Editorial

El domingo pasado La Tercera estrenó nuevo logo, un rediseño interior y la consolidación como el principal medio multiplataforma.Aprovechando estos cambios, nosotros le hicimos un upgrade a nuestra portada, sumando el nuevo logo del diario. Cada día la revista evoluciona más hacia otras plataformas, ya tenemos una buena web, Masdeco.cl, y en Facebook e Instagram, @revistamasdeco, cada día sumamos más seguidores.

Todo esto coincide con un nuevo aniversario de La Tercera, y para celebrar decidimos ver cómo hemos evolucionado en estos más de 60 años de existencia.

Las Torres de Tajamar cumplen cincuenta años y modificaron no solo el paisaje de una comuna, también otorgaron la impronta del vivir de manera moderna, nuevas bombas llevaron el agua a pisos antes impensados y modernos ascensores permitieron que la altura ya no fuera una barrera. Espacios racionales para el ABC1 capitalino era la propuesta, como lo demuestra la publicidad de la época. El paso del tiempo las ha consolidado como la gran puerta de entrada de Providencia. Y si las torres fueron una revolución tecnológica en los 60, hoy la empresa BauMax propone un nuevo salto productivo, y fuimos a la planta a entender el proceso: como las partes de un mecano, salen listas para ser ensambladas en terreno, incluso con el sistema eléctrico ya incorporado. Nuevos procesos como este no solo ahorran tiempo, sino que generan nuevas maneras de pensar la arquitectura.

Pero la evolución no es solo tecnología, también es una manera de hacer negocios, como lo desarrollado por Olsen a través de su plataforma web para muebles modulares, o una evolución en diseño como lo que está investigando Cristián Donoso en sus muebles; siempre con la calidad de ebanista que lo identifica, ahora ha abierto su fábrica a líneas simples y diseños contemporáneos.

Los dos espacios que elegimos llevar cierran este tema de la evolución: un piso en Torres Blancas, un edificio en Madrid que apostó totalmente por lo que sería el futuro del diseño arquitectónico en los 60, que hoy se ve como un recuerdo de los muebles burbuja y las curvas excesivas; por otro lado, una casa en Sao Paulo, simple e integrada, habla de un habitar nuevo, sin restricciones ni límites físicos.