El afectado del que nadie habla: casi 4 meses cerrado por socavones
El emblemático restaurante Stella Maris sufre con la decisión de la Delegación Presidencial de Valparaíso, que definió el lugar donde se emplaza como zona de riesgo. Su dueño espera una pronta reapertura, aunque teme que no sea así.
La idea de levantar un restaurante de ambiente familiar en los roqueríos de Cochoa, Viña del Mar, llegó a la cabeza de Samuel Lizana (89) hace 34 años. Con los ahorros de más de una década, el viñamarino se encaminó en la misión de encontrar a los arquitectos más adecuados en Santiago para instalar el negocio familiar en la costa del mar. “La idea llegó luego de un viejo amor, por eso decidí nombrar el local como ella: Stella Maris. Por más de tres décadas hemos funcionado como uno de los complejos gastronómicos más conocidos de Reñaca, aunque el sueño familiar se desmoronó hace unos meses”, comenta con desazón a La Tercera.
El 23 de agosto de 2023, las intensas lluvias del invierno provocaron un socavón que no solo obligó a la evacuación de tres edificios y más de 200 personas por riesgo de derrumbe, sino que además los escombros de rocas, agua e incluso un muro de contención cayeron sobre la cocina y terraza del emblemático local ubicado en Avenida Borgoño, justo debajo del complejo residencial afectado.
Según Lizana, ese incidente logró subsanarse rápido, cosa de no ver afectada la atención del público. Pero 19 días después, debido a los trabajos de contención del primer siniestro, liderados por la Municipalidad de Viña del Mar, la Delegación Presidencial de Valparaíso (DPR) y el Ministerio de Obras Públicas (MOP), un segundo socavón obligaría al locatario y a su equipo de trabajo a cerrar el restaurante de manera indefinida. La situación se mantiene hasta hoy.
“Alcancé a trabajar dos fines de semanas de manera normal después del primer socavón, hasta que el 11 de septiembre de 2023 la DPR nos obligó a cerrar”, sostiene Lizana.
A través de una resolución exenta firmada por la delegada Sofía González, la DPR de Valparaíso estableció un perímetro de seguridad en la Avenida Borgoño, “por tratarse de una zona de riesgo para la vida e integridad física de las personas”.
La decisión de las autoridades obligó a Lizana a poner fin al contrato de ocho trabajadores del restaurante, el cese de vínculo de otros cuatro colaboradores y la consecuencia de no tener los ingresos económicos que llegaban desde el local, a pesar de que no ha sucedido lo mismo con los gastos del restaurante: cada seis meses Lizana debe cancelar $3 millones por concesiones a la Armada de Chile, además de $1 millón cada cuatro meses por contribuciones.
Hoy, con una calle bloqueada por trabajos de construcción, Stella Maris está próximo a cumplir cuatro meses de cierre.
Acciones legales
Desde el municipio de Viña del Mar afirman a este medio que desde el primer momento de la emergencia “ha estado acompañando al dueño de este tradicional local gastronómico y manteniendo una comunicación permanente, debido a la importante afectación que sufrió su local por el socavón, que lo dejó lleno de arena”.
Asimismo, sostienen que el equipo municipal ha realizado visitas a terreno y ha mantenido conversaciones con Lizana, “quien ha manifestado la afectación por el cierre del restaurante y, al mismo tiempo, su agradecimiento por el acompañamiento realizado por el municipio, que está preocupado por la pronta solución de este tema que afecta a una de las actividades económicas más importantes para el turismo de la zona”.
Consultada por este tema y las gestiones en este caso, en tanto, desde la Delegación Presidencial de Valparaíso decidieron no emitir declaraciones.
Como sea, el dueño del restaurante hoy está siendo asesorado por el abogado de Rosal 360, Antonio Villarreal. La idea es enfrentar no solo el cierre de su local, sino que los daños generados por el primer socavón.
El pasado 20 de septiembre el defensor ingresó una acción legal en contra del MOP por la afectación y la irresponsabilidad en las medidas que se han tomado para enfrentar la emergencia, “porque ha impedido que los locales puedan funcionar normalmente y lamentablemente no se visualizan soluciones en el corto plazo”, comenta el abogado.
Además, dice que a esta medida se sumará una próxima demanda civil a favor de los residentes de los edificios evacuados al existir una responsabilidad extracontractual del Estado por grave falta de servicio, a través del MOP, Dirección de Obras Hidráulicas y la empresa licitada.
“Da rabia y molestia. Las autoridades de la región se llenan la boca con que el turismo y la gastronomía son una de las aristas más importantes para la zona, pero sus acciones dicen otra cosa. Hasta la fecha no me han dado solución de reapertura próxima o algún apoyo económico. Ni para mí ni mis trabajadores”, afirma el locatario, a quien le duele ver que los cuatro locales gastronómicos ubicados a metros de distancia por la costa de Cochoa sí han podido seguir operando normalmente al no sufrir graves afectaciones.
“No tengo certeza de lo que venga de acá en adelante. Los ahorros para vivir se van acabando y uno trata de arreglárselas como puede. Solo espero seguir cerrado unos tantos meses, pero no para siempre”, concluye.
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