“Hablar de derecho a vivienda sin tener cómo financiarla es un brindis al sol”

Imagenes de atardecer desde Sector Sur de Santiago
1 de Julio del 2020/ SANTIAGO Imagen aérea de la luz del sol sobre la cordillera, durante nuboso y despejado atardecer tras la lluvia de la madrugada en la capital, en medio de la pandemia de COVID-19 Fotos: JOSE FRANCISCO ZÚÑIGA/ AGENCIAUNO

Tras casi una década al mando de la capital catalana, Joan Clos comparte su visión sobre los esfuerzos que deben realizar los gobiernos en el mundo post pandemia. Clos será uno de los invitados internacionales de la próxima Conferencia Internacional de Ciudad



A pesar de ser médico de profesión, la carrera de Joan Clos ha estado marcada por su trabajo en el área de la vivienda, el urbanismo y las políticas públicas.

Desde 1997 hasta el año 2006 estuvo a cargo de la alcaldía de Barcelona, la histórica capital catalana y segunda ciudad más poblada de toda España. Luego fue Ministro de Industria Comercio y Turismo en España, Embajador en Turquía y en 2012, nombrado por la ONU como Director Ejecutivo del programa para los Asentamientos Humanos, ONU-HABITAT.

Hoy, el presidente de la Asociación de Propietarios de Vivienda de Alquiler en España, estará presente en la próxima versión de la Conferencia Internacional de Ciudad, a realizarse de manera online el próximo 6, 7 y 8 de julio, Previa a su presentación, conversamos sobre las problemáticas que durante su carrera política se ha hecho cargo.

¿De qué manera la llegada de la pandemia ha modificado las prioridades del desarrollo de las zonas urbanas alrededor del mundo?

La pandemia ha sido una verdadera sorpresa y una crisis absolutamente imprevista. Estamos justo ahora empezando a entender los impactos de esta. El COVID-19 ha hecho reorientar los recursos hacia el tema sanitario. Es evidente que necesitaremos una mayor tasa de crecimiento de la economía después de la pandemia para hacer frente a todas las necesidades que se nos vienen encima. Solo así podrá haber ingresos fiscales suficientes para ir interviniendo donde sea prioritario y urgente. Sin crecimiento económico no va a haber más ingresos públicos.

¿Como pueden lidiar las autoridades hoy con las nuevas necesidades de la población que ya no requieren un techo para dormir, sino que para trabajar y estudiar?

Suponiendo que se haya podido resolver el problema del techo, que con frecuencia no es tan evidente como parece, sobre todo si hablamos de una vivienda digna. El aspecto quizá más estratégico a medio plazo, es entender que el objetivo de la transformación urbana es generar valor en la sociedad y hay que diseñarlo con este objetivo. Lamentablemente no es frecuente tal práctica, ya que predominan otros objetivos en la transformación urbana. Pero es obvio que hay que poner en la primera línea de las prioridades de toda transformación urbana, la creación de desarrollo sostenible. Esto es valor, compatible con el entorno natural y social. Especialmente valor para las personas menos privilegiadas de la sociedad.

¿Cómo se debe avanzar correctamente en una sociedad que conciba la vivienda como un derecho?

Para hablar con propiedad del derecho a la vivienda tenemos que hablar de cómo financiarla, de lo contrario es un brindis al sol. Y como toda prestación del estado del bienestar, tanto en sanidad como en educación y vivienda debe, al menos en parte, estar financiado con recursos públicos. Si esto no está diseñado adecuadamente, podemos estar hablando días, meses y años sin realmente avanzar en ninguna solución real al problema.

Dado que los gobiernos han tenido que desviar el foco de sus recursos hacia la emergencia sanitaria ¿Qué tan complejo se va a volver retornar al trabajo que estaba haciendo para frenar el cambio climático?

El Cambio Climático no es tan solo una cuestión de recursos; es también y principalmente una cuestión de cambio de modelo de producción y de mentalidad de la población. La pandemia pasará, pero la necesidad de avanzar en una economía moderna y menos consumidora de carbono continuará siendo una prioridad a nivel global. En este sentido, la inversión en fuentes de energía renovables seguirá siendo una prioridad durante muchos años y requerirá además de recursos, mucho ingenio e innovación.

¿De qué manera podemos asegurar que las ciudades intermedias, que hoy están recibiendo gran migración por parte de las grandes ciudades, logren dar abasto y no comiencen a colapsar?

Las ciudades intermedias están destinadas a suscitar un gran interés en estos tiempos por la posibilidad de dar soluciones adecuadas a las demandas de ahora mismo. Lo más importante es que anticipen un planeamiento urbanístico de ensanche urbano ordenado, donde se prime los usos mixtos de actividad residencial, actividad económica y equipamientos y también la garantía de una mezcla de estratos sociales conviviendo en proximidad.

¿Qué lecciones y aprendizajes de su tiempo como alcalde de Barcelona cree que son las más útiles para compartir de cara a lo que viene en el futuro?

La primera lección es que toda transformación urbana requiere de voluntad política consistente. Y también, que las recetas tecnocráticas no suelen ser útiles para gestionar la transformación urbana ya que hay que estar permanentemente analizando la viabilidad política de los cambios.

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