Bolsonaro consolida el giro a la derecha de la región
Tal como ocurrió con la izquierda en los 2000, ahora es la derecha, con matices, la que domina Sudamérica.
En diciembre de 1998, Hugo Chávez -un exteniente coronel que seis años antes había liderado un fallido golpe en Venezuela- ganó las elecciones con el 56% de los votos, para muchos, toda una sorpresa. Aunque el carácter socialista de la Revolución Bolivariana no fue inmediato, esos comicios inauguraron un ciclo de gobiernos de izquierda en la región, que se extendió por 15 años. Ahora, sin embargo, el panorama es diametralmente opuesto: de los 10 países sudamericanos, seis tienen gobiernos de derecha, aunque con matices.
A mediados de los años 2000, la izquierda y sus vertientes dominaban el continente: en Venezuela con Chávez y sus aliados Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador); en Brasil con Lula (hoy en la cárcel); en Argentina con los Kirchner; en Uruguay con Tabaré Vazquez y "Pepe" Mujica y en Chile con Michelle Bachelet.
Con el viento a favor del superciclo de las materias primas, la última década registró importantes avances sociales, aunque gigantescos casos de corrupción, el deseo infrenable de reelecciones presidenciales y el deterioro económico le pasaron la cuenta a la izquierda regional, cuyo derrumbe puede explicarse a partir de dos hitos: la muerte de Chávez en marzo de 2013 y la destitución de Dilma Rousseff en agosto de 2016.
Precisamente, Venezuela y Brasil ilustran las caras contrapuestas, en términos ideológicos, de lo que ocurre en Sudamérica. Mientras Nicolás Maduro ha llevado a una crisis de proporciones a su país, con el éxodo de más de 2,3 millones de venezolanos y una hiperinflación de 1.000.000% para fin de año, los brasileños eligieron a una figura con un pasado en el Ejército y un discurso populista -como Chávez- que por ahora se sitúa en la ultraderecha.
Aunque el discurso de Jair Bolsonaro no comulga necesariamente con otros gobierno de derecha o centroderecha en la región, la visión económica iría en la misma línea. De hecho, el pasado 9 de octubre, dos días después de la primera vuelta en Brasil, el Presidente Sebastián Piñera dijo que comparte "en gran medida" los planes económicos del futuro gobernante brasileño, aunque luego matizó al señalar que "la verdad es que conocemos poco a Bolsonaro".
De todos modos, Jair Bolsonaro (que obtuvo el 55% de los votos) se ha sumado ahora, con los matices correspondientes, a la ola de triunfos que ha tenido la derecha en la región. Ese giro comenzó con la victoria electoral de Mauricio Macri en Argentina en 2015 (51,3% de los votos), continuó al año siguiente con la designación de Michel Temer en Brasil y el triunfo de Pedro Pablo Kuczynski en Perú -cuyo sucesor, Martín Vizcarra, se declara de centro-, con el regreso de Piñera a La Moneda (54,5% de los votos) y los triunfos de este año de Mario Abdo Benítez en Paraguay (46%) e Iván Duque en Colombia (54%).
Por eso, Bolsonaro ya habla de crear un nuevo "bloque liberal", con Chile, Argentina y Paraguay. Eso sí, no está claro cómo, ya que el futuro Presidente no ve con buenos ojos instancias como el Mercosur. A su vez, con la Unasur en el suelo, la Alianza del Pacífico se ha consolidado, aunque está por verse el sello que a partir de diciembre imprimirá el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que logró uno de los pocos triunfos recientes de la izquierda latinoamericana.
Si en su momento esta corriente tuvo varias versiones (la chavista, la petista, la kirchnerista), ahora con la derecha ocurre algo similar. Así, mientras Duque es un uribista situado en la derecha pura y dura, Macri, Piñera y Vizcarra se ubican en la centroderecha.
"Eterno retorno"
Los analistas coinciden en que la irrupción de la derecha se explica, en parte, por la debacle de la izquierda. Así, por ejemplo, tras la salida de Correa en Ecuador asumió Lenín Moreno, que se ha mostrado muy crítico de Maduro, quien, a su vez, apenas cuenta con un aliado en la región: Evo.
Eso sí, varios de los exgobernantes de izquierda ya piensan en su regreso, como Cristina Kirchner o el paraguayo Fernando Lugo. Y el propio Evo, que va por su tercera reelección en 2019
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.