Estados Unidos estaría dispuesto a aumentar tropas en Europa del Este si Rusia ataca a Ucrania
Un alto funcionaría de la Casa Blanca señaló que, si bien se descarta un involucramiento militar por el momento, si existen presiones de sus aliados en la región "Estados Unidos respondería afirmativamente". Esto, días después que que funcionarios de inteligencia del país norteamericano determinaran que Putin estaría planeando realizar una posible ofensiva bélica contra Ucrania a principios de 2022.
Estados Unidos “responderá afirmativamente” si sus aliados de Europa del Este le solicitan una mayor presencia militar en caso de un ataque ruso a Ucrania, dijo el lunes un alto funcionario de la Casa Blanca.
“Si Putin se mueve, habría una mayor demanda de nuestros aliados” de Europa del Este de “tropas, capacidades y ejercicios” y en ese caso “Estados Unidos respondería afirmativamente”, precisó la fuente.
Sin embargo, el alto funcionario dejó en claro que por el momento Washington descarta una respuesta militar directa en caso de ataque contra Ucrania, pues no desea “encontrarse en una posición en la que el uso directo de sus fuerzas” sea lo que prime en sus evaluaciones.
Washington pretende centrarse en “una combinación” de “apoyo al ejército ucraniano”, “fuertes sanciones económicas” y “un aumento sustancial del apoyo y las capacidades con los aliados de la OTAN” en caso de conflicto en Ucrania.
Mientras que las sanciones no han logrado hasta ahora influir en las decisiones del Kremlin, según numerosos observadores, el gobierno estadounidense asegura desde hace algunos días que recurrirá medidas punitivas draconianas sin precedentes.
“Se trata de medidas que nos hemos abstenido muy deliberadamente de utilizar en el pasado”, justamente “debido al impacto que tendrían para Rusia”, destacó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, sin dar más detalles.
“Solidaridad transnacional”
Antes de su videoconferencia del martes con Vladimir Putin, el presidente estadounidense Joe Biden tenía previsto reunirse el lunes “con aliados europeos clave” para “coordinar el mensaje” y una “fuerte solidaridad transnacional”.
En tanto, que el secretario de Estado, Antony Blinken, habló por teléfono con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
“Hemos convenido continuar con nuestras acciones conjuntas y concertadas”, tuiteó Zelensky, quien, portando casco y chaleco antibalas camuflado, visitó el lunes las trincheras en la línea de frente con los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
Biden llamará otra vez a su homólogo ucraniano “en los días siguientes” a su conversación con Putin, dijo la Casa Blanca.
Sin “avance”
De su lado, el Kremlin ya adelantó el lunes que no esperaba un “avance” durante esta reunión virtual.
Está previsto que la conversación entre Biden y Putin -que se reunieron en junio pasado en Ginebra y conversaron por teléfono en enero, abril y julio- gire principalmente en torno a Ucrania.
Kiev y sus aliados acusan a Rusia de haber concentrado tropas y vehículos blindados en su frontera con la intención de atacar a Ucrania.
“Nosotros no sabemos si el presidente Putin ha tomado una decisión sobre una eventual escalada militar en Ucrania. Pero sabemos que él puso en marcha las capacidades para lanzar tal escalada”, dijo una fuente estadounidense.
Por su parte, Moscú niega toda intención belicosa, pero plantea algunas exigencias, en particular el compromiso de que Ucrania no se incorpore a la OTAN, como hicieron varios países del antiguo bloque soviético.
Ni Kiev ni Estados Unidos tienen la intención de tomar tal compromiso aunque, en la práctica, el proceso de adhesión de Ucrania a la alianza militar transatlántica, si bien está oficialmente abierto, parece congelado.
Biden jamás ha escatimado sus palabras cuando se trata de Putin, llegando a dudar de que tenga “alma” e incluso tachándolo de “asesino” en público.
También quiere mostrarse como paladín de la democracia en el mundo, una posición difícil de mantener si Estados Unidos cierra sus ojos a un nuevo ataque de Rusia a Ucrania.
No obstante, Biden espera, o al menos esperaba hasta ahora, establecer una relación “estable y previsible” con Rusia.
De su lado, Putin desea certificar a Rusia como una potencia en el juego geopolítico mundial, hoy dominado por la rivalidad entre China y Estados Unidos.
Ucrania está desgarrada desde 2014, tras la anexión por Rusia de la península de Crimea, por una guerra que deja más de 13.000 muertos contra los separatistas prorrusos en el este del país, y los países occidentales acusan a Moscú de estar involucrado en el enfrentamiento.
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