Desde el himno hasta las monedas: los cambios tras la muerte de Isabel II

El rey Carlos III junto a la reina Camilla caminando fuera del Palacio de Buckingham tras la muerte de Isabel II. Foto: Reuters

Ahora será Carlos III el que aparezca lentamente en las nuevas monedas y billetes, quien será retratado mirando hacia la izquierda. La tradición dicta que, con cada cambio de monarca, este será retratado con el perfil contrario a su predecesor.


El proceso no será rápido, pero ocurrirá. Así como la frase “El Puente de Londres ha caído” iniciaba toda una operación en la eventualidad de la muerte de la Reina Isabel II, hecho que ocurrió este jueves, también hay un protocolo establecido para los cambios que los británicos y sus asociados verán en los próximos días, meses o incluso años. Las monedas, que hasta ahora muestran a la monarca mirando hacia la derecha, lentamente serán reemplazadas por la imagen de Carlos III.

Cambios como este comenzarán a implementarse tras el fallecimiento de Isabel II, los que abarcan desde el himno; la firma de Carlos; los títulos honorarios no solo de los miembros de la realeza, sino que incluso de sus abogados; hasta sellos y pasaportes, entre otros.

Acuñando las monedas

Cada monarca, por tradición real, es retratado en un objeto que todo el reino puede ver: la moneda. Y el perfil de Carlos III también quedará inmortalizado en ella. En una época en que internet no estaba ni en los sueños de los más futuristas británicos, esta impresión era, para muchos, la única forma de ver el rostro de la monarca durante toda su vida.

Durante el mandato de 70 años de Elizabeth Alexandra Mary, más conocida como Isabel II, cinco fueron las imágenes que sus súbditos vieron acuñadas en distintas monedas, detalla el Museo de la Real Casa de la Moneda.

La primera, diseñada por Mary Gillick, mostraba a una joven reina coronada por una aureola de laurel observando hacia la derecha. En 1971 y con el día de la decimalización, momento en el que se cambió el sistema monetario de Reino Unido, se diseñó una segunda moneda en la que su rostro se veía más maduro. Esta vez, la corona de laurel fue reemplazada por una tiara.

El tercer retrato llegó en 1985, donde todo rastro de juventud quedó atrás, reflejado en su imponente diadema real. Para 1998 se realizó el penúltimo diseño, en el que se muestra a la reina Isabel como mayor. Diecisiete años después, en 2015, se realizó el quinto y último modelo con un alto grado de simbolismo. La monarca, una mujer mayor, estaba perfilada con la corona Royal Diamond Diadem, la misma que posaron en su cabeza en 1953, cuando fue ungida como reina.

Imagen de agosto de 2015, cuando se creó la última moneda conmemorativa en honor a la reina Isabel II. Foto: AP

Ahora será Carlos III el que aparezca lentamente en las nuevas monedas y billetes, quien será retratado mirando hacia la izquierda. La tradición dicta que, con cada cambio de monarca, este será retratado con el perfil contrario a su predecesor. Todas tendrán el mismo valor económico durante un tiempo, hasta que las autoridades fijen que no servirá en el comercio. Canadá, Australia y Nueva Zelandia son algunos de los países donde la cara de la fallecida reina se podía ver, y que cada vez será menos común en los monederos.

Firmas, abogados y pronombres

Elizabeth R era la manera en que la reina Isabel II firmaba todos los documentos oficiales, donde la R significaba Regina, o reina en latín. Por su parte, hasta la mañana del jueves, Carlos firmaba simplemente con su nombre: Charles. Pero ahora, como monarca, una R acompañará su marca. No con el mismo significado, vale decir. La R de Carlos significará Rex, o rey en la lengua muerta.

Por otro lado, miles de documentos tendrán que modificar elementos tan simples como el pronombre con el que se imprimían. Desde pasaportes hasta la forma en que el consejo de abogados y procuradores que asiste al monarca deberán cambiar siglas, palabras o frases completas para respetar el cambio de género entre Isabel y su sucesor.

La bandera del estandarte real flameando en el Palacio de Buckingham, tras el fallecimiento de la reina Isabel II. Foto: Reuters

En el pasaporte, la diferencia se pierde en la traducción, pero dice: “El Secretario de Estado de Su Majestad Británica solicita y exige, en nombre de Su Majestad (Her Majesty), a todas las personas a las que concierne, que permitan al portador pasar libremente, sin permiso ni obstáculos, y que le presten la asistencia y la protección que sean necesarias”. El Her deberá cambiarse por His, en referencia al nuevo rey. Lo mismo ocurrirá con el Queen’s Counsel (QC), el Consejo de Su Majestad, que pasará a llamarse King’s Counsel (KC).

El himno y la bandera personal

La popular frase God save the Queen (Dios salve a la reina), pronto cambiará a God save the King (Dios salve al rey). Y lo mismo ocurrirá en el himno. “Dios salve a nuestra graciosa reina” era lo que millones de británicos cantaban al entonar la canción que los identificaba como miembros de Reino Unido, lo que prontamente cambiará hacia “nuestro gracioso rey”.

Por último, la E dorada con la corona real rodeada por un círculo de rosas sobre un fondo azul que se veía en las banderas personales de la reina deberán ser cambiadas. El logo flameaba en autos, barcos y aviones que Isabel II utilizaba, y fue adoptado en 1960. Según el diario The Independent, si bien el estandarte real representa a la soberana y a Reino Unido, la bandera propia de la monarca era un símbolo personal que no podía ser enarbolada por nadie más que por ella, por lo que se espera que Carlos III cuente con uno propio.

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