Bolsonaro Presidente: mercados en pausa a la espera de las reformas

"Compra el rumor, vende el hecho". La vieja lógica de los mercados volvió a operar hoy en el Bovespa (el principal indicador de la bolsa brasileña), que en las últimas semanas destacaba con alzas en medio de los tableros rojos de Wall Street y América Latina, pero que  hoy registró un retroceso de 2,2%, tras confirmarse que Jair Bolsonaro será el próximo mandatario de Brasil.

Parte del rally bursátil, impulsado por su claro liderazgo en la segunda parte de la carrera presidencial, obedeció a la expectativa de una agenda económica proclive a las reformas. Los inversionistas le daban el beneficio de la duda frente a su contrincante del Partido de los Trabajadores, pero ya definido el futuro de Brasil ese tipo de consideraciones forman parte del pasado.

"El mercado ahora quiere ver hechos, para conocer sus verdaderos planes de reforma", sostiene a La Tercera desde Sao Paulo, Werner Assis, trader de Cargill Agrícola. Su opinión fue respalda por su colega y coterráneo de Lanx Capital Investimentos, Eduardo Thiele, quien precisa que "sólo se verá un rally más sostenible, después de una estabilización en los mercados internacionales y de que Bolsonaro proporcione detalles de la reforma y de cómo la aprobaría en el Congreso".

Aunque hoy Paulo Guedes, el probable ministro de Hacienda, confirmó que el gobierno que asume el 1 de enero trabajará en una transformación del sistema previsional, en una apertura económica más allá del Mercosur y en fortalecer la independencia del Banco Central, no se ha develado cómo lo llevará a cabo. "El presidente electo no ha establecido una agenda económica detallada y su campaña ha ofrecido ciertos puntos de vista mixtos sobre la privatización y la reforma fiscal", destaca Moody's en un informe a sus clientes.

En este escenario, Bank of America espera un cambio en el ánimo del mercado y destaca que Bolsonaro se jugará su aprobación en los mercados con la reforma a las pensiones. En este ámbito la institución de EE.UU. destaca que hay dos alternativas posibles: "Adoptar el proyecto de ley ya en discusión en el Congreso, que sería más fácil y rápido de aprobar", o "impulsar una propuesta de reforma más ambiciosa con un mayor impacto positivo en las cuentas fiscales, pero que potencialmente enfrentaría más dificultades para aprobarla en el Congreso". La consideración de un modelo de capitalización individual como el chileno se enmarcaría en la segunda alternativa.