Con las primarias en La Pampa, Argentina abrió su año electoral más incierto del último tiempo
A solo seis meses de las primarias presidenciales y a ocho de las generales, el calendario electoral avanza en medio de la incertidumbre política. Mientras el Presidente Alberto Fernández intenta sin apoyo ir a la reelección, en la oposición el panorama se encuentra abierto.
Peleas al interior del oficialismo, candidatos aún no definidos en los pactos y la fragmentación de la oposición en múltiples candidatos -incluido el polémico Javier Milei, por fuera de la derecha tradicional- son solo algunos de los elementos que marcan la accidentada carrera de este año por llegar a la Casa Rosada en Argentina. Se trata, según expertos consultados por La Tercera, de una elección con altos grados de incertidumbre “en ambos lados” del espectro político, en referencia a la coalición de gobierno, Frente de Todos, y la que aspira a volver al poder, Juntos por el Cambio.
Con el inicio este domingo en la provincia de La Pampa de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, más conocidas como PASO, donde se elegirán candidatos a gobernador, vicegobernador, diputados provinciales, el proceso para que los argentinos escojan a sus dirigentes da el puntapié inicial.
El sistema electoral
Para el 10 de diciembre de 2023 la administración vencedora en los comicios estará entrando a la Casa Rosada para iniciar sus cuatro años de gestión. Para aquel momento, ya se habrá desarrollado el programa electoral completo, el que partió este domingo y concluirá con la eventual segunda vuelta presidencial.
Pero no es solo el mandatario y su fórmula vicepresidencial lo que se decidirá este año. En las boletas también se incluirá la elección de jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, considerado como distrito federal, así como de los gobernadores de 21 de las 23 provincias que componen a Argentina, puesto que Santiago del Estero y Corrientes realizaron sus respectivos comicios en 2021.
Además, se renovará la mitad de la Cámara de Diputados, con 130 escaños a escoger, y un tercio del Senado, con 24 cupos que completar. Junto a ello, la papeleta contará con los nombres de los candidatos a legisladores provinciales, intendentes y concejales municipales, convirtiendo a esta elección en uno de los grandes eventos políticos del año.
¿Cómo se logrará dar con los candidatos? A través de las ya citadas PASO, instancia en la que las coaliciones definen a sus candidatos. Todos los partidos políticos deben escoger a sus representantes en internas abiertas realizadas el mismo día, donde votan todos los electores que lo harán luego en los comicios generales. El cronograma de las primarias para gobernadores, vicegobernadores y diputados provinciales recorre y avanza por todo el país, iniciando este domingo en La Pampa y culminando el 13 de agosto con la consulta nacional para las generales.
Sin embargo, dichas elecciones no tienen sentido sin la nominación de los partidos para el puesto mayor, el de Presidente de Argentina. Para aquello, las agrupaciones políticas inscritas tienen como fecha límite hasta el 15 de mayo para presentar sus candidaturas a las PASO nacionales, escenario que, de momento, ni en el oficialismo ni en la oposición se ve de manera clara.
Según Orlando D’Adamo, especialista en comunicación política y académico de la Universidad de Buenos Aires consultado por La Tercera, “en ambos lados (tanto en el oficialismo como en la oposición) hay incertidumbres, pero sus características son diferentes. En el oficialismo no ‘sobran’ los candidatos que quieran serlo, temiendo una eventual derrota, al menos en una segunda vuelta. A la oposición, en cambio, aunque con costos, desde ya como los hay en toda confrontación electoral, le termina resolviendo un problema, frente a la gran cantidad de interesados en ser candidatos”.
La opinión es compartida por María Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno en la Pontificia Universidad Católica Argentina. La politóloga transandina afirmó a este medio que “tanto en el gobierno como en la oposición, nada está definido. Los liderazgos más nítidos son los de los extremos en ambas coaliciones. La diferencia es que, en la oposición, hay disputas por liderar, es decir, se pueden identificar más posibles candidatos. En el oficialismo no existe ningún otro candidato que pueda desafiar el liderazgo de Cristina (Kirchner). Como es quien representa un extremo, la posibilidad de que sea candidata arruina la alternativa de mantener el poder, pero no existe nadie con su volumen político”.
El enredo oficialista
Si bien cabría esperar que la postulación a la reelección del actual Presidente de Argentina, Alberto Fernández, es una obviedad, la realidad es que no son muchos los que quieren ver al mandatario en la papeleta del Frente de Todos, especialmente por los bajos niveles de apoyo registrados en encuestas y el quiebre al interior del bloque. Sin embargo, Fernández parece empeñado en lograr su cometido, posibilidad que se abrió gracias a la ausencia de competidores reales por la presidencia. “Si le seguimos pegando tiros al piso del bote, nos vamos a hundir todos”, habría dicho el mandatario frente a un grupo de correligionarios el martes, consignó La Nación, ejemplificando la sensación en el círculo más cercano del mandatario.
Para Puente, “el Frente de Todos afronta el fracaso del gobierno, el agotamiento del ciclo histórico del kirchnerismo y la ausencia de un candidato presidencial electoralmente competitivo. Pero esa misma situación provoca una crisis en el antikirchnerismo”, explicó la politóloga a este medio.
El anuncio de Cristina Kirchner sobre su renuncia a todo cargo de postulación popular luego del fallo en su contra, en el llamado caso Vialidad, puso en duda el intento de que la exmandataria y ahora vicepresidenta intentara volver a la Casa Rosada. Peleados hace meses con su compañero de fórmula, la aún incierta candidatura de CFK es uno de los factores más volátiles en el oficialismo, lo que llama especialmente la atención considerando la histórica búsqueda de unidad en el bloque, aseguró D’Adamo.
“La idea del presidente de ser candidato a la reelección abre aún más sus diferencias con el núcleo cercano de Cristina Kirchner. Históricamente el peronismo, curiosamente impulsor original de las PASO, siempre ha evitado la confrontación interna para los cargos presidenciales u otros importantes, y la postulación del presidente abriría el frente de una confrontación interna paralelamente al ejercicio del gobierno, lo que aumentaría tensiones y daría temas de campaña a la oposición”, dijo el académico a este medio.
El único nombre que parece aunar relativamente al oficialismo es el del ministro de Economía, Sergio Massa. Su nombre, sin embargo, estaría inevitablemente atado al desempeño de su cartera en los meses previos a la elección, lo que significaría una tarea mayúscula.
“El oficialismo solo apuesta a que Sergio Massa, el superministro de Economía, logre estabilizar y hacer llegar la economía a las elecciones. Pero eso deshabilita la posibilidad de que sea candidato. No puede ser las dos cosas. Además, aunque el sector de la vicepresidenta sabe que tiene que apoyarlo porque su suerte va con la de él, no es un candidato que los represente. El presidente quiere ser reelecto, pero no lo quieren ni los más cercanos. Se entiende que mantiene la aspiración públicamente para no terminar de desdibujarse”, argumentó María Lourdes Puente.
La fraccionada oposición
En la vereda del frente, Juntos por el Cambio (JxC) sufre por un escenario completamente contrario: cuenta con un exceso de nombres dispuestos a llegar a la papeleta final. Pese a esto, su atomización se verá favorecida justamente por las PASO, donde “sobrarán los candidatos y candidatas” y “puede abrir heridas”, explicó Orlando D’Adamo. “Pero no deja de ser una instancia ordenadora. El voto de los ciudadanos definirá quién liderará ese espacio, independientemente de padrinazgos o apoyos personales. Parece más beneficiada la oposición que el oficialismo con las PASO”, comenta.
Entre los nombres, la primera candidata oficial apareció este miércoles cuando Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, anunció su postulación en la lista de JxC. “Yo soy candidata para garantizar la unidad, no pretendo ganar”, dijo en una entrevista con Radio Mitre, reconociendo una postulación testimonial que busca “que no haya un debate a muerte que termine perjudicando las posibilidades de Juntos por el Cambio”.
Junto a ella aparecen nombres como los del expresidente Mauricio Macri, la exministra de Seguridad Patricia Bullrich y el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, solo por citar a los que más suenan en sondeos electorales. “Horacio Rodríguez Larreta es quien mejor se perfilaba, pero su necesidad de equilibrar y hacer que todos queden adentro lo desdibuja, y su figura se está desgastando. Macri mantiene su liderazgo y nadie sabe si va a ser candidato. Y Patricia Bullrich aparece dándoles voz a quienes lo sienten a Horacio muy tibio”, explicó la politóloga María Lourdes Puente.
Pero como si de un animal listo para atacar se tratara, un cuarto nombre aparece ligado a la derecha, saltándose las nomenclaturas tradicionales. Javier Milei, el polémico economista libertario, será para numerosos analistas una pieza clave de las elecciones presidenciales. Su sólido tercer lugar en las mediciones -que no necesariamente quitara votos solo a la derecha, creen expertos- ganará valor en la muy probable segunda vuelta.
“Se prevé que, dada su capacidad coyuntural de atraer al voto bronca y a los jóvenes más desengañados, el apoyo que obtenga lo transforme en un árbitro de una pareciera ineludible segunda vuelta electoral”, dijo a La Tercera D’Adamo, restando posibilidades a una eventual victoria del libertario.
En una línea similar, Puente agregó que “Milei es importante, porque da voz a toda la población que considera que la política existe divorciada de la sociedad. Es un voto bronca y de fastidio. Por supuesto gravita, ya que está en un 20%, según las encuestas. De hecho, Patricia Bullrich pretende tomar ese electorado con un discurso más racional”.
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