El giro de Erdogan sobre incorporación de Suecia a la OTAN marcaría reparación de lazos de Turquía con EE.UU.
El Presidente turco necesita que Washington le venda aviones F16 para renovar su flota, una decisión que debe pasar por el Congreso estadounidense y que estaba congelada. Se especula que este punto fue clave para destrabar su oposición a que Estocolmo ocupara un puesto en la Alianza Atlántica.
En una decisión que fue interpretada como un intento de reparar los lazos con Estados Unidos, el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cambió su política exterior el lunes al abandonar sus objeciones a que Suecia se uniera a la OTAN.
Detrás de escena, el cambio de postura de Erdogan fue la culminación de un arduo trabajo de los miembros del equipo del Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quienes consiguieron que el mandatario turco dijera “sí” a Suecia. “La feroz competencia geopolítica contra China y Rusia no le da a Washington el lujo de mantener su política de distanciamiento social hacia Erdogan, a pesar de su terrible historial en democracia”, escribió en una columna en The Washington Post, Asli Aydintasbas, analista del centro de estudios Brookings Institution.
Por su parte, Ankara necesita que Estados Unidos le venda F-16. De hecho, ya hizo una solicitud formal en octubre de 2021 para comprar US$ 20.000 millones en cazas. Pero Turquía cometió un error estratégico en 2017 al comprar sistemas de misiles S-400 de Rusia, por lo que fue sancionado por Estados Unidos. Ahora el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, dijo el martes que Washington seguirá adelante con una transferencia de F-16 que está en período de consulta con el Congreso.
La prensa estadounidense señaló que la administración Biden ha estado durante mucho tiempo a favor de la transacción, pero el Congreso la había estado bloqueando. Para muchos legisladores en el Capitolio, Turquía ha sido un “aliado infiel”, y los líderes del Congreso han expresado sus resquemores sobre el retroceso democrático de Turquía y su tono amenazante hacia sus vecinos, incluida Grecia. “La Casa Blanca avanzó durante el fin de semana al convencer a los líderes del Congreso, en particular, al presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Robert Menendez, de que es mejor mantener a Turquía dentro de la OTAN si sigue adelante con la venta”, escribió Aydintasbas.
Tanto las autoridades turcas como la administración Biden han rechazado cualquier insinuación de que la aprobación por parte de Ankara de la adhesión sueca a la OTAN esté vinculada a la venta de los F-16. Sin embargo, algunos diplomáticos y analistas creen que Erdogan utilizó las aspiraciones suecas para presionar a Washington sobre los cazas, y que Biden terminó haciendo un trato.
De hecho, ambos mandatarios tuvieron un encuentro el martes en Lituania. “Todas nuestras reuniones anteriores fueron como rondas de calentamiento, pero en este momento lanzamos un nuevo proceso”, dijo Erdogan a Biden cuando se reunieron antes de la cumbre de la OTAN.
Si bien Erdogan ha hecho gestos de acercamiento, también ha dado indicaciones recientes de que está distanciando a Turquía de Rusia, un cambio que lo congraciaría con los líderes occidentales y aislaría aún más al Presidente ruso, Vladimir Putin. “Este no es el primer cambio de sentido de Erdogan y no será el último”, dijo a The New York Times, Osman Sert, director de investigación de PanoramaTR, una organización turca de análisis de riesgos. “Erdogan sabe que necesita hacer algo para crear un puente hacia Occidente”, añadió.
Biden ha mantenido a Erdogan a distancia desde que ingresó a la Casa Blanca. Durante su campaña electoral, lo caracterizó como antidemocrático y habló de apoyar a la oposición turca.
Los dos jefes de Estado se han reunido durante la presidencia de Biden, pero él es el primer presidente de EE.UU. que no recibe a Erdogan en la Casa Blanca desde que el líder turco comenzó su carrera política nacional en 2003 como primer ministro.
En una conferencia el miércoles, Erdogan aseguró que la ratificación de la adhesión de Suecia a la OTAN irá al Parlamento turco en el mes de octubre una vez que retome su actividad tras el receso de verano. “El Parlamento está actualmente cerrado y se ocupará del asunto cuando reanude sus sesiones en octubre”, dijo. En todo caso, señaló que los legisladores turcos seguirán de cerca el proceso con Suecia, después de que Ankara levantara su veto en las vísperas de la cumbre de Vilna acordando nuevos mecanismos de cooperación con Estocolmo en materia de seguridad y el compromiso de que Suecia apoyará la reactivación de la adhesión turca a la UE.
“Hay varios acuerdos internacionales y muchas propuestas legislativas que deben debatirse. Las abordamos por orden de importancia. Pero nuestro objetivo es terminar este proceso lo antes posible”, añadió el mandatario sobre la perspectiva de que Suecia se convierta en el aliado 32º de la OTAN.
La solución de última hora al punto muerto permite a la OTAN proyectar unidad frente a la agresión rusa, indicó el diario The Wall Street Journal. “Si Turquía permite que Suecia se una a la OTAN, también allanaría el camino para una expansión a lo largo de más de 1.600 kilómetros de territorio a ambos lados del mar Báltico, cambiando el equilibrio de poder en el norte de Europa y creando un cuello de botella potencial para los buques de guerra y aviones rusos en la región”, añadió.
Según el diario The Middle East Eye, Erdogan es un astuto estratega y es conocido por sus amplios cambios estratégicos en su política exterior después de cada elección.
Erdogan mantuvo relaciones amistosas tanto con Ucrania como con Rusia desde el año pasado, desempeñando el papel de mediador y negociando un acuerdo de granos con las partes en conflicto. También mantuvo las ventas de drones y armas a Kiev mientras recibía inversionistas rusos, turistas y un rescate de Moscú para la economía turca en declive a través de una planta de energía nuclear.
Pero el viernes, Erdogan declaró que apoyaba abiertamente la membresía de Ucrania en la OTAN, algo que podría enojar a Moscú, y firmó otro acuerdo de producción de drones con Kiev.
Además, decidió devolver algunos de los prisioneros de guerra ucranianos alojados en Ankara como parte de un acuerdo entre Ucrania y Rusia.
El Kremlin condenó a Erdogan por liberar a los oficiales, incluidos dos altos comandantes del llamado regimiento Azov que fueron declarados héroes durante la Defensa de Mariupol, diciendo que Ankara violó los términos de un acuerdo que sugería que los oficiales de Azov permanecerían en Turquía hasta el final del conflicto.
“Los funcionarios turcos argumentan que la posición de Turquía lo ha convertido en un intermediario diplomático necesario, ayudando a negociar intercambios de prisioneros y un acuerdo de la ONU para garantizar la exportación de grano ucraniano a través del mar Negro. Aún así, las reuniones frecuentes y aparentemente amistosas de Erdogan con Putin dejaron a los funcionarios occidentales preguntándose dónde estaban sus verdaderas lealtades”, escribió el diario The New York Times.
El giro también se produce cuando la economía de Turquía se tambalea bajo las presiones de una creciente inflación, una fuerte deuda y los elevados costos de recuperación de los devastadores terremotos de febrero pasado. Mantener buenas relaciones y lazos económicos con las naciones occidentales podría ayudar a Erdogan a capear la crisis, tal como ha tratado de preservar el comercio con Rusia.
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