Una apuesta por las obras que fortalecen la vida comunitaria

“Los espacios de uso público son la expresión más fuerte de democracia en la ciudad, y por eso merecen la atención de las políticas públicas en los temas de regeneración y desarrollo urbano”, afirma Pablo Jordán, presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile (AOA).

Un sentir que comparte la ministra de Obras Públicas, Jéssica López Saffie, quien enfatiza que el foco actual de las licitaciones está en las y los ciudadanos: “Escuchamos lo que requieren las comunidades, pero también estamos haciendo grandes acuerdos con los concesionarios para mejorar los entornos de las actuales concesiones”.

La autoridad pone como ejemplo el plan Buen Vecino, “que permitirá concretar importantes obras urbanas como parques, juegos infantiles o insonorizaciones de autopistas para mejorar la relación con la comunidad”.

Tanto la AOA como el Ministerio de Obras Públicas (MOP) son coorganizadores del Premio Aporte Urbano (PAU) 2023, que desde hace nueve años -en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Consejo de Desarrollo Urbano, el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios- reconoce a aquellas obras públicas y privadas que contribuyen con un aporte de calidad a las ciudades chilenas. En el caso del MOP, este es su primer año siendo parte del Premio.

Este 2023, tres de las categorías tienen que ver con proyectos que se desarrollan en lugares destinados al uso en comunidad: Mejor Proyecto de Espacio de Uso Público, Mejor Proyecto de Equipamiento Urbano y Mejor Proyecto de Edificio de Uso Mixto.

“Para el MOP es relevante que las obras de infraestructura y edificación que ejecutamos puedan ser detonantes urbanos, que logren generar transformaciones que aumenten la calidad de vida de las personas en las ciudades y permitan redistribuir bienestar”, agrega la Directora Nacional de Arquitectura, Loreto Wahr.

“Desde los puentes y caminos hasta los aeropuertos y aeródromos que conforman nuestra red de conectividad, así como los bordes costeros, los servicios de agua potable rural, los edificios públicos y la posibilidad de recuperar nuestro patrimonio -al igual que la reconstrucción tras las emergencias- son parte de las obras que contribuyen de manera directa a mejorar la calidad de vida de las personas”, ejemplifica.

También contribuyen a este modelo aquellos proyectos que combinan de buena forma espacios residenciales, comerciales y de servicio.

“El uso mixto de nuestras ciudades y edificios es una forma de reconocer la diversidad funcional urbana y también de dar respuesta a los objetivos de diversificación y heterogeneidad en el uso del suelo”, apunta Pablo Jordán, haciendo alusión a otro de los valores que mueven al Premio Aporte Urbano: demostrar que el objetivo de tener espacios con excelente calidad de vida y buen acceso a servicios puede ser una realidad para todas las personas.

Los espacios públicos pueden tener tantas caras como las necesidades de las personas que los habitan. Por eso los PAU 2023 apuntan a reconocerlos en distintas categorías.

En 2022, el premio a Mejor Edificio de Uso Mixto recayó en una construcción regional: el Mercado de Abastos de Curacautín, en La Araucanía; un proyecto mandatado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y desarrollado por la Constructora FCB. Este espacio, nacido a partir del Programa para Pequeñas Localidades del Minvu, está junto al terminal rodoviario y es un lugar de encuentro para vecinos y viajeros.

Otro muy ejemplo de proyecto mixto es el ganador de la categoría en 2021: el Centro Comunitario y Cesfam Matta sur, desarrollado por la Municipalidad de Santiago en conjunto con la Constructora Boetsch. Una obra nacida a partir de la recuperación del edificio patrimonial Matta Sur, que tiene dentro de su perímetro una construcción destinada a un Cesfam.

En el caso de los Proyectos de Espacios de Uso Público, ese mismo año el PAU se lo llevó el Parque Urbano Isla Cautín, también en La Araucanía, mandatado por el Serviu de esa región. Un terreno de 27 hectáreas en pleno centro de Temuco, conectado con el cerro Ñielol y el río Cautín, que cuenta con diversos programas recreativos, culturales y deportivos.

Las áreas verdes son una parte esencial de los proyectos reconocidos por el premio. En 2020, el Parque Kaukari, en Atacama, se lo adjudicó en la categoŕía Mejor Proyecto de Espacio Público a Escala Comunal.

Mandatado por la Seremi Minvu regional, su diseño fue realizado por el Premio Nacional de Arquitectura 2014, Teodoro Fernández y fue diseñado en cuatro etapas que ya están concluidas. En total, se recuperaron 160 hectáreas a lo largo de terrenos que alguna vez pertenecieron a la ribera del río Copiapó, de las cuales 54 han sido destinadas exclusivamente para la vegetación. En el resto hay equipamientos para realizar distintos deportes, andar en bicicleta o realizar talleres recreativos.