Cubanoamericanos se reúnen en Miami para apoyar protestas de este lunes en la isla
Los disidentes en Cuba preparan desde hace semanas una “Marcha Cívica por el Cambio” en defensa de los derechos humanos luego de las marchas a nivel nacional en julio, las más grandes en la isla desde la revolución de Fidel Castro, en 1959. Manifestantes vestidos de blanco se reunieron en un parque el domingo en el este de Miami gritando el eslogan “Patria y Vida” y “Viva Cuba Libre”. Al mismo tiempo, el domingo se llevaron a cabo pequeñas manifestaciones en apoyo de los opositores cubanos en otras ciudades del mundo, desde Canadá hasta España. Manifestación de este lunes coincide con la reapertura de las fronteras al turismo por parte de Cuba tras las restricciones vinculadas a la pandemia.
Cubanoamericanos en Miami celebraron mítines y dirigieron oraciones el domingo para apoyar a los disidentes en la isla caribeña, cuyas planeadas protestas se encontraban bajo presión de las autoridades y los partidarios del gobierno.
Los disidentes en Cuba han estado preparando durante varias semanas una “Marcha Cívica por el Cambio” en defensa de los derechos humanos luego de las protestas a nivel nacional en julio, las más grandes en la isla desde la revolución de Fidel Castro en 1959.
Agrupaciones de derechos humanos dicen que más de 1.000 personas fueron detenidas tras esas marchas y que cientos siguen en la cárcel.
El gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel prohibió la marcha prevista para este lunes en La Habana así como protestas en otras ciudades cubanas, alegando que forman parte de una campaña de desestabilización impulsada por Estados Unidos, que mantiene un embargo comercial sobre la isla.
Funcionarios estadounidenses han negado dichas acusaciones.
Manifestantes vestidos de blanco se reunieron en un parque el domingo en el este de Miami gritando el eslogan “Patria y Vida” y “Viva Cuba Libre”, al tiempo que una pequeña flotilla de embarcaciones con banderas cubanas se congregó en las cercanías.
Posteriormente se realizó una reunión de oración por los derechos civiles de los cubanos en el en el Santuario Nacional de la Ermita de la Caridad de Miami, que honra a la patrona de los católicos cubanos.
La manifestación en Miami tuvo lugar casi al mismo tiempo que se esperaba que Yunior García, dramaturgo y líder disidente, saliera de su casa en La Habana para marchar solo, con una rosa blanca en la mano, para subrayar la naturaleza no violenta de su movimiento.
Pero partidarios del gobierno rodearon su casa a primera hora de la tarde y cubrieron el edificio con banderas cubanas, obstruyendo la vista de la ventana de García desde la calle.
Un autobús bloqueó el acceso a la calle de García, y partidarios al grito de “Yo soy Fidel” -una referencia al fallecido líder cubano Fidel Castro- se reunieron alrededor de su casa, impidiéndole salir.
Los disidentes cubanos habían llamado a golpear cacerolas más tarde desde sus casas en una muestra de solidaridad con los críticos del gobierno, pero varios testigos de Reuters en La Habana, la mayor ciudad del país, no escucharon ninguna manifestación de ese tipo en sus barrios.
Residentes contactados por Reuters en las provincias orientales de Granma y Santiago de Cuba, así como en San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, donde comenzaron las protestas de julio, tampoco informaron de incidentes el domingo ni de cacerolazos en sus barrios. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, condenó el domingo las “tácticas de intimidación” del gobierno cubano y prometió que Estados Unidos aplicará medidas para “pedir cuentas” por la represión.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, respondió en Twitter poco después, diciendo a Estados Unidos que se mantuviera al margen de los asuntos cubanos.
“Antony Blinken debe aprender de una vez que el gobierno cubano sólo se debe a su pueblo y rechaza, en nombre de este, la intromisión de Estados Unidos”, dijo Rodríguez.
Un grupo de Facebook llamado Archipiélago, liderado por García, está al frente de las protestas planeadas para el lunes, que coinciden con la reapertura de las fronteras al turismo por parte de Cuba tras las restricciones vinculadas a la pandemia.
Archipiélago dice que tiene 31.500 miembros, más de la mitad de los cuales están dentro de Cuba. En septiembre, el grupo solicitó permiso oficial para la marcha, que fue rápidamente denegado.
Miami tiene la población cubanoamericana más grande de Estados Unidos, que creció en los años posteriores a la revolución de 1959.
Aproximadamente una cuarta parte de los miembros de Archipiélago viven en Estados Unidos, dice el grupo, incluidos 1.200 personas en Miami.
La ciudad fue centro de esfuerzos de conspiración anticastrista durante la Guerra Fría, y sus residentes cubanoamericanos como grupo aún se oponen al gobierno de La Habana, aunque algunos en la generación más joven han tratado de restablecer conexiones en los últimos años con la isla.
“Estamos aquí para dar un grito de libertad. Queremos decirle al pueblo que no está solo”, dijo el manifestante y periodista de Miami Serafín Morán, de 43 años. “Hoy enviamos un saludo, un mensaje al pueblo de Cuba: si tú estás en las calles, nosotros también “.
El domingo se llevaron a cabo pequeñas manifestaciones en apoyo de los disidentes cubanos en otras ciudades del mundo, desde Canadá hasta España.
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