Muy europea
Vive hace 41 años en Chile, pero antes de eso la holandesa Caroline Cable nació en La Haya, estudió en Ámsterdam, vivió en París, Alemania, Angola y Sudáfrica… todos lugares que la marcaron en su acento, su ojo agudo, su estilo de vida y su forma de decorar. Su casa en Cachagua es el mejor ejemplo de este sincretismo, siempre con la nota de soltura que la identifica.
Deshuesando una por una las cerezas, para luego hacer la mermelada que tanto le gusta a su hermano, que viene a visitarlos para estas fechas desde Holanda, es como encontramos a Caroline cuando nos recibió en su encantadora casa, ubicada justo al límite entre El Pangue y donde comienza el balneario de Cachagua,
"No hay nada que me haga más feliz que recibir a la familia y a los amigos con detalles que sé que van a disfrutar", dice esta mujer multifacética con ocho nietos, pero con una energía inagotable.
Caroline cuenta que llegó el año 76 a Chile y el 78 comenzó su vínculo con Cachagua. "Eran otros tiempos, había muy pocas casas, no como ahora… me acuerdo cuando sacábamos las machas en la orilla de la playa. Los primeros años arrendamos y después con un amigo gringo nos compramos este terreno y nos construimos esta casa que se ha transformado en un ancla". Sus hermanos de Holanda, cuñados de Inglaterra y amigos de Escocia son parte de la familia y amigos que pasan temporadas inolvidables en esta casa siempre abierta, por lo mismo es que se ha ido modificando con el tiempo y hoy cuenta con cinco dormitorios, donde caben cómodamente 12 personas.
Es una construcción donde pueden convivir varios a la vez, pero en un formato abarcable y muy acogedor, donde el living, comedor y cocina comparten un mismo espacio, lo que inmediatamente le da un sentido más relajado y playero. Un sello que identifica mucho el estilo de vida europeo de Caroline, donde prefiere prescindir de los servicios y hacer ella las cosas. "No bajo mucho a la playa, me gusta salir a caminar y disfruto mucho estar acá en la casa leyendo, jardineando, cocinando, poniendo linda la mesa, haciendo ramos de flores", dice lo más parecido a Martha Stewart que tenemos en Chile.
Esta gran facilidad y gusto por las manualidades y la estética es lo que ha llevado a Caroline a reinventarse mil veces. Estudió diseño de modas, así fue como se entretenía haciéndoles los vestidos a sus tres hijas cuando eran chicas; más tarde se dedicó a la restauración de porcelanas e hizo clases de cocina en su propia casa: "Eran como tres o cuatro grupos, nos entreteníamos mucho" dice, en los 90 se asoció con Meche Eguiguren y formaron la tienda de telas importadas Taller a Colgar, en Alonso de Córdova, con quien también comenzó a decorar algunas casas. Con toda esa experiencia es que hace 10 años creó, junto a su hija Valesca Damste, CCd Interiores, donde más tarde se unió su otra hija, Jocelyn Cable.
Cada uno de los proyectos de este trío de decoradoras es inconfundible, donde se reflejan la pasión que tienen por los colores y la frescura de los estampados, sin abandonar lo clásico. Casas donde hay lugar para mezclar muebles con historia familiar, con lo nuevo, casas con olor a tartas, con perros dando vueltas… características que no son excepción en esta casa en la playa, donde no existe la palabra moda. ccdinteriores.cl
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