El día después de la derrota en las legislativas: diálogo con la oposición y presión por cambio de gabinete complican a Fernández
“Suena más a oportunismo”, dijo el líder opositor Mauricio Macri sobre el llamado al diálogo con la oposición hecho por el mandatario argentino la noche del domingo. Según la prensa local, la vicepresidenta Cristina Kirchner estaría presionando por cambios en el área económica del gabinete, opción a la que Alberto Fernández se negaría.
Un día después de las elecciones legislativas en Argentina, la prensa local se mostraba dividida ayer al momento de interpretar los resultados de los comicios, en los que el gobierno de Alberto Fernández perdió el control del Senado, condicionando con ello los dos años de mandato que le restan.
“El oficialismo perdió, pero intenta simular que no ha pasado nada”, escribió el director del diario Clarín, Ricardo Kirschbaum. “Alguien debe avisarle a Alberto Fernández que perdió”, solicitó, tras recordar que “el Presidente llamó a llenar la Plaza de Mayo para fortalecerse en el oficialismo frente a un hipotético putsch K”.
Nancy Pazos, columnista del portal Infobae, en tanto, prefirió hablar de “la derrota triunfal del gobierno”. A su juicio, la alegría del oficialismo la noche del domingo “fue real”, ya que “recuperar 600 mil votos en la provincia (de Buenos Aires) y empatar en la cantidad de diputados fue central para el kirchnerismo”.
Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe en el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), prefirió resumirlo así: “En esta época de la posverdad, cada uno leyó los resultados a su manera. El Presidente Fernández invitó a celebrar el triunfo en Plaza de Mayo con los sindicatos este miércoles. En el otro extremo, el expresidente Mauricio Macri dijo la noche del domingo que con estos resultados se había iniciado la transición (o sea el fin de este gobierno), pero aún quedan dos años de este gobierno”.
Al margen de las interpretaciones de los resultados, el analista y director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, ya había dicho a La Tercera en vísperas de las legislativas que “los próximos dos años serán difíciles”. “El gran desafío serán la gobernabilidad y los liderazgos en discusión, tanto en el oficialismo como en la oposición, primera dificultad a superar para lograrla”, comentó.
Una vez conocidos los resultados, la noche del domingo Fernández llamó a la oposición al diálogo. “Debemos priorizar los acuerdos nacionales si queremos resolver los desafíos a los que nos enfrentamos”, dijo el mandatario en una alocución grabada en la que aseveró que “una oposición responsable y abierta al diálogo es una oposición patriótica”.
Sin embargo, su llamado encontró rápida respuesta en Macri. “Suena más a oportunismo”, dijo el fundador de PRO, y agregó: “En el mismo discurso en el que le echa la culpa a Juntos por el Cambio... No parece la mejor manera de invitar”.
Hace dos semanas, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, considerado por muchos expertos como el principal candidato de la oposición para la Presidencia en 2023, ya había manifestado su negativa frente a un eventual diálogo con la Casa Rosada. “Con gente que cree que controlando los precios con militantes va a bajar la inflación, que piensa que no hay problemas de derechos humanos en Nicaragua, Venezuela o Cuba, o que no hay que ayudar a Río Negro en un problema de inseguridad, no veo ninguna posibilidad de ponernos de acuerdo”, manifestó en diálogo con LN+.
Con todo, la mesa nacional de la alianza opositora Juntos por el Cambio tenía programado reunirse la tarde ayer para definir cómo sigue el armado político y elaborar una respuesta a la convocatoria al diálogo al que convocó el Presidente Fernández, destacó el diario Ámbito Financiero. Tras la reunión, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, aseguró: “No hemos recibido ningún llamado del Presidente de la Nación. Sólo hemos recibido que va a hacer un acto”.
“Lo que analizamos en la mesa es que estos resultados significan una sola cosa: que el gobierno tiene que cambiar el rumbo. Es un llamado de atención muy fuerte. Lamentablemente, creemos que el presidente, (Victoria) Tolosa Paz (diputada nacional electa por el Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires) y todos los voceros que salgan están sordos, no escuchan este pronunciamiento popular”, agregó Alfredo Cornejo, titular de la Unión Cívica Radical, citado por Clarín.
Interna en el oficialismo
La prensa local destacó que el Frente de Todos hizo la tercera peor elección del peronismo desde el regreso de la democracia. La peor fue en 2017 cuando con la presentación en listas separadas no alcanzó el 22% de los votos para diputados, seguida de la derrota de 1985.
Pese a ese balance, en el kirchnerismo dicen que Cristina Kirchner fue la responsable de la recuperación del gobierno en la provincia de Buenos Aires que no evitó una derrota, pero sí una catástrofe política. Fuentes del kirchnerismo dijeron al portal La Política Online que fue la vicepresidenta la que le metió “política” al gobierno nacional con los cambios de gabinete tras la derrota dolorosa de las primarias y con las medidas que tomó el Ejecutivo, que la oposición denominó despectivamente como el “Plan Platita”.
“Cristina demostró lo que había que hacer”, dicen en el kirchnerismo y aseguran que ahora irá por más cambios. En especial en la conducción económica: no sólo pide por cambios en las áreas de Martín Guzmán (ministro de Economía), Matías Kulfas (ministro de Desarrollo Productivo) y Miguel Pesce (presidente del Banco Central), sino que exige un plan económico para los dos años que le quedan de mandato a Fernández, señaló el medio transandino.
Sin embargo, el mandatario intentó sumar en las horas previas a la elección el apoyo de los gobernadores para aguantar el día después de los comicios, al tiempo que advirtió sobre su negativa a hacer cambios de gabinete. Según La Política Online, el presidente mandó a uno de sus ministros de mayor confianza, Juan Zabaleta (Desarrollo Social), a acompañar a Juan Manzur (jefe de gabinete) en una gira relámpago por el norte del país.
“Hoy (el domingo) hablé con todos los gobernadores, los nuestros”, dijo Fernández, luego de ir a votar. “No va a haber cambios de gabinete”, advirtió en diálogo con La Red, luego de minimizar la elección: “Es sólo una legislativa”.
De hecho, durante la jornada electoral Fernández habría recibido en Olivos a Martín Guzmán, junto a Santiago Cafiero (canciller) y Matías Kulfas, dos de los ministros que considera propios, según la prensa argentina. En la reunión, el mandatario le habría dicho a Guzmán que va a seguir en el Ministerio de Economía luego de las elecciones y anunció que quiere sacar el acuerdo con el FMI en diciembre. “Claro, es un respaldo concreto. Y ahora no van a poder decir que no tenemos plan”, afirmaron fuentes cercanas al mandatario citadas por el diario La Nación.
Al margen de las supuestas disputas al interior del oficialismo, el columnista de este último medio, Joaquín Morales Solá, sentenció ayer que “la dimensión del fracaso electoral de la víspera indica que concluyó una época del peronismo”. “Más de 18 años después de que el kirchnerismo tomara el control del peronismo, ese ciclo, único en la historia del partido que fundó Perón, solo tiene el destino de las cosas en liquidación”, aseguró.
“La oposición empezará necesariamente el proceso de construir un liderazgo y un candidato presidencial. Sabe que Cristina Kirchner no se resignará fácilmente a perder el poder con dos años de anticipación. Ella intuye que con la derrota la aguardará también un cadalso personal en los tribunales. Su carácter terco, empecinado y arbitrario la acompañará hasta el final, y hasta después del final”, concluyó Morales Solá.
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