Pionero
El primer condominio proyectado completamente en madera por el arquitecto Cristián Izquierdo, en el barrio El Golf, marca un precedente no solo por la apuesta en su materialidad, sino por el particular diseño del conjunto que remite a la vida en comunidad.
“Así como el siglo XX fue el siglo del hormigón, el siglo XXI es el siglo de la madera”, asegura el arquitecto de la PUC, máster en diseño arquitectónico en la Universidad de Columbia. Con esta convicción argumenta los principales motivos que lo llevaron a proyectar este encargo inmobiliario de ocho casas de 215 metros cuadrados utilizando la madera como protagonista. “El primero, y el que a mí como arquitecto me importaba mucho, es que la madera ofrece un sistema constructivo de partes discretas que se van ensamblando unas a otras. Por lo tanto, es una construcción que se hace con muchos elementos chicos, más que con grandes volúmenes como el caso del hormigón, que es un solo sólido continuo. Mi voluntad era que cuando uno viera el edificio fuese una suma de módulos discretos que se repiten y que esa repetición forma un largo total, más que una, dos, tres casas… me interesaba difuminar la apariencia de una casa en una totalidad mayor”, señala.
La otra consideración, dice, tiene que ver con el factor ecológico y que la construcción pueda emitir la menor cantidad de CO₂ al medioambiente posible. Es decir, que la construcción no solo gaste poca energía en calefacción, sino también al construirse. “Esa es una voluntad política que me parece urgente y relevante. Si el ciclo productivo de la madera es virtuoso, desde que el árbol se planta hasta que se termina por construir en obra, y genera pocos desperdicios, puede generar un sistema constructivo de baja huella de carbono”.
Y la tercera razón que ofrece la madera hoy es la eficiencia, “ya que la construcción en madera, en este caso pino, prescinde de la producción artesanal y la sustituye por una donde el elemento pasa desde el proceso de diseño que se hace en un modelo computacional tridimensional a la prefabricación en una industria mediante una máquina CNC, un sistema mecanizado que disminuye el tiempo y los posibles errores en la ejecución de la obra”.
Vida en comunidad
Sobre cómo surgió el encargo, el arquitecto cuenta que fue algo bastante sui géneris en la historia reciente en Chile, pero que tiene un ilustrísimo antecedente en los innumerables conjuntos que hizo Fernando Castillo Velasco, que se ocupa mucho en otros países, como en Alemania, que es un negocio inmobiliario donde sin utilidades un grupo de matrimonios jóvenes acuerda comprar el terreno y las casas ya están prevendidas o asignadas de antemano. De esa manera las casas podían salir en un costo razonable y competitivo o incluso más barato que comprar una casa en la zona y remodelarla.
La inspiración del proyecto surge, entonces, de este complejo de familias que comparten un estilo de vida en común. En ese sentido, el arquitecto quiso fomentar que las casas tuvieran su patio privado, pero sobre todo donde los vecinos pudieran participar en un espacio compartido y que ese espacio quedase al menos visualmente abierto a la calle. “Eso era relevante, de manera que entre la calle, el espacio público y el espacio compartido de la comunidad existiera un vínculo, y luego entre ese espacio comunitario y el espacio privado de cada casa también existiera esa estrechez. Eso fue una cuestión determinante, que fijó la disposición de las casas en torno a un pasaje central, de manera que todas dieran a este espacio común, y eso también permitió una cuestión que es bien clave, que es el problema arquitectónico clásico de las casas pareadas, que es la fachada que cada propiedad puede tener. Lo fundamental era que las casas tuvieran la mayor cantidad de frente posible, y en ese caso se logró un frente de 13, 86 metros, cuando una casa pareada tiene del orden de 6 a lo sumo 8 metros. Y eso se consiguió gracias a que las casas se distribuyeron hacia dos lados, con un pasaje central y no con un pasaje lateral con casas hacia un solo lado. Lo que permitió la resolución de la planta en el primer piso con forma de L, donde todos los recintos quedan con un frente largo abierto al patio.
Ideas que inspiran. La madera es un material versátil, que siempre aporta calidez.
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