Un recipiente con carácter

Veintiséis años pasaron para que la firma Helena Rubinstein –traspasada al grupo francés L’Oreál en 1989– sacara una nueva fragancia al mercado. Por esomismo, tal acontecimiento no pudo sermejor aspectado y con Demi Moore de protagonista de su imagen y el diseñador Hervé van der Straeten a cargo de concebir el delicado frasco en el que se depositaría la fragancia, definida como floral, amaderada y contemporánea. La apuesta a todas luces daría de qué hablar.

Que Van der Straeten tuviese la misión de proyectar el recipiente de Wanted, como bautizaron al nuevo perfume de HR, no fue al azar. Y es que este graduado de la Escuela de Bellas Artes de París desde muy joven demostró que lo suyo iba por el lado de la belleza, y con su primera línea de joyas, el acercamiento a la alta costura se dio naturalmente al trabajar en las pasarelas de Thierry Mugler, Christian Lacroix, Yves Saint Laurent y Jean Paul Gaultier. No obstante, su mirada exclusiva y avant garde lo llevó más allá, e incursionar en el mundo de la decoración incorporando su sello al museo Jacquemart André en París, al Excelsior Café y a la Casa Niki en Tokio.

Hoy, dedicado a su galería, en el distrito parisino de LeMarais, exhibe su colección de arte, joyas ymuebles que llevan comomarca el acabado único, con lacados impecables y de una sofisticación pocas veces vista. Desde ahí también nacieron las ideas para desarrollar esta sublime botella de cristal. Una especie de saco drapeado del que brota un cuello recogido con lazos dorados y que, como explica, “fue justamente creado para entregar la idea de simplicidad…y el lazo, el mismo que usa Demi Moore en la campaña, es una suerte de talismán que lleva mi sello, simple, delicado y espiritual”, asegura.

De esta manera, a la idea de una fragancia única y especial se le agrega una pieza de arte para contenerla, una eso sí atemporal y exquisita.