Senador Galilea (RN): “El error político del gobierno fue jugarse por llegar justito con 33 votos para el fiscal nacional”

Rodrigo Galilea
16 DE OCTUBRE DE 2019/VALPARAISO Senador Rodrigo Galilea en la comisión de constitución del senado FOTO:PABLO OVALLE ISASMENDI/AGENCIAUNO

El legislador, quien fue el negociador de su bancada con el gobierno, revela que desde un principio les advirtió a las ministras que José Morales no era una opción para gran parte de RN. Para el futuro sugiere la posibilidad de que las votaciones para fiscal nacional sean secretas, para evitar presiones indebidas, favores por un voto o represalias.


Fue la opinión disidente dentro de la Comisión de Constitución, que el martes pasado le recomendó al Senado ratificar a José Morales Opazo como fiscal nacional.

Esta no solo influyó en RN, también tuvo eco en otras bancadas, que finalmente no le dieron los 33 votos necesarios al fiscal jefe de la Fiscalía Local Santiago Norte. A juicio de Rodrigo Galilea (RN), a La Moneda le “faltó ponderar mejor la opinión de muchísimos senadores, que tenían muchas dudas”. Incluso, revela que RN desde un principio le hizo ver al gobierno que preferían a otros candidatos.

Ud. dijo que al gobierno le faltó conversar. Pero con usted sí habló la ministra Marcela Ríos y también la ministra Ana Lya Uriarte.

Habitualmente conversaba con la ministra Ríos sugerencias más personales, y finalmente le transmití ciertos criterios que habíamos acordado en la bancada de RN. Dentro de esos acuerdos no estaba José Morales.

¿Y con la ministra Uriarte?

Tuve una muy pequeña conversación. Y, bueno, me imagino que ambas y el comité político tienen que haber evaluado conversaciones con otros senadores y pensaron que José Morales iba a generar consensos. Se hizo una mala lectura. Los “no respaldos” a Morales estuvieron en todas las bancadas y eso refleja que en el Senado había muchas dudas. Faltó darle más vueltas y conversar más.

Para ser más claros, ¿ustedes propusieron nombres?

Creíamos que se podía llegar a consensos en base a algunos nombres. No los voy a mencionar, porque son conversaciones privadas. Pero en el gobierno pensaron otra cosa. Ahí está el error político: jugarse por llegar justito con 33 votos. Hay un error de juicio del comité político y del Presidente.

Si no era José Morales, ¿quién es su candidato?

Esos son acuerdos privados del comité de RN.

En la sesión del lunes pasado planteó que “tiene que venir alguien que no esté ligado a todo este proceso de los últimos años” en la fiscalía. El único que calzaba era el abogado Ángel Valencia.

Mis palabras apuntaban a que no hubiera estado tan directamente involucrado en lo que es la dirección de la fiscalía. Había más de un candidato con ese perfil.

En la exposición de Morales del lunes pasado, llamó la atención la dureza de sus preguntas.

Mi obligación es formarme una convicción. Y a José Morales, que lleva 20 años en la fiscalía, había que preguntarle por los casos de más exposición pública. Me preocupé de hacer las preguntas en un buen tono. A Morales no lo conocía y no tenía ningún prejuicio con él. Simplemente, con libertad, me formé una convicción que se manifestó en mi voto.

¿Tenía un reparo ético de él? Le preguntó por el “caso basura”.

Quizás era el más complejo de preguntar. Le dije que hasta me costaba hacer la pregunta en términos correctos. Leyendo todos los antecedentes del caso, en que él había sido citado como testigo, me pareció que su conducta había sido al menos imprudente.

En el fraude en Carabineros, ¿ahí también apuntaba por lo menos a una desprolijidad o no?

El fiscal Morales tuvo una denuncia de que un carabinero aparecía con una cantidad de plata inusual en su cuenta. Él ofició a Carabineros, que contestó que ellos no sabían nada, y ofició a la Contraloría, que dijo que no tenía noticia. Eché de menos que no siguiera la ruta del dinero, por ejemplo, llamar a la persona que estaba denunciada, pedirle explicaciones, y si estas no eran suficientemente justificadas, empezar a tirar del hilo, como se dice, hasta llegar al origen de estas platas que sabemos que eran fraudulentas.

El senador Juan Castro dijo que hubo lobby. ¿ A usted lo llamaron abogados externos para presionarlo o pedirle su voto?

En todos los nombramientos hay llamados para recomendar y para no recomendar. No me complica, me siento completamente libre. Recibí llamadas en pro y en contra del candidato.

Reuniones por su voto. ¿Tuvo?

No, no recibí solicitudes de lobby.

El problema es que la Ley de Lobby no los obliga a transparentar las llamadas.

La Ley de Lobby tiene su objetivo, pero finalmente todos tenemos parientes y amigos que se sienten con la libertad y hasta con el derecho a decir ‘oye, yo sé esto de tal persona’. Eso es imposible de limitar. No es lógico tampoco declarar cada llamada por teléfono o cada WhatsApp. Las llamadas por lo general son de personas cercanas.

¿Y usted no quiere transparentar de quiénes recibió llamadas?

No se trata de transparentar o no transparentar. No creo que uno deba estar comunicándole al mundo cada conversación por teléfono o WhatsApp. Eso está mucho más allá del sentido común.

El senador Rafael Prohens planteó una votación secreta para evitar estas tensiones y presiones.

Es distinto. La votación secreta para este tipo de cargos estaba en el reglamento del Senado hace decenas de años, antes de 1973. Tiene una cierta lógica respecto de un cargo como el fiscal nacional, para evitar presiones indebidas. El fiscal nacional tiene un poder que si llega a ser mal usado es muy, muy complejo. Si un senador eventualmente está citado como testigo o investigado, es muy complejo saber si vota a favor o en contra, porque ambos votos pueden ser malinterpretados. Tiene bastante lógica analizar que esa votación sea secreta para evitar que haya, entre comillas, favores por un voto o represalias por parte de un eventual fiscal nacional. Es algo que hemos empezado a conversar.

¿En su bancada había temor de sufrir represalias?

No lo sé.

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