Boris Johnson ingresa a cuidados intensivos y delega sus funciones
El premier británico fue diagnosticado con Covid-19 el 26 de marzo y su condición empeoró. El secretario de Exteriores, Dominic Raab, lo reemplazará en todo lo que sea necesario.
“Hola amigos. Quiero decirles algo que ha ocurrido hoy. He desarrollado síntomas leves del coronavirus”, señaló el primer ministro británico, Boris Johnson, con una voz algo tenue el viernes 27 de marzo. Su anuncio tomó por sorpresa a los británicos, pero no causó gran preocupación: él mismo había grabado el video con su teléfono celular en la mano derecha, su aspecto no era de alguien enfermo e incluso vestía como si fuera a trabajar.
Sin embargo, 10 días después, la situación del premier de 55 años cambió completamente. Así, el domingo fue llevado al hospital San Thomas, porque los síntomas habían empeorado y ayer a las 19.00 fue internado en cuidados intensivos. Según los medios británicos, “Bojo” tenía problemas para respirar, por lo que requería que le suministraran oxígeno. “Durante la tarde, la salud del primer ministro se deterioró y, por consejo de su equipo médico, fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos del hospital”, afirmó un portavoz de Downing Street.
Johnson “ha pedido al ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, quien es primer secretario de Estado, que lo reemplace en lo que sea necesario”, añadió.
El líder conservador había estado tuiteando que tenía “buen ánimo”, que permanecía consciente, pero que podría necesitar un respirador. La semana pasada, incluso, había insistido en que se sentía mejor, aunque personas cercanas dijeron al diario The Telegraph que la enfermedad “realmente lo había golpeado”.
Desde que fue diagnosticado el jueves 26 de marzo con Covid-19, Johnson permaneció en confinamiento en el segundo piso del 11 de Downing Street. El personal mantenía distancia con él, le dejaban la comida en la puerta, al igual que los documentos del gobierno. Eso sí, seguía liderando la reunión Cobra diaria de las 09.15 mediante teleconferencia. Quienes lo vieron en esas conferencias señalan que Johnson tenía tos y no lucía del todo bien.
Para muchos observadores, fue el video que subió el viernes pasado el que llamó la atención, ya que se veía que no estaba en buenas condiciones. Estaba sentado en la misma silla de cuero en el estudio que corresponde al ministro de Hacienda, que era la que estaba ocupando durante el confinamiento, pero ahora ya no usaba ni chaqueta ni corbata y su camisa estaba desabrochada. Su voz era más ronca y su piel tenia manchas. “Aunque me siento mejor y he hecho los siete días de aislamiento, aún tengo uno de los síntomas, uno menor: tengo temperatura”, señaló.
En la esfera política británica corría el rumor de que el primer ministro no estaba descansando. The Sun indicó que sus amigos comentaban que necesitaba un descanso. “Boris ha estado trabajando 15 horas diarias desde comenzó la crisis. Eso no se ha detenido desde que dio positivo”, señalaban sus cercanos.
El diario The Telegraph citó a la biógrafa de Johnson, Sonia Purnell, quien señaló que al primer ministro no le gusta sentirse enfermo y no cree en las enfermedades. Entonces piensa que “Bojo” debe estar enojado o frustrado.
En medio de este contexto, Raab comenzó a llenar el vacío de poder. De esta manera, presidió la reunión diaria sobre la crisis y condujo una conferencia de prensa en que debió responder a numerosos preguntas sobre la capacidad del primer ministro para seguir trabajando. “Sigue al mando, pero continuará escuchando el consejo de los médicos sobre qué hacer”, dijo. De paso reconoció que no había hablado con él desde el sábado.
Como si esto fuera poco para el primer ministro, su novia Carrie Symonds -que está embarazada- reveló el sábado que tenía coronavirus. Eso sí, la mujer de 32 años se había ido a su casa del sur de Londres y no estaba en cuarentena con Johnson.
El premier había sido criticado por su enfoque respecto del Covid-19 y hace menos de un mes cambió su estrategia debido a que la inmunidad de grupo, que era la que estaban llevando adelante, podría colapsar el sistema de salud. Reino Unido superó los 5.000 fallecidos, con 439 nuevas víctimas mortales en 24 horas. Y aunque el número de muertes diarias retrocedió por segundo día consecutivo -tras 621 el domingo y 708 el sábado- la mortalidad batió récord tras récord la semana pasada.
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