En defensa de los pulmones
Antivíricos, antiinfecciosos, antiinflamatorios, antioxidantes, antibacterianos. Eso es parte del escudo ‘anti’ que forman estas dos plantas, hace mucho relacionadas con el aparato respiratorio y desde la creencia de que la alimentación va de la mano con la salud. En plena pandemia y el comienzo del frío echamos mano a fortalecedores naturales que seencuentran en casa.
Varias novelas sobre el Imperio Romano cuentan que desde que Nerón empezó a cantar en público (para aumentar su popularidad) olía a cebolla debido a que antes de cada ensayo la consumía para que le despejara la nariz y abriera los pulmones. Aquí mismo, y con voz de campo, hay varias pócimas con la cebolla y el ajo para curar la tos, resfrío y asma, entre otras. Ambas plantas del género Allium poseen compuestos fitoquímicos que actúan y favorecen el sistema inmune además de aceites esenciales –eliminados a través del sistema respiratorio– que ejercen acciones antisépticas, expectorantes y antiinflamatorias. Hay muchos estudios científicos y toneladas de costumbres con su uso medicinal repartidos por el globo que lo avalan. Justamente la razón para que entraran hasta como cura en el contexto del Covid 19.
¡Pero no! Ya se ha desmentido que sanan la enfermedad. Eso es un hecho. Como también se ha sostenido que un cuerpo con buenas defensas da la pelea mejor frente al detestable bicho u otras dolencias. Y ahí no hay ninguna duda de que la alimentación juega un rol vital. “La madre naturaleza regala múltiples alimentos para fortalecernos que podemos consumir de diferentes maneras. Pero es un error responsabilizarlos de mejorías solo por el hecho de comerlos si no se complementan con actividad física, bienestar emocional o, por el contrario, si se tienen hábitos tóxicos para el organismo, como en este caso puntual el tabaquismo. Es necesario ver la salud de manera integral para poder prevenir más que curar todo el sistema inmunológico en general para que pueda combatir los distintos agresores”, comenta la cirujana oftalmóloga Linda Vergel, especializada en medicina natural biorreguladora. Sin embargo, señala que tanto el ajo como la cebolla son ricos en compuestos azufrados (reconocibles por su particular aroma y sabor) que tienen capacidad antiinfecciosa, antiinflamatoria, antivírica, junto con otros minerales, vitaminas e importante presencia de antioxidantes que entregan beneficios, por lo mismo es positivo incluirlos en las dietas.
De piquero a ellos
¡Cómo no si son tan ricos! Sin preocuparse demasiado por los olores corporales que emiten (una de las causas por las que el chileno es especialmente cuidadoso con el ajo, por ejemplo) y aprovechando el confinamiento, estar entre pocos, disfrutando de su sabor e infinitud de preparaciones. Por supuesto hablamos de no tener problemas para digerirlos u otros efectos desagradables.
Ahora, dentro de las medicinas naturales, el uso de la cebolla y el ajo es en formato de extractos, jarabes, cápsulas, que usualmente se indican para momentos puntuales, malestares o áreas del cuerpo que hay que reforzar, utilizándose por ciclos. El ajo, como lo explica el doctor Andrés Ogino, especializado en medicina antroposófica, “es un gran antiséptico, por lo tanto también actúa en las bacterias intestinales sanas, necesarias, afectando la flora intestinal natural. Hay que tener cuidado con el tipo de extracto, las dosis y vigilar esta doble característica, usándolo cuando ya se tienen molestias. A lo que me refiero es que ahora que empieza el frío, que efectivamente hay diferentes virus, sí se podría hacer un remedio casero de baja cantidad para tomarlo por unos cinco días, pero no el mes completo, porque sí tienen efectos beneficiosos. Y, paralelamente, tener una ingesta en las comidas, que aportan a una dieta sana y equilibrada que por sí misma se ocupa de todo el sistema”.
Aceite de ajo
El aroma que se siente y que se suda del ajo es el delator de sus aceites esenciales, que contienen todo ese conjunto de buenos ‘anti’ para el organismo. El meollo es que son volátiles (de ahí que se extraigan en alambiques por evaporación), pero también son liposolubles, es decir, el aceite los atrapa.
Una mezcla casera es aceite de oliva con el 10% de la cantidad en ajo. Esperar unas semanas y consumir, con moderación pero también con placer.
Jarabe casero
La doctora Vergel comparte esta receta para tomar si se siente débil el sistema respiratorio o con molestias. Idealmente en ayunas. (dravergel@gmail.com)
Picar muy chica 1 cebolla, rallar 1 diente de ajo y cortar 4 trozos de jengibre. Poner todo en un frasco de vidrio y agregar el jugo de 4 limones más 4 cucharadas de miel. Macerar mínimo por 4 horas. Colar y tomar en pequeñas dosis.
Jengibre
Otro alimento con múltiples beneficios que siempre es bueno ingerir. Para resfríos, tos, gripe o incluso aportar a su prevención, tomarlo en infusiones.
Rallar jengibre y echar agua caliente, esperar 8 minutos y tomar.
¿Mientras más cantidad pongo, mejor? No, comenta Ogino; el cuerpo también se satura y puede tener efectos digestivos no positivos. La proporción es 1 cucharadita de té por 250 ml (o una taza de agua). (@dr.andresogino)
Cebolla escabeche
Tan chilena como los porotos y tan presente en ferias, mesas y nostalgias, es una buena manera de consumir cebolla cruda, que incluso al pasar tiempo se potencian sus beneficios y libera otras propiedades. Lo mismo con cualquier fermentado.
Ahora que se vienen los guisos de legumbres, simplemente pique trozos y coma en modo tradicional. Todo suma.
¿Cómo los como?
Crudos. Se sabe que los alimentos pierden propiedades al cocinarse. Aquí nos referimos a obtener beneficios si se ponen en una ensalada, por ejemplo, un aceite y en considerable menor cantidad en una sopa o asados. De hecho, los bulbos, y mayormente el ajo, al machacarse convierten sus compuestos azufrados (como la aliína) que se activan por un trabajo enzimático, potenciándose todavía más. Y atención, el ajo es bueno para el colesterol, la insulina y el aparato cardiovascular, entre otros. Apréndalo: incluso para una salsa, machaque el ajo antes.
Como terapia, tanto ajo como cebolla se trabajan desde sus jugos. Un shot fortalecedor por algunos días sería extraer el jugo de una cebolla y tomarlo durante el día. El doctor Andrés Ogino subraya que el jugo debe estar frío, porque al calentarse cambia sus propiedades, y advierte que se debe diferenciar de otros grandes antiinflamatorios como la cúrcuma y el jengibre, que al ser rizomas necesitan calentarse para liberar sus aceites esenciales.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.