¿Qué cambiar? La discusión que se abrió en los partidos oficialistas
El golpe de timón del PPD -con el posicionamiento desde el “Apruebo para mejorar” de cara al plebiscito- sinceró la discusión, principalmente en el bloque del Socialismo Democrático, sobre los aspectos que generan “incomodidad” de la propuesta de nueva Constitución. En Apruebo Dignidad, en cambio, la postura no movió la aguja. “Es una discusión extemporánea”, califican.
“Uno no puede esperar que el texto sea perfecto, no hay textos perfectos”, señaló la mañana de este viernes, en una entrevista radial, el senador José Miguel Insulza (PS).
La inquietud del socialista refrenda, de cierta forma, la minuta del PPD (“Aprobar para mejorar”) que establece ciertos aspectos a reformar -como volver a renombrar como “Senado” a la “Cámara de las Regiones” o eliminar la reelección inmediata del Presidente de la República-, en caso que se apruebe la nueva Constitución en el plebiscito del próximo 4 de septiembre.
En una cita previa a la redacción final del documento del PPD, varios de los puntos fueron discutidos por personeros del partido, como Ricardo Lagos-Weber, Guido Girardi, Adriana Delpiano, Carolina Tohá, Francisco Vidal, Nicolás Eyzaguirre y Domingo Namuncura.
Así, ya lo había adelantado el sábado pasado, en entrevista con La Tercera, la presidenta de la colectividad, Natalia Piergentili, quien dijo que tras el plebiscito “el proceso constituyente va a seguir adelante, con otros actores y será el Congreso quien tome la posta”.
Y para concretar los cambios que plantea el partido, el escenario ya es claro: la Convención ya definió dentro de sus artículos transitorios un mecanismo especial de reforma que aplicará para el actual Congreso, es decir, hasta 2026. Esta norma establece un quórum de 4/7 para las actuales Cámara Baja y Senado. Además, incluye una regla especial para “alteraciones sustanciales” en siete temáticas que requerirán de un referéndum ratificatorio -a menos que el proyecto consiga 2/3 en el Parlamento-, incluido medioambiente.
La norma permanente -que aplicaría para la Cámara de las Regiones y el Congreso de Diputadas y Diputados-, en tanto, se diferencia porque excluyen los capítulos de naturaleza y de normas transitorias.
Debate en las colectividades
Afinado el mecanismo para modificar el nuevo texto, en el Socialismo Democrático hay consenso en que la acción del PPD -firmada por su comisión política y con una redacción final donde estuvieron involucrados, entre otros, el constitucionalista José Antonio Ramírez, el exministro Segpres Jorge Insunza y el exintendente Víctor Barrueto- sincera la discusión dentro del bloque.
En Apruebo Dignidad, por otro lado, es visto con cierto recelo hablar de reformas antes del plebiscito, principalmente porque es considerado como un desincentivo a aprobar, instalando “debilidades” de la nueva Carta Magna. Esto en línea con lo que ha dicho el mismo Presidente Gabriel Boric en referencia a las “terceras vías”. De hecho, el convencional del FA Fernando Atria aseguró, en entrevista con este medio, que “no hay nada que se requiera reformar” en el proyecto de nueva Constitución.
Más allá de que no es una discusión grata para el sector, no es desconocido, por ejemplo, que entre los senadores socialistas hay una especial animadversión al fin del Senado y a las menores facultades con las que contará la Cámara de las Regiones. En ese partido, en todo caso, no hay definiciones puntuales de los aspectos que son deseables cambiar. Sin embargo, el mismo Insulza dio ciertas luces.
“Si se aprueba el nuevo texto, tenemos que dictar en el corto plazo cerca de 40 leyes que están circunscritas al correcto funcionamiento de la nueva Constitución. Dicho eso, hay algunas cosas de detalle, de forma. Considero muy liviano cómo se trata el tema del sistema de pensiones, pero lo principal para mí tiene que ver con el sistema político, el balance del Congreso y las funciones del Poder Judicial”, afirmó.
En el think tank del PS, el Instituto Igualdad, su presidenta, Clarissa Hardy, adelantó que no existe un análisis como el que ha hecho el PPD, porque en la colectividad el mandato es “Aprobar sin apellidos”, en línea con lo que planteó la nueva timonel, Paulina Vodanovic.
“Cuando termine el plebiscito empezará otra tarea que será la implementación con decenas de leyes y reglamentos”, dijo Hardy.
En el Partido Liberal, la jornada clave para este debate se dará en el consejo citado para el próximo 2 de julio, donde probablemente se emita un voto político a favor del Apruebo, pero con matices.
El diputado Vlado Mirosevic (PL) sostuvo que “en el partido hay una preferencia muy clara sobre el Apruebo, porque este texto es muchísimo mejor que el anterior, más legítimo y más actual. Pero también hay una crítica en la manera y en el tono en que la Convención se desplegó”.
En la colectividad transmiten que es probable que el voto político de cara al plebiscito contenga un llamado explícito a reformar ciertos aspectos, como el sistema político. Aunque la especificidad de los puntos aún no está clara, en los intercambios entre militantes preocupa la reelección presidencial, los equilibrios de facultades entre ambas cámaras y el funcionamiento de la justicia constitucional.
En el PC, en tanto, su secretario general, Lautaro Carmona, señaló que no se cierra a esa discusión. “Luego de aprobar el texto vendrán los procedimientos que la nueva Constitución contempla, como modificaciones, ajustes. Hay formas de debate, hay quórums caso a caso”, aseveró.
Sin embargo, es reticente a plantear hoy un debate de fondo. “Tenemos que analizar cada uno de los aspectos, pero no tenemos ninguna duda de que esta es una Constitución que debe ser aprobada sin apellidos. Cada cosa tiene su tiempo, empezar a agregarle fenómenos que relativizan el trabajo de la Convención no me parece y es una discusión extemporánea”, concluyó.
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