Ideas para una ciudad más integrada
La académica e investigadora alemana, Stella Schroeder, es parte del panel de la segunda jornada de la Conferencia Internacional de Ciudad. Nos adelantó su experiencia trabajando en asentamientos en Perú, y compartió ideas sobre cómo proyectar ciudades más integradas y equitativas.
Este 5 de julio comienza la Conferencia Internacional de Ciudad, impulsada por la Cámara Chilena de la Construcción, que se extenderá por tres días durante los cuales, paneles de expertos intercambiarán experiencias e ideas sobre cómo ayudar proactivamente a la generación de ciudades más integradas y equitativas.
Durante el segundo día, se llevará a cabo el panel Proyectar barrios equitativos, donde una de las participantes será la urbanista, académica e investigadora alemana, Stella Schroeder, quien actualmente se encuentra cursando un doctorado en la Universidad del Bío Bío.
Para la urbanista, que ha trabajado en distintas comunidades alrededor del mundo, y que recientemente estuvo enfocada en la localidad peruana de Piura, la ciudad dejó de ser percibida como la fuente de todo mal, sino que como el seno de oportunidades y desarrollo. Y es que cómo no, si según cuenta, los habitantes urbanos componen más de la mitad de la población mundial, y se espera que para el 2050 hasta el 70% de las personas vivan en ciudades. “Tienen un gran potencial de crear oportunidades para mejorar la vida, salir de la pobreza y educarse”, explica, y agrega: “La ciudad puede ser el motor de crecimiento económico de un país, representando un 80% o 85% del PIB en el mundo”.
Pero no todo puede ser miel sobre hojuelas, pues donde hay oportunidades se presentan también muchos desafíos, especialmente en ciudades segregadas socioeconómicamente; una realidad no solo presente en América Latina, sino que se extiende a nivel global.
“No todos tenemos acceso a servicios básicos”, apunta Schroeder, “tenemos una segregación espacial que se puede ver en todo el mundo, y si hablamos de espacio urbano, tenemos espacios públicos con fallas de mantenimiento, espacios vacíos que no sabemos cuándo se van a ocupar, y lo cierto es que no todos tenemos acceso a espacios públicos de calidad”. En relación a esto último, apunta a la presencia de espacios en total abandono, así como puntos críticos, lugares donde se acumulan residuos sólidos, espacios sin iluminación.
Y es en base a todos estos desafíos- y varios más- que organismos internacionales y locales están buscando e implementando medidas que den solución y mejoren la calidad de vida de las personas. “Vemos que el Banco Mundial busca reducir la pobreza, pero también trabaja la inclusión como un tema muy importante en todas sus agendas”.
Buenos barrios en todas partes
Con motivo de inclusión e integración se han tomado decisiones e implementado acciones algunas veces controversiales. Y es que mientras que algunos, como Stella, apuntan a la importancia de que todos los barrios sean buenos lugares para vivir, otros se enfocan en instalar núcleos de comunidades más vulnerables en urbanizaciones o barrios con mejores recursos e infraestructura.
La clave para la especialista es generar buenos barrios en todas partes. “Pero sirve tener una mezcla social y no barrios específicos para grupos específicos de personas”, explica y añade: “Si no mezclamos, tenemos ciudades segregadas. Creo que siempre tenemos que buscar una mezcla social y cultural, y tener barrios seguros e inclusivos, como también trabajar en lo que tenemos, y encontrar espacios para mejorar la situación de la vivienda”.
Explica además que es clave que arquitectos y urbanistas trabajen como traductores, para que las comunidades estén incluidas en los procesos, que puedan participar y opinar sobre el lugar en el que van a vivir: “Como profesionales tenemos el conocimiento técnico, pero no el conocimiento local. Tenemos que entender qué quiere la gente y cuáles son sus necesidades, porque ellos lo saben mejor que nosotros”.
Piura: un caso exitoso de trabajo con las comunidades
Stella Schroeder, junto a grupos locales y la agencia alemana, trabajó con asentamientos irregulares en la localidad de Piura, en Perú. “Son personas que ocupan el suelo urbano sin ser propietarios de las tierras”, explica.
Según cuenta, se trabajó con las comunidades en la creación de espacios públicos, identificando barrios vulnerables al cambio climático, inundaciones y otros factores. “Empezamos con caminatas para conocer el barrio, después hicimos talleres y luego identificamos puntos del espacio público que se deberían mejorar, siempre con las personas”.
Así, implementaron parques con tecnologías de urbanismo táctico y usando materiales económicos, entre otras iniciativas que tienen un gran impacto en la vida social del barrio y su seguridad. Porque a partir de estos cambios es que llegan mejoras sustanciales externas: Tras la implementación del parque, la empresa de luz instaló un alumbrado público, y la municipalidad empezó a recoger la basura en esa zona, por ejemplo.
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