Hacia dónde va el mercado automotor chileno: los desafíos de la industria en línea con el medio ambiente
Los últimos 30 años han sido una oportunidad para que más chilenos se pongan detrás del volante, con actuales 72 opciones de marca originarias de 28 mercados y avances importantes en seguridad, confort y reducción de emisiones. A pesar de su reducido tamaño, Chile es el segundo mayor mercado de Sudamérica, lo que implica, a su vez, el desafío de preparar todo el ecosistema para el impacto de la electromovilidad, cuando el país alcance la meta de que todas las nuevas incorporaciones de vehículos nuevos livianos y medianos sean eléctricos.
Fue en 1902 cuando llegó el primer automóvil a Chile. En mayo de ese año, el aristocrático Carlos Puelma Besa importó desde Europa un Darracq C francés, que llegó a las costas de Valparaíso, abriendo así las rutas para que hoy, 121 años después, la industria automotriz se establezca como una de las más importantes del país, contribuyendo a la economía de forma significativa y ayudando a mejorar el nivel de vida de los chilenos.
El sector automotor ha registrado en los últimos años altos niveles de comercialización, experimentando un fuerte crecimiento en la adquisición de vehículos para los usuarios de los distintos segmentos. Tan solo en 2022, un año complejo marcado por la desaceleración de la economía, se vendieron 426.772 unidades nuevas, un récord absoluto para la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), siendo el mayor registro histórico para un año y que representa un crecimiento del 2,7% respecto de 2021.
Y a pesar de que las cifras de ventas han disminuido en los últimos meses, Chile se sitúa como el segundo mayor mercado de Sudamérica, tan solo superado por Brasil, y mejor posicionado que Argentina, que alcanzó el tercer lugar, aun cuando este último es un mercado históricamente más grande que el nacional, tanto en volumen como en número de habitantes, pero no en variedad de marcas y productos, afirma Diego Mendoza, secretario general de ANAC.
La asociación gremial celebra este 2023 tres décadas desde su formación, y su principal vocero analiza que “desde la década de los noventa, el mercado ha evolucionado tanto en volumen, como en equipamiento, seguridad, eficiencia y también en la inteligencia y formación del comprador”.
Opinión que comparte Luciano Chiang, académico del Departamento de Ingeniería Mecánica y Metalúrgica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien ha visto cómo a finales del siglo pasado eran pocas las familias que tenían un auto. “Este aumento se debe a que Chile ha mejorado el estándar de vida, y los vehículos han bajado su precio, siendo bien mucho más común y necesario”, sostiene Chiang, pensando que hace unas décadas atrás el mercado era más reducido, con cifras cercanas a los 100 mil vehículos vendidos, un número que era considerado correcto, incluso cifras menores.
Dentro de los factores que explican el estado actual de la industria, Diego Mendoza destaca “la explosiva firma de tratados de libre comercio, que se formalizaron a comienzos de la década del 2000 junto con una serie de acuerdos de complementación económica, que dieron paso a la apertura comercial. Estados Unidos, la Unión Europea, China y otros países asiáticos son quienes abastecen a las automotoras a lo largo del país. Los modelos son cien por ciento importados, pero todos deben certificar el cumplimiento de las normas de seguridad y emisiones antes de comercializarse, y está compuesto por 72 marcas de 28 orígenes diferentes, que comercializan 1.800 modelos y versiones distintas de automóviles homologados, mientras que en buses y camiones son 500 modelos y versiones más”.
El profesor Chang, en tanto, explica que, a diferencia de Argentina y Brasil, contamos con un mercado abierto de vehículos, mientras que las naciones del Atlántico, al ser productores automotrices en Sudamérica, son capaces de permitir límites de emisiones no tan estrictos para que su industria sobreviva. “A nosotros nos llegan autos acreditados por normas norteamericanas y europeas que, con el tiempo, se han vuelto más estrictas en beneficio del medio ambiente y la salud de las personas. Se están exigiendo normas cada vez más sofisticadas, que incluso en algunos lugares de Estados Unidos, como California, se pretende llegar a cero emisiones”, dice el académico UC.
Chile es percibido como un mercado seguro para que las marcas de todos los continentes se atrevan a incorporar al país entre sus líneas de distribución. Solo en 2023, son 50 nuevas marcas de autos que ya están disponibles. “Es muy habitual encontrar en Chile el mismo producto europeo que se vende en el viejo continente o el mismo producto asiático que circula allá pero configurado para el mercado europeo”, resalta Diego Mendoza, valorando, además, la red de carreteras nacionales y el aumento en redes de carga para autos eléctricos como parte de los aspectos que acentúan nuestra posición internacional. “Las marcas sienten que es muy atractivo traer los últimos productos para que los puedan probar, andar, comprar, porque la verdad es que el comportamiento que tienen aquí te sirve de base para exportar ese producto a otros mercados”, complementa el experto de ANAC.
Por su lado, Chiang agrega que contamos con normas que se han establecido desde fines de los 80′s, que suelen ser las más estrictas en la región en seguridad, equipamiento y contaminación; una homologación de reglas claras que da luz verde a que -por ejemplo- Tesla Motors llegue en enero de 2024, siendo el primer país de Sudamérica que elige la marca creada por Elon Musk. Lo mismo pasó con el gigante chino BYD, que llegó a Chile antes que a Europa, con los mismos productos eléctricos que vende en el viejo continente, y que recientemente Chuanfu Wang, fundador y presidente de la compañía, se reunió con el Presidente Gabriel Boric en audiencia para dar cuenta de los planes a 10 años del desembarco de este gigante asiático.
Desafíos del futuro
Dentro de los desafíos del mercado automotor nacional está el avance en normas y tecnologías, aspectos muy valorados por el consumidor chileno. Luciano Chang resalta la conciencia ambiental del consumidor chileno que, además, al comprar un modelo analiza si el vehículo va a estar permitido en unos años más. “Por ejemplo -sostiene-, en cuanto a máquinas diésel, si yo quiero comprar una flota y veo cómo se mueve la tendencia mundial, trato que ese vehículo cumpla la norma europea que eventualmente se instaurará en Chile”.
Mismo punto comparte Diego Mendoza: “Al competir los productos de tú a tú, sin aranceles, sin barreras de entrada, con igualdad de impuesto, igualdad de regulaciones, lo vuelve tremendamente interesante para el cliente que hoy compara y cotiza más antes de efectuar su adquisición. Y en el caso de vehículos electrificados, el mayor costo de adquisición como parte de la inversión inicial ya se está justificando por el ahorro en los costos operacionales, al ser la electricidad un energético mucho más competitivo que la gasolina o el diésel, que registran precios récord”.
Cambio de paradigma
Lo cierto es que tanto el país como el mundo enfrentan una transformación en el ámbito de la movilidad. Los vehículos emiten gases contaminantes y tanto los poderes del estado, los gremios empresariales y la academia están avanzando para cambiar este paradigma, siendo conscientes de la necesidad de seguir el camino del cuidado del planeta.
En este ámbito, el subsecretario de Transportes, Jorge Daza, recalca que es una preocupación para el Ejecutivo el crecimiento del parque automotor a combustión: “Chile no escapa a la amenaza del cambio climático, quizás el más grande de los desafíos que enfrentamos como planeta”. Por ello, la decisión del gobierno de sumarse al compromiso global para que el 100 por ciento de la venta de vehículos livianos y medianos sean eléctricos al año 2035 es una tarea que requiere el apoyo de entidades públicas y privadas. “Estamos fomentando el uso de energías renovables como el hidrógeno verde, de manera de cumplir nuestra meta de carbono neutralidad al 2050″, afirma la autoridad.
¿Cómo se trabaja para los desafíos del futuro? Para lo que resta de esta década, Daza resalta las modificaciones normativas para ampliar la oferta de vehículos eléctricos sumando otros mercados, dentro de los cuales el más relevante es el chino. “También estamos trabajando en conjunto con el Ministerio de Energía para avanzar en la implementación de la Ley de Eficiencia Energética, que será un aliciente para la electromovilidad”.
El subsecretario comprende que la preocupación de impulsar la electromovilidad en sistemas de transporte público a nivel nacional cambiará la forma en “cómo entendemos la movilidad de las ciudades y potenciar el uso de transporte público sustentable, así como también de sistemas no motorizados, para generar urbes más amables y eficientes que hagan de Chile un mejor lugar para vivir”. En esa línea han sido diseñados los diferentes incentivos económicos para que buses y taxis colectivos se renueven por vehículos eléctricos, cuyos costos de operación y mantención son significativamente menores.
La transformación de vehículos a eléctricos es otro objetivo, para el cual se trabaja en una modificación legal que permita certificar estos automóviles y acreditar talleres, de manera que puedan circular por las ciudades, tal como se realizó en su momento con la conversión de autos a gas, vigente en el país.
Nuevas normas de emisiones
Otra de las caras de esta transformación son las normas de emisiones, que dependen del Ministerio de Medio Ambiente, y que han ido en constante aumento de sus exigencias, siendo la norma Euro 6C la más estricta que existe a nivel mundial, y que comenzará a regir en algún punto del segundo semestre de 2025, en una fecha a determinar para todo el país, vale decir, a nivel nacional y en consonancia con la disponibilidad de combustibles más limpios para todas las regiones.
En este punto, Diego Mendoza resalta que la entidad gremial nació en 1993 precisamente buscando avanzar en cuanto a la reducción de emisiones, normas de alcance nacional y no para ciertas ciudades, y con el objetivo puesto en promover la movilidad sostenible en todas las formas de desplazamiento vehicular. “Estamos siempre tratando de ser más exigentes, sin discriminar, con normas de carácter nacional para todo el país. Ese es un tremendo trabajo medioambiental, y se ha ido replicando con las normas de equipamiento de seguridad vehicular, que han visto su actualización más ambiciosa precisamente a comienzos de este año, o en los elementos de seguro obligatorio, normas de economía circular, avances en la formación profesional, entre otros temas”.
Pensando en las tres décadas de ANAC, Mendoza señala que “nuestra mirada como gremio está puesta en los 30 años futuros, conectados con este salto a la electromovilidad, mientras se siguen vendiendo vehículos de combustión interna que son más eficientes para el público general comparados con la cantidad de kilómetros que recorren sus símiles eléctricos. Por ello, este año, creamos un Departamento de Movilidad Sostenible para trabajar junto con las autoridades en incentivar que los clientes cambien a vehículos electrificados, partiendo por los híbridos convencionales o autorrecargables que son la primera entrada a la electrificación, híbridos enchufables con mayor autonomía eléctrica, vehículos full eléctricos, que ya suman sobre 130 homologaciones en este último tiempo, a hidrógeno, eléctrico de rango extendidos, entre otros modelos de tecnologías diversas pero que aportan todos en la mirada al desarrollo sostenible”.
Una hoja de ruta ambiciosa, pero factible. El profesor Luciano Chang ejemplifica con los saltos tecnológicos recientes que han convertido a elementos como los teléfonos celulares, computadores, autos eléctricos, softwares o paneles solares en algo doméstico, lo hacen mantener su esperanza intacta. “La meta de que se vendan a 2035 solo vehículos nuevos livianos y medianos eléctricos es difícil, pero no me sorprendería que se logre”, sostiene, planteando que en el futuro cercano se va a consolidar un segmento de mercado donde existan vehículos con combustión interna para ciertas obligaciones específicas, mientras que el resto serán totalmente eléctricos. “Va a ser una especie de matriz orientada a que las emisiones y sus efectos en el medio ambiente sean considerablemente menores”, afirma el académico PUC. En esa línea, Diego Mendoza de ANAC también coincide en que hoy nuestro país está recién entrando a una etapa de adopción temprana de estas tecnologías, y que se necesitará promoverlas más, informando a los usuarios, para comenzar a hablar de masificación propiamente tal. La matriz que establezca la hoja de ruta será clave en tal sentido.
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