Climáticas: la academia en la que niñas aprenden a combatir una crisis global
Son jóvenes de toda Latinoamérica que, a través de una instancia educativa y virtual, aprendieron sobre el cambio climático. ¿Cómo? A través de la innovación y el liderazgo femenino. Estas son las jóvenes que quieren transformar el mundo.
Fue el último sábado de marzo. Ese día, como ha sido la nueva tradición de la pandemia, comenzó una videollamada. Una pantalla, varias cámaras encendidas y un mosaico de personas conectadas. Podría haber sido una reunión cualquiera, con personas comunes y corrientes. Pero no era ninguna de esas cosas.
Eran 600 niñas. Varias de Chile, otras de Argentina, Costa Rica, Bolivia y casi toda Latinoamérica. Todas adolescentes y jóvenes de entre 14 y 25 años. ¿Qué las unió? La búsqueda de un futuro más sustentable. La charla se podría resumir así. Pero fue bastante más que eso. Para ellas, la educación ambiental ya no es una opción: es vital. Y en algunos años más serán las mujeres que tomarán las decisiones sobre el cambio climático.
Ellas, dicen, sueñan en grande. Quieren ser referentes, líderes y convertirse en las caras visibles de distintas luchas. Son adolescentes, son mujeres, son Climáticas.
Y son las que quieren cambiar el mundo.
Ellas también son “Tremendas”
Climáticas es la primera iniciativa chilena que orientó la acción climática a través de la educación de niñas y adolescentes de toda Latinoamérica. La importancia de los océanos, el papel de los bosques, el cuidado de los suelos y el consumo responsable son los principales ejes de la Academia Climáticas.
El proyecto surgió gracias al colectivo “Tremendas”, una asociación de jóvenes chilenas que nació en 2018 y que pone su talento al servicio de la sociedad. El punto de partida fue una webserie de innovación y ciencias que conectó a cientos de niñas en Chile. En 2020, Rocío Sancha (25) asumió la dirección ejecutiva de Tremendas. En julio de ese año, cuenta, ya tenían una red de 200 activistas.
–Entonces dijimos “apuntemos a la comunidad internacional y no seamos solo chilenas”– recuerda Sancha.
A tres años, la historia es de Chile para el mundo. Actualmente cuentan con la participación de más de mil mujeres activistas.
Para Climáticas se hizo una convocatoria a través de redes sociales. Esperaban 300 postulaciones. Recibieron cerca de 830.
La Academia
Climáticas se desarrolló en conjunto con la facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez. Así, la universidad ayudó a enfocar el curso y las clases desde el desarrollo sostenible y la innovación.
Renato Cabrera, académico de la UAI, participó dando algunas charlas. Su tema era el desarrollo de proyectos con valor para los usuarios y el emprendimiento. ¿Bill Gates? ¿Steve Jobs? ¿Elon Musk? No. Uno, explica, ve siempre a los mismos emprendedores. Cabrera construyó un relato con mujeres que se atreven a aprender.
–Quería entregar inspiración y sacarnos de los dogmas clásicos de que solo algunos pueden llegar a innovar y emprender en nuestros países. Con Climáticas se dio algo grande. Nosotros, los expertos, podemos facilitar información, pero el rol de concientización y de empoderamiento lo han tenido las niñas –explica.
Climáticas x Tremendas se inspira en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, con cuatro focos: educación, igual- dad de género, acción por el clima y alianzas para lograr objetivos.
El sábado 27 de marzo fue la primera jornada de trabajo. Sebastián Vicuña, director del Centro de Cambio Global UC, realizó la primera exposición a las estudiantes. Crisis climática: ¿Cuál es su impacto? ¿Cómo podemos adaptarnos?
Vicuña estaba ansioso. Cuando comenzó su clase empezaron a aparecer más y más chicas. Una charla que, dice, ha hecho decenas de veces. Pero en esta oportunidad fue distinto. Primero había cien participantes conectadas, luego doscientas y siguió subiendo. Todo de manera virtual. Un gran mosaico de niñas escuchando atentamente lo que decía.
Así se desarrollaron 35 sesiones de aprendizaje global online. 14 semanas con clases miércoles y sábados.
–Era demandante en tiempo y las chicas, además, tenían que juntarse para trabajar en los proyectos que presentaron al final. Pero acá hay algo relevante: buscamos generar comunidad, que las chicas se puedan encontrar con otras como ellas y que al final todas se orienten hacia una meta en común –dice Sancha.
Además de Tremendas y la UAI, Climáticas contó con más aliados estratégicos para fortalecer el programa. Actores como la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile, Fiis, Plastic Oceans, Corporación Cultiva, Fundación Meri, Cambio Global UC y Acciona fueron algunos.
Más allá de la teoría
En la etapa final del curso, todas las participantes tuvieron el mayor desafío: desarrollar un proyecto práctico.
Se eligieron cinco ganadores: Aula Móvil (enfocado en entregar información sobre las problemáticas medioambientales), Circulan- do (plataforma para reunir emprendimientos que trabajen el concepto de “slow fashion”), Eco Match (iniciativa para conectar voluntarios para limpiar playas y reciclar lo recolectado), Gestión de residuos (creación de conversatorios familiares sobre el impacto medioambiental) y Conflictos ambientales rurales (sitio web para informar sobre conflictos socioambientales y entregar herramientas para la resolución de conflictos). Estos grupos de niñas recibirán capacitaciones de la UAI para desarrollarlos de manera independiente.
Estefanía Leiva, especialista en sistemas y procesos de Acciona Energía, participó como mentora de los proyectos finales del curso. Cuando era pequeña, recuerda esta ingeniera en biotecnología, no se daban estas iniciativas y la pandemia las ha facilitado. Su tarea fue ayudar a estructurar tres proyectos finales, uno de ellos fue destacado.
Hace poco menos de un mes, casi 600 niñas de toda América Latina y el Caribe celebraron el fin de Climáticas, a través de una graduación virtual en la que recibieron su diploma de participación.
El cambio es ahora
–El verdadero valor de Climáticas es que son mujeres y son jóvenes. Porque ellas no participan de los espacios de toma de decisiones y el 80 por ciento de los cargos de toma de decisión climática están ocupados por hombres. ¿Cómo hacer que mejore esa situación a futuro y tenga capacidad de cambio en el presente? A través de la educación de niñas. Es una solución climática –explica Sancha.
Ayer comenzó una nueva historia para Tremendas y cientos de niñas. Atómicas es un proyecto que quiere seguir educando a jóvenes. El foco es el área STEM –por sus siglas en inglés, es el acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics. Es decir, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas– y juntará a expertos que entreguen este conocimiento para interactuar día a día con las ciencias. No como algo abstracto, explica la directora ejecutiva de Tremendas, sino como una herramienta para mejorar el mundo:
Cabrera lo resume así:
Aunque a veces les cueste el doble hacer oír su voz, Climáticas demostró que con las niñas hay que seguir la lógica inversa. A veces los líderes de los cambios son muy pequeños, pero sus logros, sin duda, pueden ser enormes.
–La Academia les infla el pechito a las niñas. Y las hace pensar que sí pueden cambiar el mundo –concluye Sancha.
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