30 años sin Freddie Mercury: conoce la colección de autos que nunca manejó el líder de Queen
El vocalista de Queen tenía una colección de autos tan amplia como su particular registro de voz. Eso sí, el británico nacido en la actual Tanzania jamás obtuvo una licencia de conducir.
Hoy es un día triste en la historia de la música. Hace exactos 30 años, un 24 de noviembre de 1991, fallecía Freddie Mercury. En la localidad de Kensington, Londres, se ponía fin a la vida del artista y empezaba la leyenda de una de las figuras fundamentales del rock.
En esta conmemoración por los 30 años sin Freddie Mercury, recordamos un aspecto menos conocido del líder de Queen, el relacionado con los autos.
A diferencia de casi todos los artistas, a quienes se les ve manejando llamativos vehículos, Freddie jamás consiguió un permiso de conducir, aunque sí contó con autos de alta gama que cualquiera se quisiera estacionado fuera de la casa.
“Cuando tomo tu volante, todo lo que oigo es tu motor”, dice la canción I’m in love with my car, original del baterista Roger Taylor, incluida en el disco Bohemian Rhapsody de 1975. Sin ser un fanático cabalmente o un purista del mundo motor, sí disfrutó de ellos muy a menudo.
Pero como dijimos anteriormente, el vocalista no tenía licencia, pero sí un equipo de tres choferes para su flota de autos. Eran cuatro vehículos que componían su garage.
Una de sus apariciones públicas más conocidas, es junto a un Studebaker de la década del 50. Tiempo después, Farrokh Bulsara, como se llama realmente Mercury, compró un Rolls-Royce Silver Shadow de 1974 que sacaba a relucir la calidad, el confort, lujo y exclusividad de la firma británica. Era la época de gloria del artista.
El Silver Shadow pasó a su propiedad en 1979 y lo conservó hasta su muerte. El modelo fue de las primeras unidades monocasco del portafolio de Rolls-Royce. Además tenía suspensión trasera independiente y frenos de disco a las cuatro ruedas. Estaba impulsado por un bloque V8 de 6.75 litros que alcanzaba los 189 caballos.
Tras la muerte de Mercury, el Silver Shadow pasó a su familia. La última vez que se le utilizó fue en 2002 en el estreno del musical We will rock you, inspirado en la banda británica. Luego, fue subastado por la casa Coys en 2013 en un valor cercano a los 90 mil euros por un fanático ruso.
Aunque era mejos lujoso y ostentoso, según sus cercanos, el favorito del lote era un Mercedes-Benz 420 SEL. Lo usaba en en contadas ocasiones. La mecánica del auto alemán estaba gestionada por un motor también V8 de 4.200 cc que rendía una potencia de 204 Hp.
El modelo fue comprado en 1986 por la empresa Goose Productions del ex líder de Queen (al igual que el Rolls-Royce) y también lo conservó hasta su muerte. En 1996 fue vendido en Sotheby’s, pero luego fue abandonado.
Hace tres años, la revista GQ escribió que el nuevo propietario, Ross Waite, lo había encontrado en la parte trasera de un patio en Fife, Escocia, pero él no tenía los medios para su restauración, por lo que escuchaba ofertas. Mientras eso pasada, el vehículo se siguió deteriorando.
En los 80, Freddie Mercury también sumó un vehículo para salirse de la ruta. Se trataba de un Range Rover convertible de 1981 y de dos puertas. Este llamativo vehículo lo adquirió mediante Spinney Music, la compañía que compartía con Jim Beech, manager de Queen.
Y un vehículo que no pasó por sus manos, pero que estaba ligado al artista, se estrenó a 65 años de su nacimiento. Por aquellos días, el constructor británico Lotus hizo un homenaje a Freddie Mercury con la invención del Evora S Freddie Mercury Edition. Se trató de una única unidad que fue donado a una ONG que investiga avances en la cura del VIH, la enfermedad que le costó la vida al músico.
El diseño del deportivo vestía de los mismos colores que Mercury en el mítico recital de Wembley en 1986. Las firmas del vocalista en el exterior y el interior del auto respaldaban al auto homenaje.
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