Carlos III cumple su primer año como rey sin reformas, aunque con la aprobación de los británicos
El monarca ha tenido más compromisos que su madre en el mismo período de reinado y se ha dedicado a tender puentes dentro y fuera de Reino Unido.
El rey Carlos III cumple este viernes su primer año en el trono tras el fallecimiento de la reina Isabel II, a los 96 años, el 8 de septiembre de 2022. Tras siete décadas de espera para ocupar este puesto, su reinado ha estado marcado por la continuidad y la falta de cambios radicales, pese a las expectativas existentes, aunque con una mayoritaria aprobación de los británicos.
Si bien Carlos III ha dejado en claro que quiere racionalizar la monarquía, reducir costos y reformar un sistema de patrocinio considerado inflado y anacrónico, no ha habido una reforma obvia del Palacio de Buckingham. Esto ha alimentado la percepción de que su papel es de cuidador antes de que su hijo mayor y heredero, el príncipe Guillermo, asuma el trono.
El rey, en cambio, se ha centrado en tender puentes dentro y fuera del país. Después de viajar a cada una de las cuatro naciones que componen Reino Unido, el rey visitó comunidades religiosas en todo el archipiélago, saludó al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en Londres y ha realizado decenas de visitas oficiales.
“Creo que la mayoría de las reformas más importantes para la monarquía ya se han implementado en los últimos 10 a 20 años. Solía haber muchos departamentos de ‘gracia y favor’ para la realeza que no trabajaba, y ya no existen; y existe una idea mucho más estricta de quién es un miembro trabajador de la familia real y quién no”, dijo a La Tercera Jonathan Spangler, profesor de historia en la Universidad Metropolitana de Manchester.
“Lo que mucha gente esperaba era un enfoque más radical del papel del monarca como jefe de la Iglesia de Inglaterra, ya que Carlos indicó que quería ser más representativo de todas las religiones. Y eso realmente no sucedió, a juzgar por la ceremonia de coronación y los juramentos que hizo ese día. Pero este año se ha propuesto visitar muchos sitios que son sagrados para hindúes o musulmanes”, agregó.
A juicio de Spangler, “el problema con la idea de ‘cambios en la monarquía’ es que el objetivo de la monarquía en el mundo actual es que para las personas que más la aman y la apoyan, su interés es conectarse con la historia y la tradición, por lo que no quieren que cambie. La mística real sigue siendo importante para ellos”.
Es más, un estudio reciente de las ediciones de la Circular de la Corte, el registro oficial de las actividades diarias de la familia real, divulgado por el diario The Telegraph, reveló que Carlos III ha trabajado más días en su primer año como monarca que su madre después de su ascenso al trono en 1952. En sus primeros 12 meses como rey, el monarca ha acumulado un total de 161 días durante los cuales asumió compromisos oficiales, cuatro más si se compara con el total de Isabel II durante su primer año en el trono.
“Creo que ha habido una transición exitosa hacia el reinado de Carlos III y que ha transcurrido mejor de lo que la gente predijo. En general, ha sido aceptado como el nuevo rey y se ha presentado como más accesible y más de lo que se predijo. Además, ha recibido a varios dignatarios, incluido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y realizó un viaje muy exitoso a Alemania, demostrando ser un embajador muy fuerte para Reino Unido. Así que en general mi evaluación es que su primer año ha sido un éxito”, dijo a La Tercera Pauline Maclaran, académica de la Universidad Royal Holloway.
Y los británicos parecen estar de acuerdo con esta evaluación. Según una encuesta de YouGov, la mayoría de ellos cree que el rey está haciendo un buen trabajo (59%), frente a sólo el 17% que dice que lo está haciendo mal. La encuestadora indicó que estos resultados están en gran medida en línea con las tendencias recientes: el número de personas que consideran que Carlos está haciendo un buen trabajo se disparó hasta el 63% tras la muerte de la reina Isabel II, y todas las encuestas posteriores arrojaron cifras en el rango del 58%-60%.
Con relación a las posibles reformas en la monarquía, Maclaran indicó que no cree que sea posible “anticipar ningún cambio importante y repentino”. “Carlos está tratando de hacer que la transición de su madre sea lo más fluida posible sin causar inseguridades sobre el futuro de la realeza. Por este motivo no hará nada demasiado rápido, aunque es sabido que desea hacer algunos cambios. Sin embargo, es probable que esté en una posición más segura para Guillermo”, indicó.
“Me parece que los cambios necesarios en la monarquía ganarán más apoyo entre los jóvenes y los grupos minoritarios de Reino Unido. Esto tendrá que hacerse con la ayuda de Guillermo y Kate, quienes están asumiendo roles de apoyo más fuertes y que tienen el carisma para fomentar actitudes más positivas hacia la monarquía”, añadió Maclaran.
El reinado de Carlos III
Al día siguiente de asumir el trono, el nuevo rey telegrafió gran parte de lo sucedido desde entonces en un discurso que rindió homenaje a la forma en que su madre honró la historia de una monarquía de 1.000 años mientras abrazaba los cambios que transformaron a Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial.
“En su vida de servicio, vimos ese amor permanente por la tradición, junto con ese abrazo intrépido al progreso, que nos hace grandes como nación”, dijo Carlos mientras se comprometía a servir a todo su pueblo, sin importar dónde vivan o qué fe profesen.
Carlos fue coronado oficialmente junto a su esposa Camilla el 6 de mayo en la Abadía de Westminster de Londres, frente a la realeza y líderes mundiales.
La fastuosa ceremonia observó rituales centenarios, pero fue más corta y menos elaborada que la de su madre en 1953 y pretendía ser más representativa de la Gran Bretaña moderna.
“Se requiere mucha energía para planificar y llevar a cabo la ceremonia de coronación. Tanto el funeral como la coronación se realizaron a la perfección y realmente atrajeron a un amplio espectro del público británico, así como del extranjero. Desde mayo, el rey y la reina han mantenido un perfil bastante bajo, y creo que esto fue a propósito, para dejar que el recuerdo de estos eventos se desvanezca lentamente (así como su costo) y para que los temas más difíciles en los medios de comunicación sobre el príncipe Harry y el príncipe Andrés simplemente se desvanezcan si es posible. En general, diría que ha sido un año exitoso”, comentó Spangler.
Conocido por decir lo que piensa durante sus décadas como heredero al trono, Carlos también reconoció que tendría que bajar el tono de su apoyo a causas como la conservación y la protección del medio ambiente.
Pero inmediatamente entregó ese manto al príncipe Guillermo, animándolo a “liderar nuestra conversación nacional” y ayudar a “llevar a los marginales al centro, donde se puede brindar ayuda vital”.
“Sin duda Carlos está allanando el camino para Guillermo, pero tampoco hay duda de que también está poniendo su propio sello en las cosas. Al hacer que se le vea más como un hombre del pueblo y sus preocupaciones sobre el ambiente. Su reinado aún está en sus inicios, por lo que debemos esperar y ver un poco más cómo hará las cosas de manera diferente”, indicó Maclaran.
“Carlos III querrá dejar su propia huella y no limitarse a mantener la línea hasta que Guillermo asuma el poder. El año pasado ya demostró que sus intereses son un poco más modernos y más globales que los de su madre: las dos recepciones más importantes que ha organizado hasta ahora fueron sobre el cambio climático y Ucrania. Ninguna de esas cosas es específica de la Commonwealth ni estaba realmente en la agenda de su madre. Pero definitivamente incorporará a Guillermo y Kate a la gestión diaria de los asuntos reales, ya que son muy populares entre los jóvenes, y eso es lo que garantizará que la monarquía sobreviva o no en la segunda mitad de este siglo”, sostuvo Spangler.
Carlos III ascendió además al poder con una reina consorte, en fondo y título. La imagen de la reina Camilla está ahora mucho más consolidada, después de que Isabel II le diese el aval público que durante años le negó, aunque su popularidad sigue por debajo de la media de la familia real, en el 47%.
Por otro lado, el fallecimiento de Isabel II abrió una ligera grieta para el republicanismo que sólo ha terminado por ampliarse en algunos países de la Commonwealth, la última gran herencia británica de la etapa colonial. Ante esto, los informes indican que se está preparando una importante gira por el extranjero para mejorar las relaciones con la Commonwealth.
“Parece probable que su reinado termine con menos reinos de los que comenzó”, dijo a The Associated Press, Joe Little, editor en jefe de Majesty Magazine. “Pero, ya sabes, ese también fue el caso de la reina Isabel II. Creo que es simplemente una progresión natural. Pero en última instancia, depende de los pueblos de los países que lo tienen como soberano”, señaló.
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