León Reynes, empresario gastronómico de barrio Lastarria: “Vamos a dar la pelea, no esperamos dos años de brazos cruzados para volver a cerrar”
El viernes 30 de julio, el barrio Lastarria volvió a ser vandalizado: una turba que participaba en manifestaciones en Plaza Baquedano irrumpió en el sector ocasionando una serie de destrozos y poniendo una nueva nota de incertidumbre sobre el futuro del polo gastronómico apostado en el lugar.
El empresario gastronómico, León Reynes (30) está a cargo de cuatro de las ocho marcas del grupo que fundó su padre Jérôme Reynes, creador de Le Fournil y Cuerovaca. El heredero de uno de los mayores grupos ligados a la gastronomía dirige Krossbar, Uncle Fletch, Lulupok y Chicken Love You. Esta última es su última invención, nacida en plena pandemia y en la que se asoció con Felipe Sánchez para crear la primera sandwichería de pollo de Santiago.
Pero, sin duda, las dos mayores joyas de este grupo de restaurantes y bares son: Bocanariz y Chipe Libre. El primero, fundado en 2011 por su padre, Jérôme Reynes junto a la enóloga Katherine Hidalgo. Ambos se ubican en el barrio patrimonial de Lastarria, que el pasado viernes sufrió una serie de destrozos producto de una turba que participara en manifestaciones en Plaza Baquedano.
El joven ingeniero, que estudió en Francia, explicó que “fue un evento que no habíamos visto en muchos meses, los garzones y los clientes tuvieron que entrar en el local mientras pasaban los manifestantes”. Sin embargo, insistió en el mensaje de seguir adelante a pesar de las dificultades. “Vamos a dar la pelea, no esperamos dos años de brazos cruzados para volver a cerrar”, remató.
Por las calles del barrio Lastarria no existe ánimo de derrota entre sus locatarios tras lo ocurrido, sino que todo lo contrario. A través de una organización buscan que sus demandas de mayor seguridad para el sector sean escuchadas y luego de los desmanes fueron visitados por la alcaldesa Irací Hassler (PC), quien comprometió mayor ayuda a los comerciantes.
¿Qué le parecen los desmanes ocurridos en Lastarria el pasado fin de semana?
Hay mucha gente en el sector oriente que piensa que los hechos de violencia se acabaron con la puesta en marcha de la Convención Constitucional, pero esto no es así. Cada vez que avanzamos a Fase 3, en Plaza Italia los viernes hay desórdenes. Eso afecta lamentablemente después a Bellavista y el barrio Lastarria. Ha sido súper complicado, porque los otros días de la semana se trabaja bien, pero los problemas ocurren los viernes en la noche.
¿Qué resguardos han debido tomar después de lo ocurrido, considerando que en Lastarria cuentan con Bocanariz y Chipe Libre?
Hay que estar ahora con los ojos abiertos y las orejas muy preparadas. Si viene una turba, tenemos que entrar al personal y a la gente. No queda de otra. Por ahora, hay una organización de locales y restaurantes que está viendo qué hacer, pero la verdad es que tampoco vamos a hacer algo en particular. El Estado nos debe resguardar la seguridad, no estamos en Texas. Es responsabilidad del gobierno darnos certezas.
¿Sería partidario de cerrar el barrio Lastarria y establecer pórticos en su entrada y salida?
Me parece una medida bastante extrema y complicada, porque Lastarria considera varias calles. No sé si el barrio conservaría el mismo atractivo si se cierran sus calles. No sé si es lo que la gente busca. Si pasa eso, seguro irían a otro barrio a provocar desmanes y no es la idea tampoco.
¿Qué tuvieron que hacer cuando vieron llegar la turba?
Empezamos a oír mucho ruido. De inmediato se dio la orden de resguardar a toda la gente que estaba afuera del local. Tuvimos que cerrar los pórticos y esperar que pasara la turba. Todo fue traumático, no fue nada agradable. Fue como un maremoto que llega y destruye, pero después el mar vuelve y las aguas se calman. Sólo en ese momento pudimos volver a salir a la calle. Esto es lo único que puedes hacer, porque no se puede hacer mucho más. Todo esto es lo que me contaron los trabajadores, porque yo tuve un accidente, me fracturé una pierna y estoy con movilidad reducida.
¿Cómo lo hacen con los clientes? ¿Les avisan que deben tener cuidado ante una eventual turba o disturbios?
Fue un evento que no habíamos visto en muchos meses, los garzones y los clientes tuvieron que entrar en el local mientras pasaban los manifestantes. Nuestros locales seguirán abiertos. Vamos a dar la pelea, no esperamos dos años de brazos cruzados para volver a cerrar. Pero la verdad es que tampoco fue una destrucción mayor, porque creo que los medios muestran algo más terrible de lo que fue en realidad.
¿Cómo así?
La turba no entró a los locales para quemarlos.
No, claro, pero sí provocaron destrozos.
Rompieron sillas y volcaron las mesas. No incendiaron ningún local. No fue como la otra vez que quemaron la iglesia. El caso evidentemente provocó miedo y fue llamativo, pero en un contexto en el que no habían ocurrido destrozos en el lugar hace mucho tiempo.
¿Cree que Carabineros debiera aumentar la vigilancia o instalar una cabina para mayor resguardo?
He visto que en algunos lugares ponen unas cabinas para carabineros y es hasta peor, porque las apedrean. La verdad es que no lo sé. Es muy complicado el tema, no soy de las personas que puedan dar una opinión con fundamento en esta materia, porque no tengo conocimiento en manifestaciones o cómo manejarlas. Sí tengo la sensación de que no las están manejando bien, pero tampoco tengo respuesta para poder dar una solución.
¿Una alternativa podría ser que se instalen más cámaras para una planificación centralizada frente a las manifestaciones?
Sí, puede ser. Pero la verdad es que no lo sé.
¿Qué expectativas tiene de este periodo en el que han caído los niveles de positividad de la pandemia a niveles mínimos y se analiza una tercera vacuna?
El sector de Lastarria y en particular el comercio han sido muy afectados. La gastronomía también ha sido muy golpeada, al igual que los hoteles y cines, que no han abierto sus puertas en dos años. Gracias al delivery nos hemos podido readaptar en todo este periodo. Los estudios dicen que la mayoría de las contaminaciones del Covid-19 se producen en las casas y no necesariamente en los lugares de trabajo o de diversión. Para los restaurantes con los controles que ha dispuesto la autoridad y las exigencias que tenemos, pienso que es un lugar bastante seguro. Tenemos restricciones que van desde tener alcohol gel en la entrada a un aforo limitado, al igual que todos los restaurantes.
¿El Grupo Reynes cerró locales durante la pandemia?
Tenemos la misma cantidad de locales. Antes de la pandemia teníamos unos 550 trabajadores y ahora tenemos unos 300. Tuvimos que disminuir a la mitad. Pero a pesar de estar complicados durante todo este periodo decidimos sacar una marca nueva que se llama Chicken Love You. Es una sandwichería que ha tenido una muy buena acogida. Hoy tenemos ocho marcas:
¿Cómo están funcionando hoy sus locales?
Hay algunas que tienen un delivery potente y con eso hemos estado muy bien en la pandemia durante los meses que tuvimos que estar con los locales cerrados. Hay otras marcas en las que el delivery no ha funcionado. Por ejemplo, Kross Bar, donde la gente va a tomarse un schop y a compartir con amigos. El sistema de reparto a domicilio lo hemos intentado implementar, pero no ha funcionado. Ahora que volvimos a abrir, el local funciona increíble. Todos están funcionando muy bien en Fase 3 y cuando estábamos cerrados: Uncle Fletch, Chicken Love You y La Fábrica funcionaron muy bien en delivery y el resto más o menos. Más o menos al punto que en la última cuarentena hubo varios locales que ni siquiera abrimos.
¿Qué otras medidas debieron tomar para paliar los efectos de las restricciones de movilidad?
Los grupos gastronómicos que estaban mal parados previo a la crisis sanitaria difícilmente pudieron sobrevivir. De manera general teníamos conceptos que habían sido exitosos. Teníamos espaldas financieras y eso también nos ha permitido generar confianza en nuestros proveedores y la gente que nos arrienda los locales. Pero hoy tenemos una deuda importante que como todos estamos esperando que estos meses funcionen bien para poder pagar esa deuda. Los malls hicieron algo que encuentro que fue súper bueno. Parque Arauco, Mallplaza y Espacio Urbano cobraron sólo arriendo porcentual a los que vendían, más los gastos comunes. Pero igual, los que estaban cerrados, nosotros estuvimos con un local cerrado en un mall un buen tiempo e igual tuvimos que pagar los gastos comunes todos los meses. No es cerrar y no pagar. Siempre hay algo que pagar, partiendo por las personas que están en suspensión, a las cuales debemos seguir pagando sus cotizaciones.
El Uncle Fletch de Parque Arauco lo tuvimos cerrado hasta estar en Fase 3, porque como no tiene terraza, no nos salía a cuenta abrirlo.
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