Evan Corcoran, el abogado de Trump que podría ser clave en el juicio sobre los documentos clasificados
Las pruebas más condenatorias contra el exmandatario provienen del abogado contratado para defenderlo. Trump se presentará este martes ante una corte en Miami para enfrentar 37 cargos de mal manejo de documentos secretos en su mansión en Florida.
La imputación a Donald Trump por 37 cargos de mal manejo de documentos secretos en su mansión de Florida representa el riesgo jurídico más grave hasta el momento para el expresidente estadounidense y la información del abogado Evan Corcoran, contratado para defenderlo en esta investigación federal, se ha convertido en un elemento central de esta causa penal del Departamento de Justicia.
Según The New York Times, en la acusación federal de 49 páginas que lo responsabiliza de retener documentos clasificados después de dejar la Casa Blanca y conspirar para bloquear los esfuerzos del gobierno para recuperarlos, algunas de las pruebas potencialmente más condenatorias provienen de notas hechas por el propio Corcoran.
Las notas, primero grabadas en un iPhone y luego transcritas en papel, esencialmente les dieron a los fiscales una hoja de ruta para construir su caso. Trump, según la acusación, presionó a Corcoran para impedir que los investigadores recuperaran cantidades de material clasificado e incluso le sugirió que sería mejor mentirles a los investigadores y retener los documentos por completo.
“¿Qué sucede si simplemente no respondemos en absoluto o no jugamos a la pelota con ellos”. Corcoran cita las palabras de Trump en un momento, refiriéndose a los funcionarios del gobierno que buscan hacer cumplir una citación que exige la devolución de los documentos.
A principios de este año, a pesar de las objeciones de Trump, el fiscal especial que supervisó la investigación, Jack Smith, obtuvo las notas invocando la excepción de delito y fraude. Esa excepción es una disposición de la ley que permite a los fiscales eludir las protecciones normales del privilegio abogado-cliente si tienen motivos para creer y pueden demostrarle a un juez que un cliente usó asesoramiento legal para cometer un delito, indicó el periódico.
Así, Corcoran, un exfiscal federal, se vio obligado a testificar y entregar notas detalladas a un gran jurado que analizaba las pruebas en la investigación de los documentos de Trump.
El fallo que accedió a la solicitud del Departamento de Justicia por parte de Beryl Howell, en ese entonces jueza principal de la Corte del Distrito Federal en Washington, fue crucial para la forma y el resultado de la investigación, indicó The New York Times.
El destino legal de Trump ahora podría depender del testimonio y las pruebas de Corcoran, que todavía es miembro de su equipo legal, y Michael D. Cohen, exabogado del político republicano que ayudó a los fiscales en Nueva York con su caso relacionado con el pago de dinero del expresidente a una estrella porno antes de las elecciones de 2016 y se declaró culpable de cargos federales, incluido uno relacionado con ese pago de dinero secreto, en 2018.
Corcoran, de 58 años, no fue imputado en la acusación formal revelada el viernes. Lo presenta como un confidente clave de Trump que fue engañado por el expresidente cuando supuestamente buscaba obstaculizar los esfuerzos del Departamento de Justicia para recuperar documentos clasificados, que guardaba en su resort de Mar-a-Lago en Florida después de dejar la Casa Blanca en enero de 2021.
Trump ha negado haber actuado mal y afirma, sin ofrecer pruebas, que todos los documentos del complejo habían sido desclasificados. Ha acusado a los fiscales de tener prejuicios en su contra.
El cambio de abogado a posible testigo en el caso es un giro brusco para Corcoran, indicó la agencia Reuters. De hecho, excolegas describen al hijo del excongresista republicano Tom Corcoran como de voz suave y diligente, conocido por su presencia constante en la sala del tribunal y su afinidad por la pesca con mosca.
“Imperturbable y equilibrado son las palabras que me vienen a la mente”, dijo a Reuters, Douglas Gansler, exfiscal general demócrata de Maryland que trabajó con Corcoran al principio de su carrera legal. Lo describió como alguien que “mantiene sus cartas cerca del chaleco”.
Relación con Trump
Corcoran, un exfiscal federal adjunto en Washington, DC, pasó a la práctica privada en 2000. Según Reuters, manejó casos comerciales y mantuvo un perfil relativamente bajo hasta que el exasesor de la Casa Blanca de Trump y agitador conservador, Steve Bannon, lo contrató en 2021 para defenderse de los cargos por desacato al Congreso.
Bannon fue declarado culpable el año pasado por desafiar una citación del comité de la Cámara de Representantes que investigaba el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio. Actualmente, está apelando esa condena.
Trump, que tiene un historial de pasar por abogados, recurrió a Corcoran en 2022 después de que el FBI comenzara a investigar cajas que contenían información clasificada que los ayudantes del exmandatario habían entregado a la Administración Nacional de Archivos y Registros.
Corcoran ayudó a Trump a responder a una citación de mayo de 2022 por todos los documentos clasificados restantes en su poder. Saludó a un funcionario del Departamento de Justicia en Mar-a-Lago el mes siguiente para entregarle una carpeta que contenía 38 textos con marcas clasificadas, dijeron los fiscales en documentos judiciales.
La acusación contra Trump dice que el expresidente ordenó a su asistente personal, Walt Nauta, que retirara los documentos de un almacén de Mar-a-Lago para evitar que Corcoran los encontrara durante su búsqueda.
Nauta, de 40 años, también fue imputado en la acusación formal. El leal asistente de Trump enfrenta seis cargos penales punibles con hasta 90 años de prisión, según la BBC. Está acusado de conspiración para obstruir la justicia, retención de registros, ocultación de documentos, intriga para ocultar hechos a los investigadores y hacer declaraciones falsas o engañosas.
Corcoran redactó una certificación, firmada por otro abogado de Trump, que atestigua que todos los registros con marcas clasificadas habían sido devueltos al gobierno, una afirmación que luego se demostró falsa cuando el FBI confiscó alrededor de 100 registros clasificados adicionales durante una búsqueda en agosto de 2022.
Los fiscales -citando el relato de Corcoran- alegan que durante una reunión con Trump después de que el asistente recogiera los 38 documentos para entregarlos al gobierno, el exmandatario hizo un “movimiento de arrancar”, lo que implica que “si hay algo realmente malo allí, como, ya sabes, debes arrancarlo”.
Trump viajaba a Florida este lunes de cara a una audiencia histórica ante la corte federal de Miami que se realizará el martes. Se trata de la segunda aparición de Trump desde abril frente a un juez por cargos penales, pero a diferencia del caso de Nueva York, éste es el primer enjuiciamiento de un expresidente por parte del Departamento de Justicia que se refiere a una conducta que, según los fiscales, puso en peligro la seguridad nacional, con cargos de la Ley de Espionaje que conllevan la posibilidad de una sentencia significativa de prisión.
“Todos debemos ser FUERTES y DERROTAR a los comunistas, marxistas y lunáticos de la izquierda radical que están destruyendo sistemáticamente nuestro país”, escribió Trump en su plataforma de redes sociales Truth Social.
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