El BMW Z8 apaga 20 velitas en la torta
El descapotable estrenado en 2000 apareció en unas de las películas de James Bond. Se alcanzaron a producir poco más de 5 mil unidades antes de que el roadster de tracción trasera pasara a la historia.
Las grandes marcas suelen celebrar los aniversarios de íconos a los que han dado vida, incluso si sus existencias han sido efímeras. Es que los constructores no piensan en un auto como uno más, sino que lo sitúan como el continuador de un legado. Ese es el caso del BMW Z8, un heredero de la tradición descapotable de la firma bávara, iniciada en la década del 30, y también el nexo del espíritu roadster hoy representado en el Z4. Precisamente por estos días, el recordado Z8 cumple 20 años.
Este modelo de estilo barchetta fue obra del diseñador danés Henrik Fisker. Se caracterizó por un capó alargado y una posición de manejo muy retrasada para lograr un reparto entre los ejes de 50:50. Medía en total 4,4 metros y pesaba 1,5 toneladas, según detalla la marca en un comunicado.
Para hacer notar su importancia dentro de los planes de la firma bávara, BMW lo dotó del motor más poderoso creado hasta ese entonces para un coche de calle. Se trató de un propulsor V8 atmosférico de 4.9 litros -de disposición delantera- que producía 400 caballos y que iba pareado a una caja manual de seis marchas. Ese caudal estaba dirigido solo las ruedas de atrás para lograr una performance acorde incluso con los tiempos actuales: un 0 a 100 km/h de 4,7 segundos y 250 km/h de velocidad punta, aunque eso solo porque estaba autolimitado.
Una experiencia muy diferente
Los dueños de un Z8 disfrutaron no solo del hecho de ir a cielo descubierto en uno de los autos más codiciados de inicios de siglo, sino que desde que hacían el abono por el modelo recibían un trato preferencial. ¿En qué consistía?
La marca ofrecía visitas a la planta de Múnich para presenciar in situ los últimos procesos de fabricación que recibía en la planta. Además, al hacer entrega de las llaves, BMW entregaba también un libro hecho a mano con las fotografías del proceso de producción de la unidad. Todo muy cuidado.
Por esa misma impronta de roadster y la dedicación que BMW puso detrás, más tarde el auto apareció en la película The World Is Not Enough de James Bond, un debut en la pantalla grande que solo sirvió para agigantar aquel presente del Z8. Tres años más tarde, BMW decidía quitarlo de producción, luego de lograr dar vida a 5.703 unidades. Hoy esa tradición deportiva sin techo recae en el premiado BMW Z4 que puede llevar un motor de hasta 340 Hp (claro, al más antiguo hay que guardarle respeto).
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.