China refuerza su rol mediador en Medio Oriente tras lograr que Fatah y Hamas formen un gobierno provisional de unidad nacional
Los medios de comunicación chinos elogiaron la “declaración de Beijing” como un gran avance y una señal del papel emergente del país como mediador de la paz en conflictos lejanos.
Los líderes de las facciones palestinas, incluidas Fatah y Hamas, firmaron el martes una declaración conjunta en Beijing destinada a poner fin a las divisiones entre ellos, un acuerdo que refuerza el rol de China como mediador en Medio Oriente.
La declaración pide la formación de un gobierno de unidad palestino que supervise Cisjordania, Jerusalén y la Franja de Gaza y que eventualmente celebre elecciones, para lo cual los líderes de las facciones se reunirían y elaborarían una hoja de ruta. Los analistas dijeron al diario The Washington Post que el acuerdo resultaría difícil de implementar, con complicaciones como la profunda enemistad entre las facciones palestinas y la oposición occidental a que Hamas tenga algún papel en el gobierno. No se anunció ningún calendario para su implementación.
Un elemento clave del debate sobre cómo poner fin a los extenuantes nueve meses de combates en la Franja de Gaza es cómo se gobernará el enclave después, si mediante la ocupación israelí continuada o alguna forma de control palestino. El gobierno israelí ha rechazado cualquier propuesta que otorgue un papel de gobierno a Hamas o a la Autoridad Palestina controlada por Fatah.
Los medios de comunicación chinos elogiaron la “declaración de Beijing” como un gran avance y una señal del papel emergente del país como mediador de la paz en conflictos lejanos. En un discurso pronunciado tras el final de las conversaciones, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, calificó el acuerdo de “momento histórico para la causa de la liberación de Palestina” y destacó el “consenso en torno al establecimiento de un gobierno provisional de reconciliación nacional para gestionar Gaza después de la guerra”.
Wang reiteró el apoyo de China a un “alto el fuego integral, duradero y sostenible” y a la convocatoria de una gran “conferencia de paz internacional” para trabajar hacia una solución de dos Estados.
La iniciativa china llega en un momento de máxima tensión entre las dos facciones, en particular desde que el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, responsabilizó recientemente a Hamas de prolongar la guerra de Gaza. Los líderes de Hamas, a su vez, acusaron a Abbas de aliarse con Israel.
Inmediatamente después del anuncio chino, los participantes palestinos comenzaron a expresar dudas en comentarios de fondo a los medios de comunicación en lengua árabe. Un participante dijo al medio saudita Al-Sharq que la “tormentosa” reunión no produjo ningún avance, sólo una declaración que no mencionaba medidas específicas ni los puntos de marcado desacuerdo.
“Entre ambos movimientos surgieron diferencias fundamentales en cuanto al fin de la división, en materia de autoridad, ley, posesión de armas legítimas y métodos de lucha”, afirmó el participante.
Diana Buttu, abogada palestina de derechos humanos y exasesora de Abbas, dijo a The Washington Post que el escepticismo era merecido, pero que también había razones para esperar que las condiciones para un acercamiento estuvieran mejorando. La crisis desgarradora en Gaza y las recientes sentencias judiciales contra Israel en tribunales internacionales son razones para que todas las partes se unan, algo que se refleja en la declaración china.
En Israel, el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, desestimó el acuerdo, diciendo que el líder palestino Abbas apoya a “los asesinos y violadores” de Hamas, y predijo que no se concretaría. “El gobierno de Hamas será aplastado y Abbas estará observando Gaza desde lejos. La seguridad de Israel seguirá estando únicamente en manos de Israel”, dijo Katz .
El rol de China
En los últimos años, China se ha presentado activamente como un pacificador viable en algunos de los puntos conflictivos más intratables del mundo. “La política de China en Medio Oriente es obviamente diferente de la de Occidente”, dijo Tang Zhichao, analista de la Academia China de Ciencias Sociales. “Existe una necesidad urgente de revertir la falta de mediación de la comunidad internacional”, provocada en parte por la marginación geopolítica del mundo occidental de la cuestión palestina, comentó Tang al Post.
El año pasado, Beijiing medió una distensión entre Irán y Arabia Saudita, obligando a Washington a la incómoda posición de aplaudir un importante acuerdo en Medio Oriente logrado por su principal rival geopolítico.
“Medio Oriente no es territorio de ninguna gran potencia”, afirmó el Global Times, un tabloide estatal nacionalista, en un editorial publicado el lunes. Al adoptar un “modelo único de mediación diplomática”, Beijing ha fomentado una “ola de reconciliación” en la región, afirmó el medio chino.
China también ha intentado presentarse como intermediario en la guerra de Rusia en Ucrania, promoviendo una propuesta de 12 puntos para poner fin al conflicto.
Según la cadena NBC, la reunión también marcará un paso clave, aunque cauteloso, de China para asumir un papel más importante en la diplomacia en Medio Oriente. Beijing no participa directamente en los esfuerzos liderados por Estados Unidos entre Israel y Hamas para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza. Sin embargo, al ser anfitrión de las conversaciones sobre la unidad palestina, China puede presentarse como un actor alternativo en la región con menos riesgos diplomáticos.
“No hay nada que perder al organizar un evento así”, dijo Fariz Mehdawi, embajador de la Autoridad Palestina en China, en una entrevista con NBC News en Beijing. “La cuestión no es por qué”, afirmó. “La pregunta para China es: ¿por qué no?”, añadió.
Mehdawi, quien se ha desempeñado como embajador palestino en China desde 2016, dice que Beijing considera las conversaciones de unidad palestina como una base útil hacia su objetivo final: el prestigio de albergar una conferencia de paz internacional.
En ese sentido, en mayo, el líder chino Xi Jinping dijo en una reunión de diplomáticos de China y los Estados árabes que “la guerra no debe continuar indefinidamente”. Xi reiteró el apoyo de Beijing a una “conferencia de paz internacional de base amplia, autorizada y eficaz”, así como el llamado de China al establecimiento de un Estado palestino independiente.
También se espera que China busque un papel en la Gaza de posguerra para ayudar a reconstruir la infraestructura. Diplomáticos como Cao Xiaolin, embajador de China en Qatar, y el enviado Wang Kejian se reunieron en marzo con el líder político de Hamas, Ismail Haniyeh.
Hamas publicó un comunicado en el que afirmaba que los funcionarios chinos le dijeron a Haniyeh: “Hamas es parte del tejido nacional palestino y China está interesada en mantener relaciones con él”.
Es un equilibrio delicado para China, que también tiene relaciones diplomáticas y vínculos comerciales con Israel, aunque oficialmente Beijing nunca ha condenado los ataques del 7 de octubre. “China no se está ofreciendo como mediadora entre nadie y nadie”, dijo Mehdawi. China “no puede convocar una conferencia de paz cuando los propios palestinos no están arreglando sus hogares”, agregó.
Ser el posible garante de un acuerdo de unidad palestina sería una victoria para China, después de unirse a Omán e Irak para negociar un acuerdo el año pasado entre Arabia Saudita e Irán que restableció los lazos diplomáticos plenos entre los rivales. No hubo participación de Estados Unidos ni de Europa. “China quiere ser parte de cualquier gran encuentro diplomático que ponga fin a este conflicto, y le gustaría ser un papel destacado en ello”, dijo a NBC Jon Alterman, vicepresidente sénior y director del programa de Medio Oriente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Las relaciones de China con los palestinos se remontan a la década de 1960, cuando el gobierno del presidente del Partido Comunista Mao Zedong proporcionaba alimentos, armas, entrenamiento y apoyo a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
En 1988, China fue uno de los primeros países del mundo en reconocer un Estado palestino, y su oficina de representación en Beijing fue convertida a nivel de embajada en 1974. En la actualidad, los palestinos dependen de China principalmente para el apoyo diplomático en las Naciones Unidas, según los funcionarios.
Los vínculos con la OLP están desde hace tiempo entrelazados con la incursión de China en Medio Oriente, impulsada principalmente por intereses económicos que también han ampliado su influencia en política exterior. Gran parte de las importaciones de petróleo crudo de Beijing proceden de la región, y la inversión china ha financiado miles de millones de dólares en proyectos de infraestructura, incluidos puertos, autopistas y rascacielos.
Mehdawi, el embajador palestino, no cree que China esté compitiendo por reemplazar a Estados Unidos como potencia dominante en la región en materia diplomática. En cambio, considera que la participación de Beijing en las negociaciones de unidad cumple un papel que Washington no puede asumir dado su apoyo a Israel.
“La política exterior china no es tan ambiciosa”, afirmó. “Conocen sus limitaciones. Los fracasos de Estados Unidos están haciendo que parezca que China está haciendo más”, señaló Mehdawi, quien agregó: “Cuando dejas un espacio, alguien lo ocupará”.
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