Este lunes, el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, se refirió a la acusación realizada ayer por la administración chavista, en la que vincula a Chile con el supuesto atentado contra el Presidente Nicolás Maduro ocurrido el pasado 4 de agosto en Caracas. Esto luego de que el embajador de ese país, Arévalo Méndez, se reuniera con el secretario general de política exterior de cancillería, Patricio Torres.

Esto, luego que durante la jornada de ayer el vicepresidente de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, señalara que las embajadas de Colombia, Chile y México en Caracas deben "aclarar sobre la posible participación en apoyo a terroristas" en el supuesto ataque contra Maduro.

Al respecto, el canciller sostuvo que en la reunión entre Torres y Arévalo Méndez se le entregó una nota de protesta y le transmitió a este último lo "inaceptable" de los dichos de Rodríguez. "Atribuir una acción de este tipo al gobierno de Chile es inaceptable". "Esas declaraciones son calumniosas, livianas, irresponsables", añadió.

Las palabras del titular de Exteriores se suman a las emitidas ayer por el Gobierno, pues a través de un comunicado consideraron las palabras de Rodríguez "de la más alta gravedad".

La autoridad venezolana, informó ayer de la captura de otros tres sospechosos -hasta ahora van 28- y entre ellos se encuentra Henryberth Rivas. El vicepresidente de Comunicaciones presentó en la oportunidad un video en el que Rivas asegura que personal diplomático chileno estaría relacionado con el hecho.

Según Rivas -alias Morfeo- un día después del supuesto atentado tuvo contacto con una persona a la que no identifica, pero que se encontraba en "España" y quien le pidió que se trasladara a la embajada de Chile en Caracas. "Llegué a la embajada de Chile y estaba cerrado, no había nadie", sostuvo el detenido.

Tras ello, según su relato, le ordenaron ir hasta la casa de una persona de la embajada chilena que lo ayudaría, pero no consiguió nada: "Resulta ser que en la puerta de su casa sale un seguridad chileno y me dice que él está enfermo, que él no está en el país". Posteriormente, lo enviaron a la sede de la Iglesia episcopal.

En ese sentido, insistió que las declaraciones de Venezuela "son de una irresponsabilidad extrema" y que eso podría suponer un riesgo para aquellos "representantes chilenos y huéspedes" de la embajada chilena en Caracas.

Con respecto a la espera del fallo de La Haya, expresó: "Hemos estado informando a la población sobre lo que está ocurriendo y que estamos esperando la lectura del fallo. A contar de mañana, el Presidente tendrá reuniones con altas autoridades del país, políticos de todos los partidos, representantes del Senado y de la Cámara, y de todos los sectores. Es una política de Estado".

"Es el momento en que el Presidente va a conducir de forma muy clara cuáles son los próximos pasos a seguir, demostrando la unidad de todos los chilenos", añadió.

Respecto del caso que involucra a dos jóvenes en Malasia, manifestó que "nosotros como Cancillería no comentamos esta etapa del proceso ni los procedimientos que han tenido lugar. La Cancillería continuará entregando su asistencia consular a estos dos jóvenes, y estará coordinando con ambas familias. La Cancillería no dejará sólo a estos jóvenes".