Teodoro Fernández, arquitecto y ganador PAU 2020: “Parque Kaukari es un proyecto unitario con mirada urbana”

Parque Kaukari

El también receptor del Premio Nacional de Arquitectura y ex integrante del jurado del Premio Aporte Urbano, lideró el proyecto que revitalizó una zona perdida de Copiapó e invitó a los vecinos a reapropiarse de los espacios.



Kaukari quiere decir “vida en el nuevo río”. Y fue vida lo que el equipo liderado por el arquitecto Teodoro Fernández, Premio Nacional de Arquitectura 2014, entregó a Copiapó con el proyecto Parque Kaukari. Se trata de un Plan de Recuperación Urbana del Río Copiapó, impulsado por MINVU Atacama, con el objetivo de revitalizar, dar nueva vida, a la imagen de la ciudad, y que actualmente cuenta con dos de sus cuatro etapas completadas, con una tercera en marcha.

No se trataba de una tarea fácil. De hecho, es un proyecto que busca recuperar 160 hectáreas, de las cuales 54 corresponden a áreas verdes, algo casi impensado para la ciudad. Se integra al río y se ocupa de disminuir el impacto visual, concentrando los cables eléctricos en pocas torres, habilitando así el cableado soterrado de iluminaria y farolas solares.

Según Fernández, el proyecto nace en base a distintas situaciones. “En Chile, a partir de los organismos públicos, hay una mirada sobre la ciudad en términos más generales”, cuenta el arquitecto y agrega: “Esto es algo que nace casi junto con el urbanismo y la arquitectura moderna, a mediados del siglo pasado. En Chile, alrededor de los años 60 esto empieza a surgir, tanto desde las universidad como desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que se instala a finales de esa década. Hay un interés de los organismos públicos por tener una mirada de la ciudad más general”.

¿Cómo se relaciona esta mirada pública con sus intereses personales y profesionales?

-Voy desarrollando un interés por la ciudad en su conjunto, tanto como profesor de Arquitectura como en la práctica profesional, de manera que sobre el Kaukari, o sobre el río Copiapó, se produce una alianza virtuosa que consiste en estar atentos a lo que se está llamando. Y alrededor del año 2010 se produce un llamado por parte de las autoridades regionales para licitar el parque Kaukari. Tenían avances, pero el principal estaba en entender que había que mirar los temas del río y del parque en conjunto, como algo unitario sobre lo que confluían varios intereses de las distintas visiones del Estado sobre estos cuerpos de agua o fenómenos que atraviesan todo el largo de Chile.

Porque los ríos son fundamentales para cada ciudad…

-Nuestros ríos son especiales, porque por una parte llevan el agua a los valles y hacen posible que haya vida en ellos. Pero tienen un régimen de lluvias bastante caótico. Hay veces que llevan muy poco agua y se producen los periodos de sequía, pero también hay periodos de lluvia que son intensos y torrentosos, y que transforman a estos tranquilos ríos en una pesadilla.

Es a raíz de una inundación, que se produce en 2007 en Copiapó, que la Dirección Hidráulica del Minvu llama a las licitaciones. Serviu y el Municipio están atentos a esto, pero señalan que tienen otra idea: no solo invertir en contener el agua del río, sino que hacer algo que incorporara al río a la ciudad, para incorporar también los terrenos baldíos a su alrededor.

¿Y cómo se logra el trabajo mancomunado de las instituciones?

-El emblema de nuestra sectoralización nacional es que está dividida en parcelas independientes y celosas del actuar de la otra. Entonces cada ministerio tiene un encargo y un presupuesto: todos quieren realizar su encargo y gastar su plata. Alrededor del río Copiapó estaba el tema de la defensa contra las inundaciones, pero por otro lado estaba el encargo de hacer las vías alrededor del río, porque se les presenta como un terreno baldío que no se puede expropiar, y donde se pueden construir carreteras.

Por su parte, el Ministerio de Bienes Nacionales, dueño de estos terrenos, está interesado en saber quién paga más por ellos. El Serviu tiene el mandato de desarrollar viviendas, la Dirección de Puentes quiere hacer sus puentes. Pero la gran virtud del Parque Kaukari es que hubo un Seremi Minvu y un municipio que decidieron liderar y convencer a los organismos para trabajar en un proyecto unitario, con una mirada más urbana. Un proyecto donde confluyeran los presupuestos.

Una tarea más bien titánica…

-Bastante titánica, pero eso es algo que depende. Los organismos tienen mandatos difíciles. El mandato de la Dirección de Hidráulica era canalizar los ríos. Se había hecho un proyecto de canalización del Copiapó que, como proyecto urbano, fue un fracaso. Nuestra propuesta era recuperar la naturalización del río. Trabajar a favor del río, no en su contra. Nos encontrábamos, además, con que el río Copiapó y el futuro parque, gigantesco para una ciudad medianamente pequeña, estaba a tres cuadras de la plaza de Armas de Copiapó, que se consideraba marginada.

Los de la construcción de puentes nos decían que los puentes que habían eran parte de la carretera. Pero nuestra propuesta apuntó a que se trataba de una avenida peatonal, capaz de unir la plaza con el cementerio de la ciudad. Le pusimos hasta veredas al puente, porque no las tenía, y ahora te puedes parar en esas veredas a mirar el río. Quisimos unir al centro de Copiapó con lo que la ciudad había crecido al otro lado del río. Que se notara que estaban a cuatro cuadras y no a cuatro kilómetros.

Se logró convencer a las distintas partes que sí valía la pena hacer un proyecto en conjunto.

Parque Kaukari

¿Se veía la necesidad de recuperar esos espacios, también desde las personas?

-Encontramos una foto de los años 50 donde aparecían niños bañándose en el río, con un escrito que decía: “éramos felices”. Teníamos que recuperar esa sensación. Y hoy tengo una foto actual del río, con niños bañándose, iguales, que deben ser los nietos de los niños de la foto original.

Tras haber ya ganado un Premio Nacional de Arquitectura, y habiendo sido parte del jurado de PAU con anterioridad ¿cómo recibió el premio a Mejor Proyecto de Espacio Público a Escala Comunal?

-Los premios siempre se agradecen, pero yo diría que tienen un beneficio para todos los que intervinieron y para las personas que usan el parque. Da cierto orgullo que una comisión de personas importantes piensen que hiciste las cosas bien y que eres un ejemplo. A los ciudadanos les gusta y personalmente a mi también. Pero se agradece más que los demás se sientan felices por eso. Como arquitecto, se dice que cuando uno gana un premio, el más feliz es el cliente.

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