La ruta de Boris Johnson para extender su período y concretar el Brexit
El premier llegó al poder prometiendo concretar el Brexit, un objetivo que ha tenido un recorrido duro.
Cambió neumáticos de fórmula 1, esquiló ovejas y cató whisky en Escocia. Boris Johnson hizo todo lo que se le cruzó por delante durante la campaña para conquistar al electorado. Y lo logró, porque el Partido Conservador conseguía la mayoría con 368 escaños, según un sondeo a boca de urna tras las elecciones en Reino Unido.
Cuando llegó al número 10 de Downing Street, el 24 de julio pasado, luego de la renuncia de Theresa May, Johnson prometió que su país se iba a ir de la Unión Europea el 31 de octubre "con o sin acuerdo", provocando gran rechazo entre los partidarios de quedarse en el bloque. Su primer golpe lo dio, prácticamente un mes después, el 28 de agosto, cuando anunció que le había pedido a la reina Isabel II que suspenda el Parlamento a partir del 10 de septiembre, en una estrategia para que la Cámara de los Comunes tuviera menos tiempo para bloquear un Brexit sin acuerdo.
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Boris Johnson durante la tensa sesión legislativa de ayer. Foto: Reuters[/caption]
El anuncio gatilló una serie de protestas y los diputados opositores se declararon determinados a intentar aprobar una legislación urgente contra un Brexit sin acuerdo en las semanas previas y posteriores a la suspensión o a lanzar una moción de censura contra Johnson.
Por entonces, el líder tory sufrió la deserción de algunos miembros de la colectividad.
La suspensión del Parlamento se concretó, pero tuvo sus consecuencias. El 24 de septiembre cuando la Corte Suprema dictaminó que la suspensión del Parlamento fue "ilegal".
La decisión de "suspender el parlamento fue ilegal porque tuvo el efecto de frustrar o impedir la capacidad del Parlamento para llevar a cabo sus funciones constitucionales sin una justificación razonable", afirmó la presidenta de la Corte Suprema, pidiendo que el Parlamento fuera convocado "cuanto antes".
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Foto: AFP[/caption]
Pero Johnson no se daba por vencido. De hecho, ese no fue el único golpe que recibió en septiembre, ya que a principios de mes la Cámara de los Comunes había votado en contra de su propuesta de realizar elecciones adelantadas y también aprobaron una ley que bloquea un Brexit sin acuerdo. La legislación obligaba al primer ministro a buscar una extensión del plazo del Brexit, planificado para el 31 de octubre, en caso de que no se aprobara el acuerdo con la Unión Europea.
Así, Johnson se concentró en lograr un nuevo acuerdo de retirada con la Unión Europea y lo consiguió el 17 de octubre. Sin embargo fue rechazado por la Cámara de los Comunes. El premier se vio obligado a regañadientes a pedir una extensión a Bruselas, que le fue concedida para el 31 de enero de 2020.
Ahora Johnson se jugaría su otra carta: las elecciones. El líder laborista, Jeremy Corbyn, había dicho que respaldaría la realización de comicios adelantados si se descartaba el Brexit sin acuerdo. Como ya se había aplazado el Brexit no le quedó otra que dar su apoyo y el 29 de octubre el Parlamento aprueba la realización de elecciones el 12 de diciembre.
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Boris Johnson deposita su voto en Westminster en la jornada electoral. FOTO: EFE[/caption]
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