Un jugo de tomate Ford que se ha conservado por 83 años, sale ahora a remate
Este particular brebaje fue elaborado en Dearborn, Michigan, en septiembre de 1938. ¿Quieres saber su historia?
Ford, el gigante de Michigan, ha producido una infinidad de vehículos a lo largo de los años. Incluso, la firma de Henry Ford se aventuró con motores aeronáuticos, tractores y camiones hasta hace no muchos años. Pero, ¿Cuántos sabían que Ford también elaboró jugo de tomate? No es broma ni nada por el estilo, y muy por el contrario, ahora la famosa empresa de remates RM Sotheby’s está poniendo bajo el martillo una exclusiva botella de jugo de tomas de Ford, que ha estado guardada por largos 83 años...
La historia detrás de esta particular botella, tal como cuenta Motor1, es fascinante. De acuerdo al libro Henry’s Attic: Some Fascinating Gifts to Henry Ford and His Musuem, Ford elaboró oficialmente jugo de tomate durante tres semanas en septiembre de 1938. La idea tuvo como epicentro el campo de 32 hectáreas en Dearborn, Michigan, que es hoy justamente la sede central del segundo fabricante más grande de Norteamérica.
Así, el jerarca del imperio Ford habría comprado vastos campos para la cosecha de vegetales que luego servirían para obras de caridad. El campo fue sembrado con tomates y dos de los galpones fueron convertidos a almacenes de conservas. Durante esas tres semanas de 1938, 30 niños (eran otros tiempos) y seis hombres prepararon la asombrosa cantidad de 52 mil cajas de jugo de tomate de la marca Ford.
Como es de suponerse, estas botellas de jugo de tomate Ford son escasísimas... o acaso, ¿cuántos guardan un jugo por 83 años? En el caso de esta unidad en particular, la tapa jamás se ha girado. RM Sotheby’s apunta a vender hasta por sobre US$ 300 esta particularidad, que tendrá un nuevo dueño este 4 de septiembre. Como referencia, en febrero de 2019 una botella vacía de los jugos de tomates Ford se vendió en eBay por US$ 408.
Henry Ford vio siempre una importancia vital a la agricultura. Por ejemplo, durante la Gran Depresión del 29 dedicó más de 600 hectáreas en Michigan a esta forma de subsistencia. Los trabajadores de la empresa pudieron inscribirse para administrar un terreno y el resultado fue que todos pudieron cosechar lo que sembraron.
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