China inicia ejercicios militares en cercanías de Taiwán como “fuerte castigo a actos separatistas”
Medios estatales chinos informaron que el Comando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación del gigante asiático inició en la mañana de este jueves (hora local) ensayos bélicos en los alrededores del Estrecho de Taiwán. El nuevo presidente taiwanés, Lai Ching-te, pidió a Beijing detener su “intimidación”.
China inició este jueves (hora local) ejercicios militares en los alrededores de Taiwán, según los medios estatales chinos, en señal de represalia por los “actos separatistas” del nuevo gobierno de la isla.
La agencia de noticias estatal Xinhua dijo que el Comando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación inició los ejercicios a las 7:45 am del jueves (23:45 GMT del miércoles) en el Estrecho de Taiwán, el norte, sur y este de Taiwán, así como en áreas alrededor de las islas de Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyin.
El portavoz militar del ejército chino, Li Xi, aseguró que estas maniobras son “un fuerte castigo por los actos separatistas de las fuerzas de la ‘independencia de Taiwán’ y un serio aviso contra la interferencia y la provocación de fuerzas externas”, señaló la agencia china de noticias.
El vocero aseguró, además, que los ejercicios “se concentrarán en la preparación para el combate de las patrullas conjuntas mar-aire, la toma conjunta del control integral del campo de batalla y los ataques conjuntos de precisión contra objetivos clave”.
Agregó que las operaciones “implicarán el patrullaje de barcos y aviones acercándose a zonas alrededor de la isla de Taiwán y ejercicios integrados dentro y fuera de la cadena de islas para poner a prueba las capacidades conjuntas de combate real de las fuerzas de mando”.
Las maniobras, bautizadas con el nombre Joint Sword-2024A, se producen tras la investidura el lunes de Lai Ching-te como nuevo presidente de esa isla.
China, que reclama Taiwán como parte de su territorio, describió a Lai como un “separatista peligroso” que llevará “guerra y declive” a este territorio.
El lunes, Lai Ching-te tomó posesión del mando y las autoridades chinas consideraron su discurso como una “confesión de la independencia de Taiwán”, por lo que amenazaron con “represalias” a la isla considerada por Beijing como una provincia rebelde.
El nuevo gobernante taiwanés instó a China a poner fin a la “intimidación” política y militar contra Taiwán y a “mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y en la región”.
Aseguró también que había “llegado una gloriosa época para la democracia de Taiwán” y agradeció a los ciudadanos por “rechazar la influencia de fuerzas externas” y “por defender firmemente la democracia”.
Tras esas declaraciones, la Oficina China de Asuntos Taiwaneses afirmó que “China tomará represalias para castigar por colusión con fuerzas exteriores en sus provocaciones a favor de la ‘independencia’”.
El gobierno chino ya había criticado el mensaje del jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, al presidente Lai Ching-te. El funcionario elogió al pueblo taiwanés por “demostrar la fortaleza de su sistema democrático robusto y resiliente”.
China reclama la isla como propia y no ha descartado el uso de la fuerza para lograr sus objetivos.
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