Bienal de Venecia 2023: Equipo de académicos USS lidera pabellón chileno en famosa muestra de arquitectura
“Ecologías en movimiento” es el proyecto que los arquitectos Loreto Lyon, Gonzalo Carrasco y Alejandro Beals presentarán en la decimoctava Bienal de Arquitectura de Venecia, que este año reúne propuestas arquitectónicas de más de 60 naciones bajo la temática “El Laboratorio del Futuro”, buscando visiones sobre cómo la arquitectura incidirá en la lucha contra el cambio climático y la descolonización. En esta nota, los representantes chilenos explican detalles de su proyecto que será exhibido desde el 20 de mayo en Italia.
“A nivel antropológico, todos somos africanos. Y lo que pasa en África nos afecta a todos”. Esa es la premisa que defiende Lesley Lokko, arquitecta ghanesa-escocesa, para buscar lazos de unión en la arquitectura y su incidencia en tópicos tan relevantes como son la descolonización y descarbonización. Ella es la curadora principal de una nueva versión de la Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, este año titulado “El Laboratorio del Futuro”, definiendo la primicia con la que profesionales de todo el mundo investigarán -desde sus realidades- los vínculos con el continente donde partió el origen de la humanidad, y que presenta los problemas propios de un mundo con crisis climática y migratoria.
Un tema que inspiró a los curadores del pabellón chileno para levantar la propuesta “Ecologías en movimiento”, proyecto que fue elegido por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile para representar al país en la exposición.
“Ecologías en movimiento” busca contar cómo hace dos siglos en el parque urbano de la Quinta Normal se imaginó el futuro del país mezclando ciencia y arquitectura, dando cuenta de un momento en el siglo XIX donde se pensó el futuro de Chile desde el jardín de aclimatación.
Diferentes especies traídas en 1852 por Luis Sada Di Carlo, agrónomo italiano contratado por el gobierno chileno, formaron parte de una serie de plantas vivas y semillas, que se trajeron de vastos lugares del mundo, para dar forma a la colección del jardín que se volvería un laboratorio del futuro de Chile.
“La Quinta” es un lugar simbólico para Santiago, que con 182 años de historia se ha convertido en un espacio de reunión de las familias capitalinas. Cuando se plantó en la Quinta Normal, Chile imaginaba el futuro desde una “visión productivista”, explican sus creadores. “Estábamos saliendo de la colonia e imaginando el futuro. El escenario hoy es otro: Chile se encuentra en uno de los lugares con mayor diversidad de Sudamérica, pero a la vez con mayor vulnerabilidad de las especies”, explica Gonzalo Carrasco, curador responsable de la exhibición y creador de la propuesta quien, junto a sus colegas y académicos de la Escuela de Arquitectura de la U. San Sebastián (USS) Loreto Lyon y Alejandro Beals, ya se encuentran en Venecia para implementar el pabellón chileno. Este proyecto que fue seleccionada entre 28 propuestas en un concurso público internacional, anunciado en noviembre de 2022, y en forma unánime.
Cuidar, reparar y rehabilitar son los desafíos del presente, siendo un ejemplo de cómo pensar las ciudades y territorios desde nuestra interacción con las especies. “Vemos que el futuro de la humanidad está en la conservación”, sintetiza Loreto Lyon, dando luces de lo que podrá verse en Venecia. Ante ello, la académica USS complementa: “Para subsistir al cambio climático creemos que es fundamental pensar en un futuro de preservación de ecologías y de restauración de los hábitats dañados por nuestras acciones”.
Detalles de la exposición
El propósito de la propuesta chilena es entender que ecología y arquitectura son disciplinas que deben trabajar unidas, pensando que los arquitectos trabajan con el paisaje, el territorio y su entorno. “Levantamos una serie de experiencias de arquitectos y arquitectas que están trabajando en el manejo ecológico y el paisaje, para dar una luz de esperanza frente a escenarios catastróficos, a través de una serie de especies que ayudarán a mejorar el hábitat futuro”, sostienen sus creadores.
Si bien Quinta Normal fue el punto de partida para para cambiar el paisaje chileno, los curadores, junto a los paisajistas Macarena Calvo y Cristóbal Elgueta, recolectaron un serie de semillas que están siendo las protagonistas en la reparación de ecosistemas degradados. Para esta misión el equipo contó con la colaboración del Banco de Semillas del Instituto de Investigaciones Agropecuarias en Vicuña (INIA), un lugar que en una bóveda de tres por dieciséis metros protegen el futuro de Chile. “Es un lugar fantástico que almacena el patrimonio genético del país”, señala Carrasco, contando que el banco tiene un duplicado en Kew Gardens de Inglaterra, con el que trabajaron en base a su colección.
La exposición se mantiene en hermetismo para ser una sorpresa ante el jurado y el público, pero el equipo adelanta que llevarán aproximadamente 250 semillas de 55 especies nativas chilenas, que han sido fundamentales para restaurar, rehabilitar y mejorar la vida de las personas en el futuro que vendrá. “Queremos relatar cómo una semilla puede transformar un territorio, y serán estas las protagonistas que contarán esta historia”, dice Loreto Lyon. “Mostraremos también trece proyectos de arquitectura y paisaje que buscan recuperar ecologías perdidas”, dice Carrasco al resaltar a través de la propuesta la gran cantidad de arquitectos y arquitectas del paisaje que existen en Chile.
El proyecto “Ecologías en movimiento” fue elegido entre otros 28 ideas participantes, de las cuales un jurado internacional seleccionado por el Ministerio de las Culturas, eligió 10 propuestas para la fase final. La exposición se abre al público el 20 de mayo, pero todo debe quedar listo el 16 de mayo a medianoche, para que el jurado de la Bienal pueda realizar la elección de los ganadores. En estos días, el equipo se encuentra en la ciudad italiana terminando la instalación para la inauguración, donde podrán compartir con pares mundiales los intereses de la arquitectura, el urbanismo y el paisaje en los tiempos de hoy.
Históricamente, la Bienal de Venecia ha planteado preguntas para imaginar cómo puede mejorar el mundo que vivimos. En 2021, el arquitecto libanés Hashim Sarkis presentó el lema “¿Cómo viviremos juntos?”, pensando sobre el reencuentro de las personas tras el COVID-19. Otro caso ocurrió en 2016, cuando la quinceava versión del evento estuvo bajo la dirección del arquitecto chileno Alejandro Aravena, galardonado con el Premio Pritzker, quien eligió el tema “Reportando desde la frontera”, hablando de cómo la disciplina puede mejorar la vida de la gente que pasa por circunstancias difíciles. “La arquitectura ya no se puede entender como un hecho aislado”, plantea Alejandro Beals, destacando cómo esta influye en los contextos que interviene. “Eso es lo que traemos a la Bienal, quisimos dar cuenta que ya no podemos entender la arquitectura solo desde la construcción, sino que en su relación con el contexto y en conjunto con las especies vegetales, valorando su capacidad de transformar y de construir ecologías o restaurar zonas degradadas, teniendo el poder de mejorar la calidad de vida de las personas”, sostiene.
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