Guayaquil, el epicentro de la violencia en Ecuador
Su emplazamiento geográfico la convirtió en hogar de bandas narcotraficantes que utilizan el puerto de Guayaquil como canal de acceso hacia el mundo. La ciudad costera y sus urbes aledañas fueron la jurisdicción más violenta del país durante 2023, y este año no fue distinto al comenzar de la peor manera con la toma de un canal televisivo local.
La escalada –o, más bien, el descenso– hacia la crisis de violencia que Ecuador experimenta bien se puede graficar en cifras. Para 2022, registró un aumento del 83% versus el año anterior en la cantidad de homicidios intencionales, con el histórico registro de 4.603 víctimas. Equivalía a 25 crímenes por cada 100.000 personas. En 2023, creció aún más. Fueron el número más alto de la historia local, con 7.878 casos, es decir, 46,5 asesinatos en la misma cantidad de personas, revelan datos del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado. Sin embargo, las dramáticas cifras son aún peores en una famosa región de Ecuador: Guayaquil.
La ciudad portuaria, ubicada cerca del centro del país, pertenece a la Zona 8 junto a Durán y Samborondón, y conforman la jurisdicción más violenta del país, detalló el periódico El Universo. Solo en este lugar, el año pasado vio la muerte intencional, incluidos homicidios, femicidios y sicariatos, de 2.752 personas. Ejemplo de esto es que, entre el 31 de diciembre y el 1 de enero de 2024, es decir, durante las 48 horas de fiestas de fin de año, se contabilizaron 31 asesinatos en este sector, consignó el mismo medio.
En lo que va de 2024, según la página web de la Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad de Guayaquil, Segura EP, en los 10 distritos del principal puerto de Ecuador se registraron 68 muertes violentas hasta la medianoche de este martes, incluidas las 11 perpetradas en el contexto de la reciente ola de violencia. Esto equivale a un incremento del 17,24% respecto al mismo período del año anterior, con un promedio de ocho casos diarios.
La ciudad costera más importante del país mueve gran parte de la economía nacional al contar con cinco de los ocho puertos de Ecuador, lo que, según El País, ha producido históricamente la llegada de la migración. Sin embargo, las políticas públicas de la ciudad no han podido responder al crecimiento exponencial que le aqueja, generando barrios excluidos en los que ni siquiera llegan obras públicas básicas, como alcantarillado, mucho menos pavimentación.
Estos lugares “se han convertido en un búnker para los grupos delincuenciales”, planteó al mismo medio el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez. Para 2023, se estimaba la presencia de por lo menos unas 10 bandas criminales que se disputaban, pistola en mano, el control de la ciudad. Extorsiones, secuestros y sicariatos se habían convertido en un panorama común entre los grupos delictuales.
Todo para hacerse con un gran botín: el control de posiciones privilegiadas –tanto física como estratégicamente hablando– para utilizar los contenedores de carga en el tráfico de droga. Tanto Ecuador, en su localización geográfica en el continente, como Guayaquil, por sus puertos, se convirtieron en un punto clave para el tránsito de la droga que no solo cruza desde el sur al norte de América, sino que también hacia Europa.
También fue en Guayaquil donde una banda de delincuentes se tomó el canal TC Televisión durante este martes, en un acto que impactó a la opinión pública regional, dando el empujón final a la sensación de crisis que persiste en Ecuador. Además de ingresar con armas de alto calibre y granadas, también amenazaron al personal presente en el plató apuntando directamente a la cabeza de los afectados o introduciendo explosivos en sus ropas.
Juan, un joven que se gana la vida como conductor de taxi en la ciudad, dijo a la agencia EFE que nunca había presenciado una “locura generalizada” como la que se vio a inicios de semana. “No había autoridad. La gente entró en pánico por la toma de rehenes en el canal de televisión y porque empezaron a darse noticias de otras alteraciones del orden público en la ciudad”, describió.
Tatiana, otra residente de Guayaquil, añadió que “los conductores no respetaban las señales de tránsito ni a los transeúntes. Parecía una guerra de todos contra todos”. La situación de caos escaló a tal punto, que el alcalde de la ciudad, Aquiles Álvarez, anunció la suspensión de todas las multas de tránsito cometidas durante la dramática jornada del martes.
“He dispuesto suspender las multas de tránsito del martes 9 de enero, considerando los eventos de violencia. Entendemos que muchos ciudadanos pudieron haber cometido infracciones en un intento por protegerse”, escribió en la red social X, antes conocida como Twitter.
Solo ese día, la prensa local informó de la muerte de 11 personas en Guayaquil, incluidas cuatro personas que fallecieron en medio de balaceras en las inmediaciones de un centro comercial. También hubo otras tres muertes violentas que no se contabilizan al no tener relación con los atentados.
Conformada por Guayaquil, Durán y Samborondón, la Zona 8 tiene 12 distritos, de los cuales 10 corresponden a Guayaquil, uno a Durán y uno a Samborondón. Según El Universo, si a las 68 muertes violentas registradas en los 10 distritos de Guayaquil hasta la medianoche de este martes se le suman los 25 asesinatos que tuvo Durán del 1 al 7 de enero, la Zona 8 tendría un reporte de 93 muertes violentas, sin considerar a Samborondón, localidad de la que aún no hay datos oficiales ni estimaciones.
En tanto que Guayas, provincia de la que se excluye a las tres ciudades de la Zona 8, tuvo entre el 1 y 7 de enero del año en curso 18 asesinatos y un homicidio, sumando así 19 casos, ocho más que en el mismo período del 2023 cuando hubo 11, agrega el medio.
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