Enfermedades de verano en niños y adolescentes

uc christus

Las enfermedades gastrointestinales (diarreas de origen infeccioso, intoxicaciones, transgresiones alimentarias), los problemas de piel (quemaduras, picaduras, alergias, heridas e infecciones) son las causas más frecuentes por las que se enferma un niño o los adolescentes en época estival. A esto se han agregado, este año, las causas respiratorias por efecto de la infección por coronavirus, y por la aparición tardía de virus respiratorios habituales una vez que se abrieron salas cunas, colegios y la actividad en general de la ciudad.



No existe tiempo más disfrutado por los niños que el verano. Y aunque este año recién estamos retomando la normalidad en las rutinas, pequeños, preadolescentes y adolescentes esperaron con ansias estos meses para sentirse libres. Sin embargo, al igual que el invierno, esta estación también trae sus propias complicaciones de salud, acechando de muy cerca para aguarles la fiesta. Infecciones gastrointestinales, cutáneas y respiratorias son las más frecuentes de consulta en el verano del 2022 en este rango etario, señala el doctor Luis Enberg, jefe del Servicio de Urgencia de Red Salud UC CHRISTUS.

Se asocian al verano estas patologías precisamente por la libertad y relajo de los que se goza en enero y febrero. Las viviendas propias son reemplazadas por mar, piscina, campo o montaña, y los problemas que surgen son desde un niño que es picado por un insecto en su pie descalzo hasta otro que es intoxicado por alimentos mal procesados o lavados. En la actualidad otro riesgo son las infecciones respiratorias.

El doctor Enberg lo explica así: “En verano la gente se tiende a juntar más, se forman grupos más grandes de personas, olvidan las medidas preventivas y a pesar de que se reúnan en espacios abiertos, puede darse la situación de que alguien tenga COVID, y termine contagiando a los demás”.

La doctora Ida Concha, pediatra broncopulmonar y urgencióloga infantil de la Red Salud CHRISTUS, indica que le ha tocado ver a muchos niños con problemas respiratorios desde agosto y septiembre, cuando volvieron al jardín o al colegio. “Estuvieron encerrados casi dos años y eso hizo que al volver a juntarse con otros chicos comenzaran a contagiarse con un virus tras otro. No sólo coronavirus, sino también otros que habían sido desplazados. Por eso esta vez tenemos tantos cuadros respiratorios, en una época en que no son muy habituales. Muchos de ellos pueden ser coronavirus, tienen los mismos síntomas iniciales, pero afortunadamente tenemos una población pediátrica en su mayoría sana, que por lo general evoluciona bien”.

Las causas gastrointestinales: Siguen siendo de las más frecuentes en verano, con cuadros de vómitos y diarrea, “ya sea producto de transgresiones alimentarias, toxinas que tienen los alimentos o infecciones que producen gastroenteritis”, dice la doctora Concha.

Eventualmente pueden haber casos más complejos, agrega la profesional, sobre todo en procesos que se gatillan producto de toxinas que tienen algunas bacterias como por ejemplo una diarrea aguda por Escherichia coli productora de toxina Shiga y que puede provocar un síndrome hemolítico urémico, una insuficiencia renal. Esto es más habitual en niños más pequeños, no en adolescentes. “Esto tiene que ver con alimentos contaminados con estas bacterias, como carnes mal cocidas, así es que es importante insistir en los cuidados higiénicos, no alimentarse en cualquier parte y que los restaurantes cuenten con todas las precauciones necesarias”.

El doctor Enberg acota: “Por el calor que hay, si se deja la comida afuera existe la posibilidad de que se contamine, que aumente la velocidad de desarrollo de microorganismos o que se descomponga. Muchas veces las personas consumen esa comida, especialmente cuando se va a la playa o se hace pícnic. Lo más importante es que se laven bien las frutas y verduras antes de consumirlas, y si hay que trasladarlas, hacerlo en recipientes que puedan mantener la temperatura, y evitar mayonesa y otras salsas”.

Irritaciones en oídos y ojos: La piscina y el agua del mar son un tema, porque pueden provocar otitis externa o media, e irritación ocular. El doctor Enberg señala que en el caso de las infecciones óticas es fundamental secar bien el conducto, y eso se consigue con un papel absorbente. “Hay que ubicarlo en la entrada del conducto y hacer que el niño gire la cabeza hacia un lado -explica el médico-; el papel absorbe y eso ayuda mucho. No hay que poner nada dentro de la oreja, sólo el papel por fuera y dejar que caiga el agua. Respecto de los ojos, lo ideal es que los niños estén en el agua con lentes especiales para ello”.

La otitis externa, agrega la doctora Concha, es la inflamación del oído y duele mucho. “Incluso puede haber secreción -detalla-. Esto se resuelve con antibióticos tópicos y analgésicos, y se previene con el uso de tapones en el oído en el caso de bañarse en piscinas muy concurridas”.

Lesiones en la piel y alergias: Es muy común ver a pacientes infanto-adolescentes consultando por reacciones alérgicas y cutáneas (no son privativas de una edad). Las picaduras de insectos son muy comunes en este tiempo porque se hace más vida al aire libre. “La mayoría de las infecciones en niños y adolescentes tienden a no ser mortales -aclara el doctor Enberg-. En Chile no tenemos serpientes ni otros animales tan peligrosos, pero sí contamos con araña de rincón y de trigo, que pueden generar problemas graves. También hay mucho desplazamiento en estos meses a zonas con hanta (presente en ratones), y esto sí puede ser mortal”.

En campamentos, paseos por bosques o en rutas de trekking suelen darse infecciones producidas por heridas de cuerpos extraños que se introducen en la piel, provocando así un proceso inflamatorio e infecciones.

Cómo prevenir:

Es importante tener un seguro escolar que cubra los accidentes y enfermedades comunes que los niños (as) puedan sufrir durante esta época del año. Uno de ellos es “Mi convenio escolar” UC CHRISTUS. Un plan que protege a los hijos (as) en todas las etapas: preescolar, escolar y universidad, cubriendo no solo accidentes sino también enfermedades. Algunos de los beneficios de él son:

  • Eventos traumáticos (accidente): contempla atención integral ambulatoria y hospitalaria (copago $0).
  • Eventos no traumáticos (enfermedad): considera solo atención de urgencia (copago máximo $8.000).
  • Cobertura máxima anual $20.000.000 por beneficiario (hijo (a) / nieto (a)).
  • Duración máxima de cobertura del evento: 1 año.
  • Atención exclusiva en los todos los Servicios de Urgencia de UC CHRISTUS.
  • Cobertura solo para beneficiarios Isapre.
  • Y la opción de incorporar a padres con cobertura ambulatoria.

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