Rafael Grossi, jefe OIEA: “Corea del Norte hizo lo que no queremos que suceda con Irán”
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) recuerda que en su momento Norcorea ensayó un arma nuclear y ahora posee un gran arsenal atómico. Es decir, cruzó una línea que no debe repetirse en el caso iraní. Según Grossi, Teherán no posee una bomba atómica, pero podría construirla. La próxima semana estará en Chile en el marco de una reunión de la ONU en Santiago, y en ese marco concedió una entrevista a La Tercera.
Desde fines de 2019, el diplomático argentino Rafael Grossi dirige uno de los organismos que literalmente lidian con la “paz mundial”. Como director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Grossi debe velar porque se cumplan las normas de seguridad nuclear, entre otras materias. Por eso, no es raro que de tanto en tanto deba viajar a Irán, o también a Rusia, para reunirse con Vladimir Putin.
“Lamentablemente hay un retorno al factor de las armas nucleares, pero no es casual, sino la resultante de una situación internacional que se ha tensado de una manera inesperada”, plantea. La próxima semana Grossi estará en Chile, en el marco de la reunión de todos los directores de agencias de Naciones Unidas. Desde Viena conversó con La Tercera vía Zoom.
¿Después de su paso por Chile usted espera viajar a Irán?
Está previsto, pero aún estamos en negociaciaciones con el gobierno iraní acerca de una posible visita. El Vicepresidente de Irán me extendió una invitación para ir a Teherán y para volver a (sostener) un diálogo sobre cantidad de cuestiones que tenemos pendientes. El dossier iraní es muy complejo y estamos en un momento muy tenso, como es obvio, en el marco internacional, incluido Medio Oriente y en particular en lo que respecta a la República Islámica de Irán, que acaba de intercambiar fuego directo con Israel, nada menos. Estamos en un momento de enorme tensión, en la cual el factor nuclear dentro de la ecuación tiene un papel muy grande, muy importante, porque existe una preocupación acerca de los verdaderos fines o intenciones o motivaciones del programa nuclear iraní, que es lo que nosotros dentro de la OIEA inspeccionamos y salvaguardamos con nuestra tarea de los inspectores.
¿Qué le ha transmitido su equipo de inspectores en Irán en cuanto a si alguna instalación nuclear sufrió daños tras el último ataque de Israel que usted mencionaba?
Estuve en contacto con los equipos nuestros que están allá y afortunadamente no hubo ningún impacto directo a una instalación nuclear. Hubo sí impactos bastante considerables en la ciudad de Isfahán, que es donde hay distintas instalaciones vinculadas al programa nuclear iraní, sobre todo referidas a la fabricación de combustible, a la minería de uranio y también hay un reactor de investigación. Ahí hubo un impacto bastante fuerte en un aeródromo cercano a una de ellas. Pero las instalaciones en sí no fueron afectadas.
¿Un ataque como el de la semana pasada es capaz de provocar daño a este tipo de instalaciones nucleares?
Depende de la instalación. Existen instalaciones en la localidad de Natanz y otra en Fordow, que son instalaciones muy sensibles, porque son aquellas donde Irán tiene su programa de enriquecimiento de uranio. En el caso de Fordow están en unos túneles en una montaña y en Natanz están construyendo una serie de túneles en los cuales van a enterrar todas esas instalaciones de ultracentrífugas, que son las máquinas necesarias para el proceso de enriquecimiento de uranio. En julio de 2020 hubo un ataque con explosivos en Natanz en uno de los laboratorios de investigación y desarrollo, y fue completamente destruido. Ha habido actos de sabotaje y situaciones no muy claras en el pasado.
¿Cuánto ha avanzado Irán en el enriquecimiento de uranio después del fin del acuerdo nuclear en 2018?
Después del fin del acuerdo, Irán está ahora enriqueciendo uranio al 60%. Para hacer una bomba nuclear hace falta enriquecer al 90%. Pero técnicamente hablando es prácticamente idéntico. Han llegado a ese nivel, que es altísimo. Irán también ha desarrollado capacidad de fabricación y utilización de centrífugas de última generación. Las centrífugas que estaban normadas por el acuerdo eran de primera generación, muy antiguas, se rompían a menudo; las de ahora son cuatro o cinco modelos más modernas y más eficientes, y por lo tanto son centrífugas que necesitan menos unidades para enriquecer más uranio a más alto nivel. Esto genera en la comunidad internacional ciertos temores y hace que aumente la tensión respecto al programa nuclear, y al posicionamiento de otros actores regionales como Israel o también de otras potencias.
¿Ha habido alguna ocasión en que Irán se haya acercado al 90% de enriquecimiento de uranio?
Sí. Hubo una ocasión, que ellos lo explicaron como una oscilación un poco azarosa. Pero ellos pueden enriquecer al 90% sin problema.
¿Eso significa que Irán está en condiciones de construir una bomba atómica?
Debemos ser cuidadosos. Lo que sucede no es banal, porque tienen la capacidad que poseen muy pocos países de fabricar el material que es necesario para tener un artefacto nuclear explosivo. Para tener una ojiva nuclear, una cabeza nuclear, hacen falta muchas otras cosas: metalizar el uranio, tener detonadores y probablemente ensayarla. De modo tal que yo siempre trato de hacer una distinción: solamente los países que tienen armas nucleares enriquecen uranio a estos niveles. Al mismo tiempo, esto no da pie para afirmar que, hoy por hoy, Irán tenga un arma nuclear. Pero hay una enorme preocupación en la comunidad internacional por los pasos que viene dando Irán en esa dirección.
Para despejar dudas, ¿entonces Irán no tiene una bomba atómica?
Hoy no, pero tiene una cantidad de desarrollos tecnológicos que son compatibles con la posible fabricación de un arma nuclear. Encima de eso, ha sido preocupante escuchar a altos funcionarios iraníes decir públicamente que ellos tienen todos los elementos, pero que no los ensamblan porque sería antiislámico u otro justificativo de esa naturaleza. Ante eso he respondido que Irán no tiene derecho a tener un arma nuclear, porque Irán es, como Chile o Argentina, suscriptor del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.
En el caso de Israel, ¿ese país tiene un arma nuclear y tendrían derecho a poseerla?
La política de Israel ellos mismos la han definido como de opacidad. Eso quiere decir que ellos no afirman ni niegan tener armas nucleares. Debo puntualizar que desde la perspectiva de la OIEA nadie debería tener armas nucleares, y eso incluye a Israel. Hay que decir que Israel ha optado, junto a otros países como Pakistán, India o Corea del Norte, por no firmar un acuerdo. Ellos no son parte del TNP.
¿Cuán perjudicial fue que Estados Unidos se retirara en su momento del acuerdo nuclear iraní?
Es un asunto debatible. El Presidente Trump desde que era candidato había dicho que la filosofía de ese acuerdo no la compartía, y lo abandonó. Está claro que la situación en la que estamos ahora es sumamente peligrosa, porque Irán no tiene ninguna cortapisa. Ellos afirman que están cumpliendo con el TNP, pero nosotros tenemos algunas dudas: Irán no ha cooperado de la forma que debiera cooperar. Nuestros inspectores, por ejemplo, encontraron trazas de uranio enriquecido en lugares donde ahora hay parques de estacionamiento o una granja. Eso quiere decir que ahí hubo actividades, y si hubo actividades está ese uranio. ¿Por qué no declararon eso? ¿Dónde están las cosas que tenían ahí? Y ellos no han respondido cabalmente a esas preguntas. Irán siempre se queja de que no es tratado como un país normal y yo les digo que si quieren eso deben ejercer la transparencia.
¿Cuándo fue la última vez que estuvo en Irán y cuántos inspectores mantiene la OIEA en ese país?
Estuve ahí hace un año y la agencia tiene muchos inspectores, bastante más de 10. Depende del momento.
Se ha reportado que en las conversaciones que está llevando a cabo con EE.UU. para normalizar sus relaciones con Israel, Arabia Saudita exigió un programa nuclear. ¿Cómo evalúa aquello?
No es secreto que Arabia Saudita ha manifestado su deseo de acceder a la tecnología nuclear con fines pacíficos. Es decir, tener reactores nucleares. Emiratos tiene cuatro centrales nucleares, Egipto va a tener centrales y los saudíes en una perspectiva de largo plazo están pensando añadir un componente nuclear a su parque energético, que está basado en petróleo y gas. Ha habido especulaciones de la finalidad última de ese programa saudí y de si esto tendría el carácter espejo de lo que está haciendo Irán. Si lo hace, deberá tener un sistema de inspecciones. (Aún) es especulativo.
Hace no tanto, en febrero, Vladimir Putin advirtió a Occidente sobre el riesgo de una guerra nuclear. ¿Cómo toma esto la OIEA?
Nosotros tenemos un diálogo permanente con Rusia. Yo particularmente me he entrevistado en más de una ocasión con el Presidente Putin. Para no ir más lejos, hace un mes, en relación con Ucrania y la central nuclear de Zaporiyia. Esa central era, o es, de Ucrania, pero ahora está manejada en territorio ocupado por Rusia en el contexto de la guerra. Yo he dicho que cualquier afirmación sobre el uso de armas nucleares es inaceptable. No se puede hablar con ligereza de utilizar armas nucleares en conflictos de carácter convencional. Lamentablemente esto es una tendencia. En realidad es un reflejo de los tiempos que estamos viviendo, de enorme tensión geoestratégica, de una intensidad no vista en muchos años, y la mención del arma nuclear es cada vez más frecuente. Por eso debemos evitar que más países se doten de armas nucleares.
¿Hay peligro de algún accidente en Zaporiyia, ya que está al medio del frente de batalla?
La central está ubicada sobre la línea del frente, por lo tanto está en un vórtice de peligro realmente inusitado. Ya se ha atacado la planta en el pasado. El 7 de abril tuvimos que denunciar unos ataques con drones sobre la planta, que son indicadores preocupantes.
¿En la reunión que usted sostuvo con Putin él se comprometió a tomar medidas adicionales de protección a esa central?
Ellos sostienen que al tener el control de la planta, no tienen interés en atacarla. Pero ambos lados se acusan mutuamente. Estamos caminando en una línea muy delgada ahí. La OIEA tiene inspectores en Zaporiyia.
En un momento Corea del Norte fue la gran amenaza nuclear global ¿Eso ya está superado?
Lo que está es incorporado, más que superado. Corea del Norte hizo lo que no queremos suceda con Irán: Norcorea pasó la línea, atravesó la frontera que lo separaba de la no proliferación y ensayó un artefacto nuclear en octubre de 2006. Luego realizó cinco ensayos más. Tiene un arsenal calculado en 100 ojivas nucleares, de modo tal que esa es una lamentable realidad. Hay una tensión en la península coreana, pero que está en cierto modo contenida; la situación de Medio Oriente es mucho más volátil. Por eso hemos dicho que si Irán pasa esa línea, otros países también lo seguirían. Ahí estaríamos en una pendiente de enorme peligrosidad para la paz mundial.
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