Por qué el mundo del trabajo no volverá a ser el mismo

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Aunque no se sabe cuándo, la cuarentena obligatoria llegará a su fin, y habrá que volver al trabajo. Sin embargo, las oficinas ya no serán lo mismo. ¿Tendremos que almorzar solos? ¿Trabajaremos presencialmente por turnos? ¿Volveremos a usar la sala de reuniones? Son muchas las preguntas que nos debemos hacer para enfrentar los efectos del coronavirus y cómo vivir y trabajar para evitar los contagios y futuros rebrotes de esta pandemia.



Almorzaste lentejas por tercer día consecutivo. Es difícil que logres concentrarte en la mesa de la cocina porque tus hijos están en clases y sin audífonos. Tienes frío en los pies. Tu pareja, al igual que tú, teletrabaja, pero acapara la superficie de la mesa. Vas a tu dormitorio en búsqueda de silencio. Te apoyas en el respaldo de la cama, pero en plena videoconferencia tu espalda comienza a doler. Te das cuenta de lo mucho que echas de menos tu silla de la oficina, que lleva cinco meses sin que nadie se siente en ella.

Desde marzo a la fecha, en Chile hay más de 317.000 casos de coronavirus. En 31 comunas del país, más la totalidad de la provincia de Santiago, quedarse en casa dejó de ser una recomendación y se transformó en una obligación. Sin embargo, aunque la incertidumbre aún es grande, al ver la reapertura de los puestos de trabajo en países altamente afectados por el coronavirus, como Italia y España, pensar en el retorno a la oficina es inminente, aunque aún incierto.

Lo que sí es seguro es que, al menos durante este año, la vida no volverá a ser como antes de la pandemia. Los lugares de trabajo deberán ser acondicionados para recibir a sus empleados sin que estén expuestos a contagios y, según recomiendan expertos, se tendrá que balancear el trabajo presencial con estar conectado desde la casa. Lo que está claro, es que el riesgo de contagio o de rebrotes nos obliga a “cambiarnos el chip de la vida”, incorporando los riesgos sanitarios en el espacio personal y en el trabajo. Por eso, no se trata sólo de que nos den “permiso” para salir a la calle o volver a la oficina, sino de un desafío mucho más grande, que será aprender que muchos de nuestros hábitos más cotidianos, en nuestro hogar, el trayecto y el trabajo, no deben volver a ser los mismos.

El teletrabajo en cuarentena

Si hace cinco meses muchos no tenían idea de lo que era Zoom, ahora ser parte de una reunión virtual es algo cotidiano. Sergio Valenzuela, docente de las escuelas de Administración y de Psicología de la Universidad Católica, sostiene que el aprendizaje que se ha adquirido sobre el uso de la tecnología y gestión del tiempo entre la casa y el trabajo ha sido "como un entrenamiento de shock", pues se ha logrado aprender rápidamente, aunque con un alto costo emocional y un desgaste físico importante.

Esto forma parte de los efectos naturales de lo que se denomina el “teletrabajo forzado”, que por definición no ha sido planificado, sino que es una medida que aplica por factores externos, como el confinamiento. En ese sentido, el ministerio del Trabajo ya venía avanzando en aportar un marco regulatorio más acorde con esta nueva modalidad de trabajo y de alguna forma, fue la propia pandemia la que empujó el avance de su tramitación, así fue como el 1de abril entró en vigencia la Ley de Teletrabajo, que impone a los empleadores, desde comienzos de julio, que cumplan con entregar herramientas y los equipos necesarios para poder trabajar en el hogar, como , entre otras, un computador -en caso de que no se tenga uno-, una mesa apropiada, internet e impresora en algunos casos, además de una silla que evite dolores de espalda. Las empresas tienen plazo hasta octubre para adaptarse a este marco, que permitirá ir adecuando la logística y los hábitos a esta modalidad de trabajo.

Una de las fórmulas que podría utilizarse para retornar al trabajo es el modelo 10-4, que propone que se trabaje en ciclos de dos semanas, con 10 días en la casa y 4 en la oficina

Héctor Jaramillo, médico y gerente corporativo de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Mutual de Seguridad

Las empresas que están evaluando mantener o implementar la modalidad de trabajo a distancia o teletrabajo, también están en etapa de aprendizaje, según su nivel de madurez organizacional y financiera. La abogada y directora de Deloitte Nancy Ibaceta explica que para algunas está siendo complejo y eso se puede deber a un factor económico propio de la crisis que enfrenta el país; a uno logístico, por la dificultad de hacer llegar las herramientas a las casas de los empleados; o también porque el empleador puede negociar con sus empleados, caso a caso, las condiciones en que se trabajará. Por ejemplo, un contratante podría no pagar el internet propio del teletrabajo, mientras no suspenda el dinero del almuerzo y el transporte.

El plan para el retorno

En el escenario de trabajar y vivir con covid, Héctor Jaramillo, médico y gerente corporativo de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Mutual de Seguridad, considera que es clave segregar la entrada de personal a los lugares de trabajo. El médico pone como ejemplo el modelo 10-4, desarrollado por científicos israelíes, que propone que se trabaje en ciclos de dos semanas, con 10 días en casa y 4 en la oficina. "Utilizas una propiedad biológica del virus, que es el tiempo que se demora en traspasarse de una persona a otra. Así se podría contener la propagación", explica.

Jaramillo considera que sería un problema que todos vayan a la misma hora al trabajo y pretendan tener el ritmo de producción al que acostumbraban antes de la pandemia, pues se podría producir un rebrote como ha ocurrido en países como Alemania y Estados Unidos luego de la reapertura de algunos locales comerciales. Una solución sería diferir los horarios, que incluso se podría aplicar para prevenir acumulaciones en el transporte público. "Trabajamos por costumbre solamente entre las 8:00 y las 18:00, pero nada nos obliga seguir haciendo eso", dice el médico cirujano.

En un contexto en que algunos trabajan de forma presencial y otros no, es probable que se comience a evaluar el trabajo de alguien por sus resultados más que por las horas que está en la oficina.

El gerente de la Mutual explica también que se deben tomar en cuenta las condiciones del trayecto y de las casas de los empleados, porque solo así se logrará evitar contagios en el trabajo. Por ejemplo, es clave que las personas den aviso a su empleador que están enfermas o que algún miembro de la familia lo está. Para Jaramillo, cada persona debe ser concebida como un potencial portador del virus hasta demostrar lo contrario.

Aunque hay derechos laborales garantizados para el teletrabajo, la ley de protección del empleo no aborda nada con respecto al retorno. "No tenemos ninguna ley de retorno laboralmente, por lo tanto, tenemos que navegar con lo que tenemos", afirma Ibaceta. La abogada explica que el Código del Trabajo establece jornadas de trabajo y que cualquiera sea la modalidad que la empresa decida que los trabajadores van a tener, estas deben ser plasmadas como un anexo en el contrato de trabajo.

El clima laboral postcuarentena

Estar en casa mientras sabes que tus compañeros están juntos en la oficina podría ser complejo. Sergio Valenzuela explica que es probable que quienes teletrabajen una vez que termine la cuarenta obligatoria podrían experimentar la sensación de que son desventajados, pues existe la creencia de que el que está presente tiene más oportunidades que el resto.

En el clima laboral también influye la supervisión. Según el psicólogo, quienes estén con el supervisor en terreno van a tener una mayor sensación de apoyo y acompañamiento. Los trabajadores que se queden en casa no necesariamente se van a sentir aislados, pues depende mucho del supervisor que tengan y de cómo él asuma el liderazgo.

El académico también sugiere que, en un contexto en que algunos trabajan de forma presencial y otros no, es probable que se comience a evaluar el trabajo de alguien por sus resultados más que por las horas que está en la oficina.

Además, a medida que pase el tiempo, problemas propios del trabajo en casa bajo cuarentena obligatoria, como la incertidumbre, el estrés y el miedo a que se enferme un ser querido, deberían disminuir, por lo que la calidad del teletrabajo sería superior a la actual.

Los cambios radicales en la oficina

Cuando se deba ir al trabajo nuevamente, el lavado de manos, la mascarilla y el distanciamiento ya deberían ser algo interiorizado, casi inconsciente. El desafío al volver al trabajo será comprender una nueva cultura laboral condicionada por el virus. Alexis Canales, Gerente de Prevención de Riesgos, Calidad y Medioambiente de EMIN, explica que el protocolo de retorno debe ser analizado por cada una de las áreas que tenga la empresa, porque cada departamento tiene una dinámica distinta.

Dos lugares donde los trabajadores aumentan la probabilidad de contagios serán la hora de almuerzo y el uso de los baños, por lo que el almuerzo debería funcionar bajo un sistema de turnos y con un horario extendido. Comer solo o a una distancia considerable de los demás es recomendado. En el caso de otros espacios, Canales propone la idea de que se asigne personal cuya única tarea sea sanitizar los espacios de trabajo y particularmente los baños luego de cada uso. Además, el prevencionista de riesgos sugiere que las zonas de fumadores deberían ser clausuradas transitoriamente.

Las grandes salas de reuniones permanecerán vacías por un tiempo. Además, cada persona que entre a un lugar de trabajo debería ser registrada con número de teléfono, para que se pueda determinar la trazabilidad si es necesario. En el caso de contrataciones, todo el proceso debería ser online. Si se necesitara evaluaciones prácticas, se debe cumplir con las medidas de precaución correspondientes a cada caso.

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