Desprendimientos de glaciar Queulat: ¿Qué lo provocó y cuáles son sus consecuencias?
Francisco Fernandoy, glaciólogo de la Universidad Andrés Bello, explica que presencia de más agua podría ser un factor facilitador de este proceso natural, probablemente por la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos y el aumento de la temperatura en la zona. “Lo que estamos viendo a nivel global es que todos los glaciares están perdiendo masa y están retrocediendo”, señala el académico con preocupación.
Impresionantes imágenes dejaron han dejado los desprendimientos del glaciar Queulat, ubicado dentro del Parque Nacional del mismo nombre en la Región de Aysén, fenómeno que encendió las alarmas el pasado mes de septiembre y que alcanzó a ser grabado por personas que se encontraban en sus cercanías, momento que se viralizó rápidamente a través de las redes sociales.
Con 22,6 km2 de superficie, este cuerpo de hielo conocido también como “Ventisquero Colgante” es uno de los principales atractivos turísticos de la zona. El 9 de septiembre ocurrió el evento el cual, según estimaciones realizadas por Inti Gonzalez del Centro de Estudios del Cuaternario (Cequa), contó con un área desprendida de unas 0,45 hectáreas con un perímetro de 398 metros, equivalente a la mitad de una cancha de fútbol profesional.
Pero semanas más tarde, otro fenómeno similar, aunque de menor alcance, fue detectado en la zona. Sin haber tenido testigos ni observación directa debido a una serie de nubes que cubrió la zona, el nuevo bloque de hielo desprendido fue de 0,29 hectáreas. El hecho fue divisado y estudiado gracias a imágenes satelitales que estaban estudiando debido al evento anterior, encontrando entre los días 28 de septiembre - la última vez que contaban con imágenes del mismo sector- y el 17 de octubre un nuevo bloque de hielo se habría precipitado.
A pesar de que lo que ocurrió es un proceso natural, existe preocupación en la comunidad científica, ya que estos eventos están sucediendo de manera cada vez más frecuente debido al aumento de la temperatura a nivel global.
“Se están volviendo más recurrentes”
El geólogo y doctor en geociencias Francisco Fernandoy, académico de la carrera de Geología de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, explica que “lo que ocurrió en el glaciar fue un desprendimiento de un gran bloque de hielo o Serac, un proceso natural que se debe al avance del flujo del glaciar por efecto de la gravedad. Los glaciares tienden a fluir por las laderas de las montañas, lo que además coincide con que el Queulat está tiene una parte de su frente “colgando” en un impresionante frente glaciar, es normal que ocurran estos fenómenos”.
Hasta ahora, se sabe que el glaciar Colgante del Queulat, o llamado Queulat A en el inventario público de glaciares (IPG), ha disminuido desde 23,97 km2 medidos en el 2000 a 22,62 km2 en el 2017, es decir una disminución de 1,35 km2 o 135 ha (6% de su extensión en el año 2000). Esta disminución se debe principalmente a la fragmentación o separación de algunos cuerpos de hielo en los bordes del glaciar.
“El primer caso fue súper espectacular porque había gente observando y lo que cayó fue de un volumen bastante grande”, explica. Según datos contribuidos por Raul Cordero de la USACH y Deniz Bozkurt de la Universidad de Valparaíso, esto coincidió con mediciones que mostraron que los tres días anteriores hubo temperaturas por sobre el promedio normal. “Eso lo hemos visto en varias partes como en los Campos de Hielo Sur o en los glaciares de la Zona Central, donde el flujo de hielo se está acelerando justamente por la presencia de más agua. Lo que nos preocupa es que estos eventos se están volviendo cada vez más recurrentes”, apunta.
El glaciólogo, a su vez, manifestó su preocupación ya que “lo que estamos viendo a nivel global es que todos los glaciares están perdiendo masa y están retrocediendo”. En el Inventario Público de Glaciares del 2014 se contabilizaron 24 mil glaciares, mientras que el nuevo que se actualizó este año cuenta más de 26 mil. La explicación para esto es que los glaciares se están volviendo más pequeños y se están fragmentando. “El clásico ejemplo es el Olivares, que está cerca de Santiago y que antes era un solo cuerpo de hielo, pero ahora está dividido en tres. Entonces ahora tenemos el Glaciar Olivares Alfa, el Beta y el Gamma”.
Potenciales peligros
En relación con las consecuencias que tiene el aumento de los desprendimientos de glaciares, el académico UNAB afirma que está participando en un proyecto liderado por la Universidad de Santiago y en colaboración con la Universidad Austral donde se están enfocando en estudiar los potenciales peligros que se puedan generar por el derretimiento de hielo. “Sabemos que los glaciares se están derritiendo y que están perdiendo masa, la que se va a alguna parte en forma de agua líquida. Entonces, por ejemplo, estamos estudiando eventos asociados al crecimiento de lagunas que se encuentran frente a los glaciares, lo que se está volviendo cada vez más recurrente y que podría significar un peligro para los pobladores o turistas que estén cerca de un glaciar”.
Se trata de un problema global, con eventos que están ocurriendo prácticamente en todos los sitios donde existen glaciares actualmente. Tristemente célebre fue el derrumbe ocurrido en junio de este año en los Alpes Italianos, en la zona de la Marmolada, donde un deshielo produjo una avalancha que cayó directamente sobre una zona utilizada como sendero por turistas, dejando una cifra de 6 muertos y 8 heridos. Previo al accidente, se documentaron alzas elevadas de temperaturas durante el verano europeo.
En la misma línea, el geólogo Fernandoy señala que “hay ambientes en esta zona del planeta que estaban dominados justamente por la actividad glaciar, la que está retrocediendo y eso va a generar consecuencias. Aún no se sabe cuáles son, aún se están estudiando los posibles efectos de tener menos disponibilidad de agua en algunos momentos del año. En la Patagonia todavía esos efectos no los vamos a ver tan pronto aún porque, a pesar de que se los glaciares están retrocediendo, todavía la masa de glaciares que existe en la Zona Sur de nuestro país es muy grande”.
El problema, dice el especialista, está en la Zona Central. “La cuenta de ahorro que tenemos de agua reservada son los glaciares y si ellos desaparecen el agua también, dejándonos sin tener a qué recurrir. En los últimos años y durante casi una década tuvimos una sequía muy pronunciada. A pesar de que este año llovió más, todavía tenemos un déficit de precipitaciones respecto a años normales. Hay un montón de consecuencias que están unidas unas con otras, pero todavía no sabemos bien cuáles son en definitiva los problemas concretos que se están generando”, apunta.
En cuanto al futuro del glaciar, los expertos señalan que con toda seguridad existirán nuevos desprendimientos, aunque no se observa con la misma claridad del evento anterior, si se observa que el avance del glaciar continua, lo que va a producir nuevos eventos de desprendimiento.
Calentamiento global
Tanto para Fernandoy como para la comunidad científica en general no hay duda de que la causa principal del aumento del derretimiento de los hielos es el calentamiento global, un fenómeno del cual ya hay pleno consenso de que es consecuencia de la actividad humana en la Tierra. “El último informe del IPCC, que es el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, es súper claro en decir que las dudas están despejadas. Efectivamente esto ocurre por la sociedad en general, que ha alterado el balance de energía existente en la Tierra debido a los gases de efecto invernadero”.
Junto con el análisis del glaciar Queulat, el cual se encuentra en desarrollo, Fernandoy revela que está realizando diversas investigaciones sobre la situación de los cuerpos de hielo que hay en Chile, para estudiar sus causas y consecuencias. “Nosotros estamos haciendo varios trabajos glaciológicos en distintas partes del país. Uno que a nosotros nos interesa mucho es lo que está ocurriendo en nuestra región. Yo estoy en Viña del Mar, entonces estamos monitoreando el glaciar Juncal Norte, en conjunto con la Dirección General de Aguas porque este glaciar justamente es el que provee de agua a esta zona a través de la cuenca del Aconcagua, que es la más importante de la Región de Valparaíso. Ahí estamos viendo las consecuencias de la falta de precipitaciones en invierno, que son las que en el fondo recargan al glaciar de nueva acumulación de nieve, que luego se transforma en hielo. El año pasado fue extremadamente seco y la superficie del hielo estaba casi descubierta, lo que es bastante alarmante”.
Y si bien los desprendimientos de la zona central son los más visibles y con consecuencias más a corto plazo, tampoco es prudente dejar de ver lo que está pasando en el sur. “Nosotros estamos estudiando este tipo de eventos en Campos de Hielo Sur y en Campos de Hielo Norte, pero estamos recién desarrollando la investigación. Hemos tenido algunas campañas en terreno, esperamos volver este verano y seguir durante los próximos dos años observando qué es lo que está pasando con las capas de hielo en las zonas más altas de los Campos de Hielo. Si encontramos evidencia de derretimiento ahí, quiere decir que este fenómeno que estamos observando sería mucho más importante de lo que esperábamos. Pero aún no tenemos certezas, estamos todavía en el desarrollo de esto”, finaliza.
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