sirve al país. Y, a todas luces, un resultado estrecho da cuenta de que la Convención no logró su objetivo. Nadie gana con un resultado tan estrecho. Para la Convención un resultado estrecho, gane el Apruebo o gane el Rechazo, ya es olor a fracaso. Me gustaría a mí salir de aquí en dos meses más abrazado a los constituyentes porque cumplimos el objetivo, pero eso ya no se logró y, por lo tanto, esto ya tiene un olorcillo a fracaso más allá de los resultados que existen.

Es bastante evidente que votará Rechazo, que no está conforme.

Estoy decepcionado, estoy achacado, pero por el respeto a los pares de la Convención, primero hay que terminar el texto y luego tomar una decisión.

¿Cuál debe ser el rol de los partidos en esta etapa?

Los partidos políticos no deben jugar un rol activo en esta materia.

Sobre todo si corren con la “suerte” que el Rechazo aumenta.

El Rechazo aumenta no porque la derecha o la izquierda esté haciendo campaña, sino precisamente porque la gente se está informando y no está quedando conforme con lo que de aquí está saliendo. Aquí hay un microclima. Yo creo que está dado porque hay mucha pasión por defender propuestas e ideas y porque llevamos encerrados siete meses. Pero las encuestas son lapidarias y es una tras otra, no les echemos la culpa.

Hay un consenso en que si gana el Rechazo, no concluye ahí el proceso. El mismo Presidente Boric dijo que estaban evaluando alternativas. ¿Estaría dispuesto a un nuevo proceso constituyente?

Si gana la opción de que esta Constitución no es la que deba regir, no se acaba el mundo. Pero hay que reaccionar rápido y anticiparse. Si el gobierno no se anticipa, esto puede terminar mal.

¿Terminar mal, cómo?

Puede terminar en conflictos sociales. Nadie tiene que ser agorero de estallidos, pero puede terminar mal en la suerte del gobierno hacia adelante, en su implementación del programa de gobierno, en la relación en el Congreso.

¿Qué fórmula le gusta?

Hay que convocar a expertos, convocar al esfuerzo que se hizo en esta Convención con el texto que salga, ratificar esa propuesta en un corto plazo por el Congreso, dirigido por el gobierno, y lo que no puede fallar es terminar con un plebiscito que diga sí o no. Puede ser esta u otra. Pero lo que sería imperdonable es que el gobierno no se antepusiera a una situación real que puede ser caótica.

¿Lo ha hablado con el gobierno?

(Silencio) A través de esta entrevista. b

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