El asesinato de rehenes por parte del Ejército israelí plantea dudas sobre la estrategia de guerra

La muerte de tres rehenes israelíes en Gaza asesinados a tiros por el propio Ejército de Israel el viernes en un caso de identidad equivocada ha provocado una nueva ira entre las familias de los cautivos secuestrados por Hamas y renovadas interrogantes sobre la conducción de la guerra.

Esto se está traduciendo en una creciente presión política sobre el primer ministro Benjamín Netanyahu para que llegue a un acuerdo para recuperar a los rehenes, muchos de los cuales fueron capturados durante el mortal ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre y se cree que todavía están en manos del grupo designado como terrorista por Estados Unidos.

El gobierno israelí dice que sus objetivos de guerra son desarraigar a Hamas y liberar a los rehenes. Pero esos objetivos ahora parecen contradictorios. Las muertes del viernes subrayaron las dificultades de llevar a cabo una agresiva campaña aérea y terrestre en un espacio urbano densamente poblado y al mismo tiempo intentar salvar a los rehenes.

Los tres rehenes asesinados el viernes se habían quitado las camisas y llevaban un paño blanco colgado de un palo en un aparente esfuerzo por mostrar a los posibles rescatadores que estaban desarmados y que no representaban una amenaza, pero de todos modos les dispararon en lo que los oficiales militares israelíes describieron como una trágica violación. de reglas de enfrentamiento que prohíben disparar contra cualquiera que se rinda.

El sábado por la noche, miles de israelíes salieron por todo el país para pedir la liberación de los rehenes, y algunos comenzaron a pedir la dimisión de Netanyahu.

Hasta ahora, Netanyahu no ha mostrado signos de alejarse de la estrategia, a pesar de la presión de Estados Unidos sobre Israel para que realice incursiones más selectivas y menos destructivas.

“Lograremos todos nuestros objetivos: eliminar a Hamas, liberar a todos nuestros rehenes y garantizar que Gaza no vuelva a convertirse en un foco de terrorismo, incitación y ataques contra el Estado de Israel”, dijo Netanyahu el domingo.

Ha insistido en que la presión militar sobre Hamas es lo que empujará al grupo a la mesa de negociaciones, atribuyendo la campaña de guerra a la liberación de 110 rehenes durante un alto el fuego temporal el mes pasado.

Exrehenes israelíes ahora advierten que la campaña militar está poniendo en peligro las vidas de quienes permanecen dentro de Gaza.

Raz Ben Ami, que estuvo cautiva durante 54 días, dijo en un mitin en Tel Aviv que después de su liberación, les dijo a los miembros del gabinete de Israel que los rehenes podrían quedar atrapados en los combates.

“Desafortunadamente tenía razón”, dijo el sábado Ben Ami, cuyo marido sigue cautivo. “La acción militar por sí sola no salvará las vidas de los rehenes”.

Los israelíes apoyan ampliamente la guerra y el objetivo del gobierno de expulsar a Hamas de la Franja de Gaza. Pero las encuestas muestran que una abrumadora mayoría de israelíes ya no tiene fe en el primer ministro.

Guy Laron, profesor titular de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo que Netanyahu no cambiará su estrategia de guerra porque sus socios de coalición de derecha, religiosos y ultranacionalistas no permanecerán en su gobierno si llega a un acuerdo con Hamas que incluya la liberación de un gran número de prisioneros palestinos.

“Toda la conducción de la guerra está dictada por la política de preservar esta coalición específica, esta composición específica de partidos”, dijo.

Hasta ahora, la operación terrestre ha tenido un éxito limitado en la liberación de rehenes. Un intento de liberar a los rehenes terminó con dos soldados israelíes gravemente heridos. Al comienzo de la ofensiva terrestre, Israel liberó a un rehén mediante operaciones militares.

Hamas ha afirmado que la intensa campaña aérea de Israel mató a rehenes. Israel ha confirmado que al menos 20 cautivos retenidos en Gaza están muertos, pero no ha dicho cómo murieron.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo el sábado que “Hamas sólo responde a la fuerza” y que sin los bombardeos aéreos y la campaña terrestre de Israel, “ninguno de los rehenes habría regresado”.

“La presión tiene dos finalidades, pero lamentablemente también están los precios”, añadió.

Los funcionarios israelíes también señalan que más de 100 rehenes fueron devueltos con vida durante la tregua de una semana del mes pasado que coincidió con algunos de los combates y bombardeos más intensos de la guerra.

Pero las tropas israelíes hasta ahora no han podido encontrar ni liberar a otros rehenes. A medida que la guerra avanza y los combates se intensifican, dicen los comandantes, se encuentran cada vez más en combate frente a un enemigo que viste ropas de civil, lo que dificulta la tarea de identificar posibles rehenes en el campo de batalla.

Las preguntas sobre la viabilidad de rescatar a los rehenes surgen en medio de crecientes preocupaciones internacionales por el alto número de muertos palestinos en Gaza. Incluso Estados Unidos, el aliado más incondicional de Israel, está cada vez más preocupado por la creciente crisis humanitaria en Gaza y está presionando a Israel para que concluya su ofensiva terrestre.

La estructura de mando militar de Israel reconoció ampliamente que las propias reglas de enfrentamiento del Ejército fueron violadas durante los asesinatos de rehenes del viernes. Estos casos “son singulares, no la regla”, dijo Israel Ziv, un general retirado. “Las reglas de enfrentamiento son muy claras y (las fuerzas) actúan de acuerdo con ellas”.

En declaraciones a la Radio del Ejército el domingo, Gil Dickmann expresó su preocupación por el hecho de que su primo Carmel Gat permaneciera cautivo de Hamas, diciendo que el asesinato por error de tres rehenes el viernes demostró que “la presión sobre el cuello de (el líder de Hamas en Gaza, Yahya) Sinwar, es también presión sobre el cuello de nuestros rehenes”.