El controvertido plan de la alcaldesa de Ámsterdam para cambiar la imagen del famoso Barrio Rojo

FOTO: REUTERS

Las propuestas de la ecologista Femke Halsema van desde bajar las cortinas de las 330 ventanas existentes hoy para que las prostitutas dejen de estar en exhibición pública hasta clausurar completamente el barrio. En el sindicato local que agrupa a las trabajadoras sexuales, el proyecto no ha sido bien recibido.


Uno de los barrios más populares de Ámsterdam, que cada día atrae a una importante cantidad de turistas, podría cambiar su aspecto y su objetivo. La primera mujer alcaldesa de la ciudad, la ecologista Femke Halsema, propuso ayer un proyecto que incluye cambios fundamentales en el famoso Barrio Rojo, la zona de callejones estrechos y calles laterales a un canal en donde trabajan cerca de 600 prostitutas que se exhiben en unas ventanas que hacen de vitrina, y donde se congregan cientos y cientos de turistas. Se trata de un nuevo plan para proteger al barrio y a las trabajadoras sexuales.

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FOTO: AP[/caption]

Las propuestas de la alcaldesa, quien señaló que Ámsterdam "debe atreverse a pensar en el Barrio Rojo sin prostitución", tienen el objetivo de atacar la trata de personas y reducir el masivo número de turistas en el sector que muchas veces generan acoso hacia las trabajadoras sexuales. "Estos objetivos no son negociables", señaló Halsema al periódico local Het Parool.

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Alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema. FOTO: REUTERS[/caption]

Así, las medidas que se someterán a una consulta en el verano boreal, van desde cerrar las cortinas de las  330 ventanas existentes hoy para que las trabajadoras sexuales dejen de estar en exhibición pública, cerrar algunos burdeles con ventanas y trasladarlos a otras zonas de la ciudad, abrir más ventanas para reducir la demanda pero eventualmente estableciendo torniquetes en ciertas calles "para proteger los espacios públicos de los transeúntes que no necesitan estar allí", hasta cerrar completamente el barrio.

"Se ríen de ellas y las insultan"

Halsema ha indicado que no busca la persecución de las trabajadores sexuales, oficio que se legalizó en Holanda en 2000, y sacarlas fuera de la ciudad, sino que su intención es mejorar las condiciones de su trabajo, ante las crecientes quejas en los últimos años sobre la actitud de los turistas que las fotografían -pese a que se indica en las ventanillas que está prohibido hacerlo- y les gritan. "Se ríen de ellas, a menudo las insultan y las fotografían contra su voluntad", dijo la alcaldesa, quien agregó que un segundo objetivo es que "la trata de personas, el fraude y el lavado de dinero deben reducirse, y en tercer lugar, quiero menos inconvenientes para los residentes y empresarios. Debe ser más tranquilo, más limpio y más habitable que ahora".

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FOTO: REUTERS[/caption]

Sin embargo, en el sindicato local que agrupa a las trabajadoras sexuales, Proud, el proyecto no ha sido bien recibido. "No empodera a la mujer en absoluto. Ellas deben tomar sus propias decisiones y hay que dejarlas operar por su cuenta. Todas saben cómo acceder a la policía o a las instancias locales adecuadas si pasa algo", señaló a El País Foxxi Angel, la portavoz del grupo sindical. Para ellas la mejor propuesta sería una mezcla de los planes anunciados, pero que respeten la independencia de las que ejercen de escort.

En agosto del año pasado, la alcaldía de Ámsterdam puso en marcha un plan para "aliviar" los problemas de higiene en el Barrio Rojo, limitando el número de turistas que pueden acceder a la zona con cierres temporales en las calles para permitir el acceso al personal de limpieza.

Las discusiones sobre el tema tendrán lugar la próxima semana en el teatro Compagnietheater, en el centro de la ciudad. Luego, en el verano, se les preguntará a los "interesados" sus opiniones con el objetivo de reducir estas opciones a dos para que sean consideradas por el consejo de la ciudad. De todas formas, Halsema no ha manifestado cuál de todas las opciones que se proponen es su favorita y ha señalado que "la discusión sobre la prostitución es ahora muy polarizada y moralista. La prostitución es un fenómeno histórico en el centro de la ciudad. Se necesita tiempo y dinero para hacer algo al respecto. Se necesita consenso para eso".

De todas formas, Halsema aclara que si se cerrara el Barrio Rojo, el consejo consideraría establecer en otras partes de la ciudad "hoteles de prostitución donde las trabajadoras sexuales arrienden una habitación y donde solo los visitantes vayan a hacer uso de sus servicios".

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