Arrestan a altos oficiales de policía militar de Brasil por apoyar ataques a edificios de seguidores de Bolsonaro

Brazil Military Police
Partidarios de Bolsonaro retenidos por la policía al asaltar el Palacio Planalto, en Brasilia, el 8 de enero pasado. Foto: AP

La Procuraduría General brasileña señaló en un informe que los acusados no sólo no impidieron los asaltos al Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el palacio presidencial en Brasilia, sino que también asistieron a los alborotadores en su intento de derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva y reinstalar a Bolsonaro en el poder en un golpe de Estado.


La policía federal brasileña arrestó el viernes a siete altos oficiales de la policía militar por presuntamente apoyar a revoltosos partidarios de Jair Bolsonaro durante los ataques del 8 de enero contra edificios gubernamentales de Brasilia.

Los fiscales dicen que mensajes de texto obtenidos de los teléfonos celulares de los oficiales muestran que la policía militar de Brasil estaba al tanto de las intenciones de los agresores. Los oficiales acusados no sólo no impidieron los ataques, sino que asistieron a los alborotadores en su intento de derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva y reinstalar a Bolsonaro en el poder en un golpe de Estado.

Entre los arrestados el viernes está Klepter Rosa Gonçalves, comandante general de la policía militar de Brasilia. La policía también detuvo a otras tres personas y diligenció 16 órdenes judiciales de búsqueda e incautación.

Los fiscales dicen que los oficiales sabían que los manifestantes pretendían atacar edificios en la capital y difundir información falsa sobre la legitimidad del sistema electrónico de votación del país.

“Hubo (una) alineación de ideología -y propósitos- entre los oficiales y aquellos que pedían una intervención de las fuerzas armadas”, se lee en el informe del procurador general de Brasil.

Lula superó a Bolsonaro en los comicios de octubre por un margen mínimo. Incluso antes de que asumiera el cargo el 1 de enero, simpatizantes de Bolsonaro ya habían acampado alrededor de la sede del ejército en Brasilia, en protesta por la victoria de Lula y para pedir la intervención de las fuerzas armadas.

El 8 de enero, los alborotadores superaron las barricadas de seguridad y asaltaron el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el palacio presidencial, a pesar de los exhortos de la Agencia Brasileña de Inteligencia para reforzar la seguridad en los tres edificios.

Docenas de personas han sido arrestadas con relación a los disturbios, al igual que algunos exfuncionarios gubernamentales, incluido Anderson Torres, exministro de Justicia de Bolsonaro y secretario de Seguridad Pública en ese momento.

Cinco de los oficiales arrestados el viernes habían testificado este año durante sesiones de una comisión especial que investiga los disturbios del 8 de enero.

Los arrestos se llevaron a cabo en un momento en que Bolsonaro enfrenta varias investigaciones y acusaciones penales, entre ellas que recibió efectivo por la venta de dos relojes de lujo que Arabia Saudí le dio como regalos mientras estaba en la presidencia.

En junio, un panel de jueces concluyó que Bolsonaro abusó de su poder al propagar dudas infundadas sobre el sistema electrónico de votación, y le prohibió volver a aspirar a un cargo público hasta 2030.

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